|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Una vez más tenemos que comentar una película francesa que en este caso se nos antoja que confluyen en ella dos géneros, por una parte ese que últimamente habla de comida, cocineros, restaurantes, recetas que hace unos años estuvo de moda y por otro uno que no sabemos cómo definirlo, aunque podíamos llamarlo perdido en...
En este caso nos referimos a que ese segundo se asemeja o copia a 'La terminal' (2004), de Steven Spielberg, con Tom Hanks, en la que un turista del Este se ve anclado en el aeropuerto JFK donde vive temporalmente durante unos días.
Algo de ello ocurre aquí.
Esta es la historia de Stéphane Lucas, un señor mayor, que vive una vida tranquila en París, donde es un notable chef que tiene un restaurante.
Tiene tres hijos, Ludo, el mayor, David y Hugo el pequeño.
La historia comienza con la boda de Ludo y posteriormente nos centramos en Stéphane que trata de cambiar la decoración del restaurante, vende los animales disecados que cuelgan por las paredes y compra un cuadro con un paisaje de Corea a Soo, una misteriosa mujer coreana con la que se comunica por Instagram, de la que se ha enamorado.
Un día decide ir a conocerla personalmente a Seúl y dice a sus hijos que va a ver los cerezos en flor a Corea, y se embarca en un viaje que resulta una aventura, ya que no tiene el teléfono, ni el domicilio de ella en Seúl, ni sabe si quiera los apellidos de ella.
Soo le dice por internet que lo recogerá en el aeropuerto, pero nunca aparece, y allí se queda Stéphane durante once días, durmiendo, comiendo, haciendo amistad con la señora de la limpieza o con el chef del restaurante...
La verdad es que la historia no es muy interesante y si bien no engancha el comienzo, mucho menos lo hace el resto del tiempo del personaje protagonista perdido en el aeropuerto de Seúl o posteriormente deambulando por sus calles.
No vamos a desvelar el resto por no quitarle el mínimo interés que tiene el argumento, que resulta bastante plano, con una realización sin picos de emoción en ningún momento por parte de Eric Lartigau, que hace con este su séptimo largometraje, segundo que le vemos en España tras La familia Bélier (2014), que no engancha al espectador con esta historia.
El peso del film se lo carga Alain Chabat que se lleva todo el tiempo en escena de forma casi exclusiva.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE