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CRITICA
Por: PACO CASADO
Años después de la invasión mortal de su hogar, Norman Nordstrom, un ex marine que se quedó ciego, vive tranquilo y cómodo hasta que sus pecados del pasado lo alcanzan, pero no deja que nadie se interponga en su camino.
El ciego se ha estado escondiendo durante años en un caserón aislado en las afueras de Detroit y ha acogido y criado a una niña que perdió a sus padres en el incendio de su casa, que en estos momentos tiene ya once años, que se llama Phoenix, que se ha convertido en la hija que el también perdió, y que siempre quiso tener, a la que nunca le ha contado su oscuro pasado.
Quiere a Phoenix de verdad y es lo más importante de su vida.
Es un veterano soldado de la Guerra del Golfo, que se muestra duro con ella pero le ha enseñado a saber defenderse sola y que no confíe nunca en nadie.
Su tranquila existencia se hace añicos cuando un grupo de hombres aparece y secuestran a la niña, lo que le obliga al ciego a dejar su seguro refugio para ir en su rescate.
No obstante Norman hace uso de su experiencia de cuando era un Seal de la marina donde se especializó en la defensa personal convirtiéndose en un arma de matar, lo que le sirve ahora para defenderse de los que le atacan, ya que durante toda su existencia ha tenido una vida llena de violencia, teniendo que matar en muchas ocasiones anteriores cometiendo cosas atroces e imperdonables.
Cree que hace lo correcto pero no puede ocultar para siempre su pasado que no fue muy ejemplar, según confiesa él mismo.
La película es casi una situación única el intento de raptar a Phoenix y la defensa por parte de Norman para que eso no ocurra.
Buena parte de la acción sucede en el mismo lugar, la casa aislada en el campo donde viven Norman y Phoenix.
El guion escrito por la pareja formada por el uruguayo Rodo Sayagues y su compatriota Fede Álvarez, que fueron los que hicieron la primera, que en este caso intercambian los roles, ya que es Rodo quien se encarga de la dirección en lugar de Álvarez que lo hizo en la otra y aquí sólo escribe.
En el último tercio se nos ofrecen más datos y motivos de ese asalto constante y el interés de quienes secuestran a la niña, con lo cual se anima un poco la animación de la trama.
Pero al mismo tiempo tiene escenas tan convencionales que son realmente difíciles de creer, sobre todo en la lucha que mantiene el ciego con los intrusos, que a veces mueven a la risa.
Esta es la secuela de No respires (2016) dirigida por Fede Álvarez que tras el éxito conseguido se decidió hacer una secuela que no explica porqué esperar cinco años para ello.
En esta ocasión se sitúa la acción ocho años después de aquella.
Como suele suceder en los films de terror casi toda la acción ocurre de noche o en interiores oscuros, con lo que la fotografía hay momentos en que apenas se ve lo que realmente está ocurriendo en la pantalla.
Otro tanto podríamos decir de la interpretación de la que apenas se pueden apreciar sus posibles virtudes, si es que las tiene.
Llama la atención la presencia en la banda sonora del español Roque Baños.
Advertimos de la existencia de unas imágenes post créditos finales que pueden dar una pista de nueva secuela.
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