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CRITICA
Por: PACO CASADO
Se trata de un misterioso thriller sobre una familia de clase media alta compuesta por el matrimonio de Guy y Prisca y sus dos hijos, Maddox de once años y Trent de seis que se marchan por unos días de vacaciones al hotel Anamika, un resort de lujo en una especie de paraíso tropical.
Estando allí el gerente del hotel les recomienda una visita a una playa exclusiva que tan sólo se lo dice a clientes muy especiales y le organiza una excursión.
Cuando van a tomar el vehículo que les llevará descubren que también les acompaña la familia del doctor Charles que se aloja en el hotel y allí está un rapero de color y su novia rubia que pronto aparece ahogada y le culpan a él de su muerte.
Enseguida descubren que la recóndita playa elegida para relajarse unas horas no está tan desierta ya que siguen llegando más familias y también que están envejeciendo rápidamente a dos días por hora reduciendo así su vida.
Pero no es ese el único efecto o suceso que se produce ya que empiezan a pasar cosas extrañas como desmayos, se repite el ataque de epilepsia a Patricia, el doctor hiere al rapero, etc.
Entre tanto también conoceremos algunos secretos de la familia de Guy y Prisca mientras siguen produciéndose fenómenos extraños y desapareciendo los componentes del grupo en diversas circunstancias.
Prometieron recogerlos a las 5 de la tarde, pero anochece y no han regresado y tampoco hay cobertura en los móviles.
La película está basada libremente en la novela gráfica 'Castillo de arena' (Sandcastle) escrita por Pierre-Oscar Lévy e ilustrada por Frederik Peeters, publicada en 2010, con una premisa absurda pero original, que ha sido adaptada y escrito el guion por M. Night Shyamalan, cineasta nacido en la India pero criado en Filadelfia, que se encargó igualmente de la dirección.
Esta vez no ha elegido un argumento de su propia cosecha, ya que este libro le inspiraba para tratar el tema del envejecimiento y como consecuencia la muerte, aunque con algunos convencionalismos propios del tratamiento fantástico del argumento y sin definir a los personajes salvo la pareja protagonista, sin apenas emoción o tensión.
En el film se dan cita varios géneros desde la comedia al cine de suspense, desde la ciencia ficción al terror y a través de su trama nos da ocasión a reflexionar sobre el paso del tiempo, la vejez, la muerte, el asesinato, la enfermedad, la felicidad, los problemas en el matrimonio, los hijos, el divorcio...
No hemos leído la novela y no sabemos lo que haya podido poner de su parte, pero por lo visto se adapta muy bien al cine que habitualmente hace este director, un cineasta bastante original que no suele dejar indiferente con sus obras, la mayoría de ellas enclavadas en el género de cine de suspense y de terror, de quien recordarán sin ir más lejos la mítica El sexto sentido (1999) que fue la que le dio la fama.
Después siguieron otras cintas, tal vez no tan inspiradas, pero que igualmente llamaron la atención sobre su figura.
La película posee una especie de epílogo final en el que trata de justificar los motivos por los que suelen llevar a esa playa a las distintas personas que se alojan en el hotel, que no vamos a desvelar para no hacer spoiler.
La narración está llevada de manera pausada y en este caso en lugar de producir miedo o sobresaltos se altera el devenir de los allí citados con los extraños sucesos que se van produciendo sin explicación de ninguna clase.
Tiene un reparto de actores no muy conocidos en general pero que asumen bien sus respectivos papeles.
La música pasa desapercibida y la fotografía no saca buen partido del paisaje.
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