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CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras el éxito de Mia y el león blanco (2018), la mis productora ha querido seguir con esta clase de cine, pero no se trata de una secuela de aquella película, sino que cuenta un relato totalmente independiente, sobre una historia real, llevada a cabo por el mismo director Gilles de Maistre.
Un cachorro de lobo y otro de león perdido son rescatados por una niña en el corazón de la naturaleza canadiense. Su amistad cambiará sus vidas para siempre.
La película se inicia con la joven Alma, una pianista de veinte años, que se está preparando para presentarse a un concurso para la elección de ser una de las componentes de la orquesta filarmónica de Los Angeles, cuando le llega la noticia de la muerte de su abuelo y acude a la posesión que este tiene en una isla privada en Canadá.
Joe, su padrino, se encarga de su mantenimiento y allí Alma tiene un mensaje grabado de su abuelo y al tiempo descubre que tenía un nuevo "amigo", una loba blanca.
Un cazador que busca animales para un circo tras matar a una leona captura a su cachorro.
El avión que lo transporta se estrella y el cachorrito de león queda suelto, siendo encontrado por la loba que lo alimenta con su hijito y ambos son encontrados por Alma.
Presentada al concurso, Alma obtiene la plaza, pero prefiere renunciar e irse a vivir a la isla de su abuelo con sus dos animales, a los que bautiza como Mozart (lobo) y Soñador (león).
Conforme van creciendo se van convirtiendo en unos hermanos inseparables aunque no pertenezcan a la misma raza ni a la misma madre en una amistad inquebrantable, como se demuestra cuando son separados y cómo se buscan para seguir estando juntos.
Lo que viene después es lo que constituye esta bonita y edificante historia para chicos y mayores con la buena lección que nos dan los animales a los humanos.
Lo que puede parecer una historia típica de la productora Disney, al término de la narración, en los créditos finales, podemos leer que se trata de una historia real y que los animales protagonista siguen viviendo en Canadá.
Si hay que hablar de interpretación hay que poner por delante tanto al lobo como al león que son los verdaderos protagonistas de esta historia que mientras se está viendo se puede pensar que están creados por ordenador y ciertamente son de carne y hueso.
Gilles de Maistre es un director de documentales y series para la televisión que un día se pasó a dirigir un largometraje debutando con Mia y el león blanco (2018) al que ha seguido en su filmografía 'El lobo y el león' (2021) que son los dos únicos trabajos realizado hasta la fecha presente para el cine en los que pone una gran sensibilidad a la hora de plasmarlos en imágenes, ayudado en el guion por Prune, su esposa.
Premio del jurado infantil en el Festival de Zurich.
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