|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Se ha puesto de moda, de unos años a esta parte, el hecho de hacer nuevas adaptaciones de éxitos del cine italiano o francés que han dado un buen resultado en sus respectivos países, por lo que en este caso no se le puede culpar de no tener originalidad a la comedia española o de caer en un tópico tras otro, que también suele ocurrir.
La historia comienza con dos parejas en la playa de noche y Víctor se declara a Flora y le pide que se case con él.
A partir de ahí de forma rápida se nos va mostrando cómo los hijos van llegando hasta un total de tres.
Flora y Víctor son unos padres muy modernos, divertidos y cariñosos con sus niños.
Ella es médico en un hospital pero quiere irse siete meses de voluntariado a ╡frica con Médico sin Fronteras, mientras que él es un notable arquitecto que tiene un proyecto que se acaba de aprobar, que se va realizar en Rusia lo que le mantendrá unos nueve meses fuera.
Pero todo se tuerce el día en que las relaciones se han enfriado, él tiene unos pequeños coqueteos con una compañera de la oficina y en definitiva, deciden divorciarse y al mismo tiempo aparece la oportunidad laboral para ambos con la que llevan soñando durante toda la vida.
Únicamente hay un problema: quién se queda con la custodia de los niños, mamá o papá.
Es el momento en el que ninguno de los dos le interesa quedarse con ellos ya que frustrarían sus proyectos tanto tiempo anhelados y se comienza una guerra psicológica para comerles el tarro a los crios para que se decidan por el otro, por lo que la jueza decide que sean los niños los que lo hagan.
En ese punto comienza una estratega de ambos para hacerles ver la conveniencia de quedarse con el otro por las ventajas que cada uno ofrece.
El guion es la adaptación de la comedia francesa Papá o mamá (2015) dirigida por Martin Bourboulon, con Laurent Lafitte y Marina Fois, que tuvo incluso una secuela, de la que ya Italia hizo también su versión en 2017 dirigida por Riccardo Milani, interpretada por Antonio Albanese y Paola Cortellesi.
Adaptada en este caso a la idiosincrasia española, aunque cambiando el sexo, la edad y los nombres de los hijos, es una guerra continua poniéndose trabas y haciéndose verdaderas faenas el uno al otro, lo que hace que se origine la comicidad del film.
A ello contribuye también la interpretación de la pareja protagonista constituida por Paco León y Miren Ibarguren, a lo que se suma el trabajo de los pequeños actores Laura Quirós, Iván Renedo y Sofía Oria que están muy bien, expresando la sorpresa y el espanto ante la actitud de sus mayores que no les dan un buen ejemplo ante esta extrema situación.
Tras más de media docena de largometrajes para el cine y varias series para la televisión Dani de la Orden, que está demostrando tener talento para la comedia, nos ofrece una nueva con esta tan irreverente producción como amarga por momentos, de carácter familiar, aunque no muy apropiada para los más pequeños, que en ocasiones recuerda a La guerra de los Rose, salvando las distancias y con un carácter muy distinto.
Aquí reflexiona sobre el protagonismo de los hijos en el proceso de divorcio de sus progenitores a la hora de decidir con quién de los dos quieren quedarse siendo las víctimas de la guerra entre ambos.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CLIPS
DECLARACIONES DE ETHAN HAWKE
AUDIOS
PREMIERE