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CRITICA
Por: PACO CASADO
La periodista francesa Florence Aubenas desea conocer la creciente precariedad en la sociedad de su país a través de sus propias experiencias adquiridas y para ello se traslada a la ciudad portuaria de Caen, en el norte de la nación gala.
En este drama el personaje protagonista, oculta su verdadera identidad bajo el nombre de Marianne Winckler con el que pide trabajo y le ofrecen el de limpiadora, que acepta y así obtener unos conocimientos personales e investigar sobre los problemas laborales de la explotación de esta mujeres, mal pagadas, para escribir una nueva novela, en la que cuenta una experiencia a través de la cual realiza esa investigación personal sobre la inseguridad laboral en su país.
Tras los conocimientos que adquiere en esos trabajos en distintas empresas, se irá solidarizando con las compañeras con las que le toca trabajar en las que siempre las defiende aunque eso le cueste el despido, teniendo así más datos nuevos que aportar a su futuro libro y en todo momento se siente unida a ellas, a pesar de las diferencias de clases, que las separa en la realidad y descubriendo por otro lado su calidad humana.
Uno de los empleos es haciendo la limpieza del ferry que hace la trayectoria entre Francia e Inglaterra cruzando el Canal de la Mancha en el que tienen que hacer una gran cantidad de camas en pocos minutos para cada una de ellas, lo que supone un duro esfuerzo, algo que ya se lo advierten antes de comenzar, en el que terminan con dolores de espaldas y brazos y trabajando en horas diferentes según los turnos de las llegadas.
Finalmente, cuando se descubre el engaño, alguien le hace caer en un cargo de conciencia de si no le estaba quitando el puesto a quien realmente los necesitara.
Esta película ofrece varios temas interesantes como conocer la labor que hacen ciertas personas en la sociedad, caso de las llamada kellis de los hoteles, trasladado aquí a las limpiadoras de fábricas, centros oficiales, trenes, ferry, etc.
Por otro lado la unidad y la confraternidad que existe entre ellas, la dureza del trabajo en ocasiones y las necesidades de cada una en sus hogares pertenecientes a clases sociales bajas y la precariedad de los sueldos.
Uno de los atractivos es la presencia de la gran actriz francesa ganadora del Oscar Juliette Binoche, que encara todo el tiempo el personaje de una humilde mujer, a cara descubierta, sin maquillaje de ningún tipo y prestándose a ejercer los más duros trabajos de esa profesión, con la pasión de una verdadera profesional, siempre rodeada de mujeres que en este caso no son actrices profesionales sino verdaderas limpiadoras.
Es un film casi interpretado exclusivamente por ellas que son las que preferentemente ejercen esa profesión, destacando entre otras a Hélène Lambert en el papel de Crystèle.
Hay momentos conmovedores, de cierta ternura, de amistad verdadera, de alegría, de solidaridad, de verdadera autenticidad.
Por último la presencia en la dirección del escritor parisino Emmanuelle Carrere, reciente premio Princesa de Asturias de las Letras y uno de los más reputados de Francia, que se encarga no sólo de escribir el guion, en colaboración de Hélène Devynck adaptando el best seller firmado por Florence Aubenas, sino que también se hace cargo de la dirección de esta cinta, tras debutar como tal con 'El bigote' (2005) y ahora al cabo de tanto tiempo vuelve a ponerse tras las cámaras para llevar a imágenes su segundo largometraje de ficción, esta vez basado en una obra literaria ajena, y la verdad es que lo hace a buen ritmo sin que en ningún momento canse la narración de esta bonita y sentida historia.
Premio del público en el Festival de cine de San Sebastián.
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