|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Con la nueva etapa que se ha iniciado en el género del cine musical norteamericano, al que se ha dado en llamar de la música-disco, parece que está comenzando a ocurrir como ya sucedía en los tiempo primitivos del musical clásico: no hay cohesión entre el texto dramático y la música.
La acción se interrumpe y se nos da la canción y el baile que, a veces, tienen valor por sí mismos.
En casi todas las películas de este género, hasta ahora, desde Fiebre del sábado noche (1977), Grease (1978) y todas las demás, se parte del melodrama para adornarlo después con la música.
Aquí la situación de indigencia de la protagonista para poder llegar posteriormente al éxito y el triunfo.
Este es el caso de Alex Owens, una chica huérfana, dinámica, que vive sola, trabaja como soldadora en una empresa durante el día y se gana unos cuantos dólares en un cafetucho de noche bailando y haciendo strip-tease, pero su verdadero sueño es ingresar en una compañía de baile y tal vez su jefe le pueda ayudar a ello.
Su casa es una nave industrial y su medio de transporte una simple bicicleta.
Por lo general en las comedias la trama es lo de menos, pero siempre que no se parta de situaciones absurdas y los diálogos estén más o menos bien construidos.
En este caso la situación de la protagonista no se nos explica ni la conocemos, tan sólo sabemos de su esfuerzo personal, de la voluntad que pone en hacer sus cosas, de su afición a la danza, que es su hobby y que desea que se convierta algún día en su profesión y poco más.
Los demás compañeros y personajes son meras marionetas de acompañamiento, comparsas que danzan en torno al de la figura central.
Tal vez si no nos dicen más es porque la juventud actual que representan está vacía o pasa de muchas cosas.
En la banda sonora se introducen varias canciones de Giorgio Moroder.
Entre los actores destaca el descubrimiento del encanto y la belleza de la desconocida actriz Jennifer Beals, que está entre los mejores aciertos de este film del director debutante Adrian Lyne, que sabe darle ritmo a las imágenes, quizás por su experiencia adquirida en la realización de cine publicitario que es de donde viene.
Ganadora del Oscar a la mejor canción What a feeling. Globos de oro a la banda sonora y a la canción. Bafta a la mejor edición. Premios Blue Ribbon y Hochi Film al mejor film extranjero. Premio Golden Screen Germany. Grammy al álbum original. Premio Image a Jennifer Beals. Premios NMPA y People's Choice a la canción.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE