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CRITICA
Por: PACO CASADO
Continuamos en la temporada de las segundas partes o secuelas, aunque en esta ocasión no se ha explotado con el número dos, pero no obstante se trata, o así se ha pretendido y lanzado, como una continuación de la exitosa producción musical Fiebre del sábado noche (1978).
Han pasado cinco años y la idea del protagonista sigue vida, siendo su mayor desafío hasta la fecha, triunfar sobre un escenario de Broadawy.
Ahora, Tony Manero, ha dejado de trabajar en una droguería y se ha trasladado de Brooklyn a Manhattam, donde trabaja esta vez en una discoteca de camarero y dando clases de baile a señoras maduras, lo que le ha hecho madurar evitando el alcohol, las malas compañías y los viejos tiempos quedaron atrás.
No obstante sigue siendo ambicioso y soñando con que algún día ingresará en el cuerpo de baile de una gran compañía de danza de Broadway, algo que llega a producirse y hasta conseguir alcanzar al primer bailarín de la misma, como previsiblemente era de esperar.
Esta segunda parte se la ofrecieron a John Badham que la rechazó de inmediato, diciendo que ya había realizado la primera, y fue entonces a parar a manos de un especialista en segundas y terceras partes, como lo ha demostrado Sylvester Stallone con la película de Rocky (1976) y sus continuaciones.
Y si se nos apura en este caso ha construido una historia similar a la del famoso boxeador.
Es la historia del chico que comienza desde abajo, que logra su primer combate al entrar en el cuerpo de baile y que termina noqueando al principal bailarín para hacerse con el puesto tan deseado.
No falta, no obstante, el amor por Jackie, la encantadora compañera, aunque por medio se interponga Laura, la primera bailarina.
Sylvester Stallone ha cambiado esta vez los gritos de los espectadores provocados por los golpes de los combates en el ring, por la música del grupo de los Bee Gees y aunque no es un especialista en dirigir musicales, se ha adaptado al ritmo impuesto por el famoso conjunto musical, por lo que el film funciona mejor cuando tiene la música y las canciones de fondo, que es en casi toda la narración, abrillantada por un buen sonido Dolby Stereo, cosa que se agradece, en esta clase de cintas musicales, sobre todo para los seguidores del famoso conjunto y también para las admiradoras de John Travolta.
Tiene una coreografía en los números de baile que es realmente espectacular.
Está nominada a los Globos de oro a la mejor canción por la titulada Far from over.
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