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CRITICA
Por: PACO CASADO
Lyz Lopez es una chica de 15 años y 1'60 de estatura que se ejercita en una de las escuelas de esquí más prestigiosa de Francia, el Instituto de Bourg-Saint-Maurice, situado en Los Alpes, para participar en los campeonatos de esquí a las órdenes de Fred, un exigente entrenador, un ex campeón que fue expulsado de la federación cuando tuvo una larga lesión.
Es bastante mayor que ella, y está con Lilou, que es la encargada de la estación de esquí donde está ubicada esa escuela de élite, en el corazón de los Alpes franceses, que no tiene otra meta que las Olimpiadas.
Lyz poco a poco se presenta a los diversos campeonatos que corresponden a su edad y va ganando carreras.
Fred vigila todas las cuestiones que pueden influir en la joven atleta, desde la comida hasta el peso, los entrenamientos y Lyz le responde dándolo todo y ganando incluso el campeonato de Francia, al mismo tiempo que se acentúa la amistad con Fred.
Lyz tiene una amiga, Catherine, que con frecuencia le pregunta si le gusta Max, un chico de sus edades, que parece que también le gusta a ella, pero Lyz siente verdadera admiración por su entrenador hasta llegar al enamoramiento y su sueño es ganar el Campeonato de Europa y ser medallista olímpica.
Paralelamente circula la historia de la madre, una mujer divorciada, que le cuenta a su hija que ha encontrado trabajo en Marsella y acaba de conocer a un hombre que le ha invitado a pasar las Navidades en Bilbao, por lo que le dice que llame a su padre para irse con él durante una temporada, pero vive lejos y no lo hace.
Entre tanto Fred le regala unos magníficos esquís, le consigue un patrocinador y acepta que se quede a vivir con ellos para que Lilou le ayude en los estudios, pero esto provoca los celos de ella acerca de la relación que se establece entre profesor y alumna.
El puntilloso y medido guion confeccionado por la directora con Marie Talon, hace que se note la presencia femenina en determinados detalles fisiológicos.
La historia se inspira en algunos abusos sexuales deportivos ocurridos últimamente y en la propia experiencia en este sentido de la directora Charlène Favier y en él plantea la ambición de tratar de lograr ser campeón, lo que supone mucho sacrificio e incluso renunciar a momentos con la familia hasta llegar a conquistar el deseado triunfo, lástima que la película tome un inevitable camino previsible y el final no nos acabe de convencer del todo, lo que hace que interese más la forma que su contenido.
También toca el tema de los posibles abusos sexuales cuando se trata de las relaciones en los entrenamientos de distintos sexos que pueden llegar incluso a la pederastia cuando se trata de menores de edad, como puede ser el caso de la protagonista en este film, ya que Lyz vive sola un tiempo y sin nadie que la defienda, siendo la soledad su mayor problema.
A veces cabria plantearse si el triunfo ha merecido la pena tras un tormentoso camino.
Una vez más nos enfrentamos a una coproducción franco-belga, realizada con un corto presupuesto, con actores que no son conocidos, caso de la protagonista la francesa Noée Abita de veinte años que hace perfectamente de una chica de 15 y la serenidad de Jérenie Renier en el papel del entrenador que va con el sigilo de un zorro tras su presa.
En esta ocasión la dirección supone el debut en un primer largometraje de ficción de la directora gala Charlène Favier con el que participó en el Mercado del Film Online en el Festival de cine de Cannes 2020.
El título del film tiene el doble sentido de la competición deportiva y la carrera personal para llegar al triunfo.
Nominada a los premios César como mejor ópera prima.
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