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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta película es el retrato de las consecuencias de una tragedia violenta, ocurrida hace años, que afecta a la vida de dos parejas que por fin están dispuestas a hablar para seguir adelante con sus vidas y lo hace de una manera diferente.
Lo primera que tenemos que decir es que no recordamos haber entrado en una historia, como ocurre aquí, sin saber nada absolutamente de lo que se va a tratar y así se lo recomendamos.
El film comienza con dos personas adultas que son Judy y Anthony, que preparan una habitación que corresponde a una iglesia episcopaliana, para una reunión que está a punto de celebrarse, desplegando una mesa y cuatro sillas. Primero llega Kendra que mediará entre las cuatro personas que se van a reunir.
Al poco tiempo llega la primera pareja constituida por Jay y Gail. Poco después se presenta la otra pareja compuesta por Richard y Linda, igualmente ya mayores como los anteriores.
Se les informa que tienen bebidas y comida por si quieren tomar algo a lo largo de la reunión y empieza la relación, con la entrega por parte de Linda, de la segunda pareja a la primera, de una maceta de flores, como una atención, que Gail agradece.
Tras este primer contacto comienza la relación entre los cuatro y poco a poco nos vamos enterando en qué consiste esta reunión, a lo largo de las casi dos horas que dura ésta, en la que se lleva a cabo una terapia de las dos parejas ante los hechos ocurridos hace tiempo.
Preferimos no apuntar nada de lo que allí se habla para no hacer spoiler y que el posible espectador pueda ir descubriendo, como lo hicimos nosotros, cual es el tema de lo allí tratado, que no es otro que la culpa y la inocencia, el dolor, el perdón, la compasión, el sufrimiento, la ternura, las lágrimas, la educación de los hijos, la cultura social, los videojuegos.
A lo largo de la misma se pueden observar las reacciones que lo que se habla produce en los distintos componentes de la mesa, sobre todo en las mujeres y especialmente en Gail, que es la más afectada y de la que Martha Plimpton, que es la actriz que la interpreta, tiene un mejor trabajo de los cuatro.
Se puede decir perfectamente que se trata de una obra de teatro a pesar de que sea un guion escrito directamente para el cine, ya que apenas si se mueven las cuatro personas que están sentadas a la mesa, salvo en los últimos minutos previos a marcharse.
No obstante, la realización llevada a cabo por parte de Fran Kranz se ocupa de que se nos ofrezcan distintos puntos de vista a lo largo de la charla para que no se haga monótona la puesta en escena, nunca mejor dicho, que termina cerrándose con la marcha de las dos parejas, cada uno por su lado, tal como llegaron.
Fran Kranz es un veterano actor con más de setenta títulos en su filmografía, entre largos, cortos y series de televisión, que se ha pasado a dirigir, siendo este el primer largometraje que realiza del que ha salvado el escollo que esta historia suponía con habilidad y con una buena dirección de estos expertos actores, rodado en tan sólo dos semanas y queremos pensar que con un reducido presupuesto.
Premio del público en el Festival de Busan. Premio Robert Altman en los premios Indepent Spirit. Premio Gold Derby al conjunto del cast. Premio de la crítica del público y Fipresci en el Festival Heartland. Premio Music City a la banda sonora. Premio del jurado joven en el Festival de San Sebastián. Premio a la mejor narrativa en el Festival de Woodstock. Y numerosos premios de los críticos norteamericanos.
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