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CRITICA
Por: PACO CASADO
Mucho nos resistimos en su momento a hacer la crítica de El manantial de las colinas (1986), pero por otra parte tampoco queríamos que la película pasara desapercibida para el gran público, siendo de una calidad notable.
Y es que era como comentar medio cuadro pintado por Murillo, por ejemplo, era como criticar la mitad de una obra de teatro o una novela, de la que aún desconocíamos la otra media.
Afortunadamente con 'La venganza de Manon' (1986) se ha seguido en la misma línea de calidad de la primera parte, e incluso se ha subido un poco más el nivel si cabe, y en contra del dicho de que nunca segundas partes...
Después de la muerte de Jean Cadoret, su esposa ha vuelto a los escenarios para cantar ópera y su hija Manon se ha convertido en
una hermosa y guapa pastora, pero algo tímida, que se plantea vengarse de los hombres que, llevados por su codicia, conspiraron para adquirir la tierra de su padre, lo que le causó la muerte algunos años atrás.
Superada ya la primera entrega, nos encontramos que han transcurrido media docena de años y Manon, la hija del jorobado, ha crecido y tras ser testigo de lo que le ocurrió a su padre, atando cabos y sacando conclusiones de los comentarios que oye en el pueblo que dice la gente, un día el destino le pone en sus manos el arma para poderse vengar de todos los lugareños que durante mucho tiempo ocultaron lo que era un secreto a voces y de camino castigar a los asesinos de su progenitor.
Si interesante es hasta aquí el relato, más se incrementa éste cuando creídos que ha finalizado, aún aguarda un apéndice que hará subir la tensión y el interés del mismo, como si de una tragedia clásica se tratara, puesto que el drama finalmente se agudiza aún más.
El agua aquí va a seguir siendo el motivo principal de la trama en tono a la cual giran todas las incidencias del argumento con el enamoramiento de Manon del sobrino de Pepet, la intromisión de un nuevo maestro llegado al pueblo y el testimonio final de una ciega que desvela determinados secretos.
Claude Berri continua en la realización en la misma línea de calidad de la primera entrega, contando con idéntico ritmo pausado y adecuado al desarrollo del drama, con un Yves Montand que vuelve a superarse a sí mismo en su buen trabajo interpretativo.
Premio César a Emmanuelle Beart como Manon. Premio de los críticos de Kansas City al mejor film. Premio NBR a la mejor cinta en lenguaje extranjero. Nominada al Bafta como mejor película extranjera.
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