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RITICA
Por: PACO CASADO
Secuela de la película de la factoría de cómics de Marvel de Doctor Strange (2016) de Scott Derrickson, que aquí el protagonista amplia sus límites como no lo había hecho anteriormente viajando a lo desconocido con la ayuda de algunos antiguos aliado, atravesando la alucinante y peligrosa realidad del multiverso para luchar contra Wanda Maximoff, más conocida como la Bruja escarlata.
La historia se inicia con una escena de acción en la que una chica llamada América Chávez, va persiguiendo tomar un libro mágico en compañía del Doctor Stephen Strange.
La segunda secuencia es una con la que suelen terminar muchas historias y no es otra que una boda, la de Christine Palmer, su amor perdido, con otro hombre, cuyo ágape se ve interrumpido por la presencia de un enorme pulpo gigante que va destrozando todo lo que encuentra a su paso, que hace que el Dr. Strange use sus poderes para parar la masacre y liberar a la chica, América Chávez, que apareció al inicio buscando el libro que resulta ser de otro universo, que tiene poderes para circular de uno a otro lo que llama el multiverso.
Y hasta aquí podemos leer, como se decía en el famoso concurso televisivo.
Todo lo demás es una constante lucha entre el Dr. Strange y Wanda por controlar los poderes de la chica, con la problemática de que los personajes se duplican, caso de Wanda de una bruja y por otra parte madre amorosa de dos hijos adolescentes, como igual ocurre con el Dr. Strange que hay otro igual en un universo paralelo y así podríamos seguir hasta el infinito, lo que hace que no nos identifiquemos con los personajes y que el argumento de esta película sea de lo más complejo o más bien diríamos confuso, en el que todo vale, sin que nos importe lo que sucede, ya que también aparecen otros superhéroes de Marvel como una Capitana América, uno de los integrantes de los 4 fantásticos, Los Vengadores etc.
Hacía nueve años que Sam Raimi estaba dedicado a la televisión y este nuevo film supone su regreso al cine y en concreto vuelve con uno de superhéroes como últimamente lo hizo con las tres entregas de Spiderman entre los años 2002 y 2007, con las que logró revitalizar el género.
En esta ocasión hace una combinación de ciencia ficción, fantasía, terror y aventuras para permitir una mayor evasión por parte del espectador, aunque ello le obligue a estar más atento.
El desbloqueo del multiverso le permite acceder a dos horas en las que se olvide de sus problemas dejando volar la imaginación e incluso soñar, porque como alguien dijo alguna vez "el cine es un sueño que se sueña despierto", pero también está expuesto al desconcierto, el desorden y la confusión.
Aunque a lo largo de la trama se introducen algunas escenas de terror, mayor es el que estamos viviendo con la guerra de Ucrania en lo que la Humanidad cae una y otra vez en los mismos errores.
El mayor peso del trabajo interpretativo recae en un sobrio Benedict Cumberbatch, Elizabeth Olsen estupenda en su doble cometido y bien la debutante de 16 años de origen mexicano Xochitl Gómez.
No vamos a dudar ahora de la eficacia de Sam Raimi detrás de las cámaras, un director aficionado a los cómics, algo que le influye en su forma de concebir los planos.
En este caso trata de salvar un guion que no nos parece de lo más imaginativo, que se refugia en ese invento del multiverso y se soslaya con una gran abundancia de efectos visuales como no hemos visto en mucho tiempo, en lo que se habrá empleado buena parte de los más de 85 millones de dólares de su presupuesto para formar este gran espectáculo, pero fallido en parte a nuestro entender.
La banda sonora compuesta por Danny Elfman acompaña adecuadamente a la acción,
Hay dos escenas tras los créditos finales lo que da a entender que habrá una continuación.
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