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RITICA
Por: PACO CASADO
La falta de ideas originales hace que los guionistas recurran cada vez más a basarse en novelas, obras teatrales, videojuegos, series de televisión o en último extremo a hacer nuevas versiones o remakes de éxitos del pasado, títulos que funcionaron bien de cara a la taquilla o a la crítica, que por lo general, actualizan un poco, pero no logran casi nunca superar al original.
Así ha ocurrido, una vez más, con el libro escrito por Ben MacIntyre que ya en su día ya se llevó al cine por primera vez con el título de El hombre que nunca existió (1956), dirigido por Ronald Neame e interpretado por Clifton Webb, Gloria Grahame y Robert Flemyng, que fue muy bien considerado por la crítica en su momento.
Lo que se recoge en el libro y ahora de nuevo en esta película es un insólito hecho real llevado a cabo durante la Segunda Guerra Mundial, que cambiaría el curso de la misma.
Es la historia de la estratagema bélica ideada por Ewen Montagu y Charles Cholmondeley que consistía en hacer que los ejércitos nazis alemanes desviaran el punto de mira hacia Grecia y abandonaran Italia, creyendo adelantarse en aquel lugar al enemigo, que de esa forma dejarían Sicilia donde realmente van a desembarcar las tropas aliadas evitando así una posible masacre.
Para ello se trata de hacer llegar a la costa española de Huelva, concretamente Punta Unbría, en 1943, un oficial de la Royal Marine, William Martin, muerto, portando importantes documentos secretos con esas órdenes de desembarco en Grecia para que las autoridades españolas los hicieran llegar a los espías alemanes del Tercer Reich para que a su vez se los dieran a sus superiores.
Aquellos que conozcan la historia sabrán que la estrategia fue todo un éxito ya que los alemanes se tragaron el engaño.
El film se puede dividir prácticamente en dos parte, una primera que consiste en buscar el cadáver adecuado para hacerlo pasar por el Mayor William Martin y que no levante sospechas de ser un falso militar, en lo que se detiene con todo detalle, mientras que en la segunda entra más en juego el interés y el suspense de saber si la "Operación carne picada", que así se denominó la misión, tendrá el éxito esperado.
El relato se inicia con la marcha de Iris, la esposa, y los hijos de Ewen Montagu a Estados Unidos y entre tanto se inicia una especie de romance con la joven viuda del servicio secreto Jean Leslie, que presta su fotografía para hacerla pasar por Pam, la supuesta esposa del muerto.
Mientras que la primera marcha a un ritmo lento, deteniéndose puntillosamente en demasiados detalles para que el anzuelo sea perfecto, la segunda se lleva a un ritmo más ligero hasta llegar al desenlace final.
Aquellos que recuerden la primera versión verán que hay algunas variantes, mientras que en la primera el vagabundo elegido que creen no tener familia, aparece su padre al que convencen para hacer pasar a su hijo por un héroe al servicio de la patria, en esta es la hermana la que acude, y también hay una cierta rivalidad entre oficiales que hacen que se espíen.
Digamos que la primera versión se ceñía más rigurosamente a los hechos, mientras que en esta se introducen algunas escenas de ficción que son innecesarias.
Tampoco recordamos que en la primera existiera el romance que hay en esta segunda.
De una forma o de otra son pequeñas variantes sin importancia en un producto bien hecho, como es frecuente en el cine inglés, con historias de esta clase con una nómina de actores impecable aunque en este caso sea en coproducción con los Estados Unidos.
El director británico John Madden, del que recordarán Shakespeare in love (1998), es el encargado de llevar este relato histórico a buen puerto con una ambientación muy cuidada.
Como curiosidad se incluye el personaje de Ian Fleming, el creador de las novelas de James Bond.
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