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RITICA
Por: PACO CASADO
El cine español tiene un tema recurrente en los más de cuarenta años de terrorismo que estuvo en activo la organización criminal ETA residente en el País Vasco.
Indudablemente de aquellos tristes hechos se pueden sacar miles de historias, como es el caso de la novelista Gabriela Ybarra al escribir su primer libro, autobiográfico, publicado en 2015, basado en el secuestro de su padre, Jabier Ybarra Bergé, el 20 de mayo de 1977 y asesinado un mes después, que ganó varios premios, en el que está basado el guion de esta producción, 'El comensa'l (2002).
En esta ocasión transcurren dos acciones de forma paralela, perteneciente a la misma familia, pero cada una sucede en un tiempo distinto de dos generaciones consecutivas.
La primera de ellas en Bilbao en 1977, es la de la familia de Javier Arriaga, un hombre cabal, empresario, político y muy religioso, que un día llegan los miembros de un comando de ETA a su domicilio y lo secuestran, a lo que no opone la más mínima resistencia y por el que pedirán mil millones de pesetas por su rescate, cifra que no tiene, ni su familia puede conseguir.
La acción continúa años más tarde en Navarra en 2011, con la familia compuesta por Fernando, su esposa Amalia y su hija Icíar, que viven la enfermedad terminal de un cáncer de la madre, que termina siendo cuidada por su hija hasta el fatal desenlace.
A partir de ahí Icíar se interesa por conocer qué fue lo que sucedió con su abuelo, al que nunca conoció, Javier Arriaga, del que su padre se niega a contarle, mientras ella investiga por su cuenta la reconstrucción de aquellos luctuosos hechos hace más de 30 años.
Como decíamos el guion va mostrando al espectador lo que ocurrió en aquellos momentos y lo que pasa en la actualidad, bien llevado por la coguionista con la autora de la novela Gabriela Ybarra y directora ╡ngeles González Sinde en este su tercer largometraje detrás de la cámara, con el que vuelve al cine, aunque el espectador tarde un poco en identificar a los protagonistas de en cada momento, el histórico y el actual, pero nos quedamos con las ganas de saber por qué Fernando no quiere hablar del pasado y remover viejos y tristes recuerdos para su hija.
La película tiene algunos convencionalismos que el espectador tiene que admitir, pero eso ocurre en las mejores familias, como se diría coloquialmente.
Ambas partes tiene un mismo tema en común, el dolor de la pérdida, la primera por el asesinato de ETA, la segunda por esa otra guerra contra el cáncer, y la muerte en ambos casos.
Una realización correcta y un buen trabajo del trío de actores protagonistas, fundamentalmente, tanto de los veteranos Ginés García Millán y Adriana Ozores en el papel de los padres, como de la joven Susana Abaitua en el personaje de icíar, la hija.
La fotografía de Juan Carlos Gómez saca buen partido de los paisajes vascos de Navarra y Bilbao, fundamentalmente en los que transcurren los hechos, y la música de Antonio Garamendi pone acento en los momentos más dramáticos para calentar una cinta realizada con una cierta frialdad.
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