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RITICA
Por: PACO CASADO
Cinco amigos, Rodri, Álvaro, Maza, Suso y Garriga, pasan un último verano juntos antes de que comience para ellos la transición a la edad adulta.
La historia se inicia con Rodri huyendo de una pandilla que quiere atraparlo, pero escapa de ellos y a continuación se marcha con sus padres al pueblo a pasar las vacaciones de verano.
Pronto se encuentra ese mismo día con el resto de la pandilla y ahí comienzan las aventuras sin tregua cuando a la mañana siguiente deciden ir de acampada a la montaña y pasar allí la noche de San Juan en la que lo que se quema en la hoguera se olvida para siempre.
Posiblemente todos hayamos vivido algún verano parecido cuando éramos jóvenes y nos lo pasábamos bien con cualquier cosa o también recordamos la serie Verano azul, salvando las distancias y diferencias con la historia de esta película que tiene también algunas semejanzas con títulos americanos de este mismo género.
Los cinco componentes de la pandilla, son capaces de desafiar a otra de chicos mayores e incluso burlarse de ellos cortándoles los cables de sus motos o dejándolos sin gasolina.
El título está extraído de la canción de igual nombre que suena de fondo en la banda sonora en algún momento de la acción, que fue todo un éxito allá por los años ochenta, que es la época en la que se desarrolla la narración.
El guion está escrito por Albert Espinosa, del que recordarán aquel otro film titulado Planta 4ª, que dirigió el recordado Antonio Mercero, en el que también había un protagonista juvenil que tenía cáncer, como vuelve a ocurrir aquí con uno de los componentes de esta pandilla que se erige en héroe y centro de atención en algunos momentos.
Es Espinosa un autor que no es de extrañar que esté obsesionado con esta enfermedad después de lo que ha sufrido en su propio cuerpo siendo víctima de ella y estando vivo de milagro.
Tiene varias escenas que no son muy creíbles, como la secuencia de los drogadictos y la recogida del bebé de la madre muerta por sobredosis y su dejada de la criatura en la sala de maternidad del hospital entre otros niños recién nacidos.
Hay un elogio a la amistad entre los integrantes del grupo cuyas peripecias resultan divertidas en ciertas travesuras de las que llevan a cabo.
Aunque se trata de una cinta de encargo, Dani de la Torre rueda con agilidad y solvencia, ya que no se hacen sentir el paso de los minutos, sacando buen partido de los paisajes gallegos de los lugares donde ha sido filmada, de lo que se ha encargo Josu Inchaustegui, como director de fotografía.
En cuanto a la interpretación se comportan bastante bien los jóvenes debutantes e incluso mejor que los mayores del otro grupo.
El problema de esta película reside en que esta historia juvenil, que teóricamente va destinada a esos espectadores de la misma edad, no les interesa para nada a ellos, enfrascados en otras cosas o enganchados a los móviles y la redes sociales, ya que les resulta antigua, vieja, caduca, por lo que nos da que muy comercial no va a resultar.
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