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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cuando su abuela Cecilia enferma gravemente, Camila, una chica que tiene 17 años, se ve obligada a dejar su instituto y mudarse de Mar del Plata a la ciudad de Buenos Aires, con Victoria su madre y su hermana menor Martina dejando atrás una escuela secundaria pública liberal por una institución religiosa escolar privada, tradicional, que le obliga a llevar uniforme, algo en lo que son muy estrictos, que se opone a sus ideas liberales.
Es un mal momento para tener que hacer frente a tantos cambios, de casa, de ciudad, de colegio, de amistades...
Está en la edad en la que se le despierta el deseo sexual y de dar forma a su nueva personalidad mientras vamos asistiendo al proceso de maduración de la protagonista que aún no sabe lo que quiere.
Se acomodan en la casa de la abuela mientras está ella en el hospital, teniendo que dejar la comodidad de su hogar y que compartir habitación con su hermana.
La madre es una mujer divorciada y un tanto estricta con las hijas, a las que interroga con frecuencia, sobre todo a Camila, la mayor, de dónde ha estado, a lo que suele responder de malos modos, cosa que le afea.
De repente se ve como una persona sin amigos, aunque poco a poco se van acercando a ella para ir conociéndola los compañeros de clase, encontrando como más cercanos a Lourdes y Pablo.
Clara un día le pinta los labios y le regala la barra y más adelante intima con ella insinuándose sexualmente y no será la primera vez que lo haga, aunque alguien le recomienda que no se enganche con ella, que es la ex de Franco con el que tuvo una relación, se quedó embarazada y abortó.
El temperamento feroz pero inmaduro de Camila se pone a prueba, teniendo que lidiar con nuevos amigos, el cambio a una gran ciudad con la gran cantidad de posibilidades de todo tipo y tentaciones que ello ofrece con las que tener nuevas experiencias de toda clase.
Se trata de una producción hecha con un escaso presupuesto que trata de bucear en los peligros de la juventud actual, que gusta de salir de noche, de ir a discotecas y de estar constantemente en peligro en cuanto a las relaciones sexuales, así como en este caso la conducta de una madre divorciada, sin la presencia de un padre que aporte otro punto de vista.
Es la típica película de mujeres ya que ocupan todos los puestos de la realización de este film, mientras que los hombres apenas aparecen en el guion y de forma tangencial a lo largo del desarrollo del argumento como el oponente masculino.
En ella se tocan problemas femeninos como la libertad de la mujer, el acoso sexual, las reivindicaciones sobre el aborto, los valores feministas y la defensa de la libertad sexual.
El guion resulta un tanto disperso ofreciendo un serie de situaciones que se suceden sin una continuidad, que nos lleva a un final un tanto previsible.
En la interpretación destaca la presencia de Nina Dziembrowski que tan sólo había tenido una breve intervención en una cinta anterior y aquí es el corazón de esta historia.
Esta es la cuarta película de la directora cordobesa argentina Inés María Barrionuevo de la que todos sus largometrajes anteriores tratan sobre problemas que tienen las mujeres y esta no iba a ser menos, en este casa en una adolescente en edad escolar.
Las tres suyas anteriores participaron en festivales españoles de San Sebastián y Málaga.
En este caso hacen presencia tres generaciones, la abuela, la madre y las hijas, aunque únicamente se contemple la problemática de estas últimas.
El problema de este film es que plantea unas cuestiones que no acaba de resolver o de dar solución a las mismas.
Premio a la mejor dirección y mención especial para Nina Dziembrowski en el Festival Kerala.
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