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CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta es la cuarta tediosa y aburrida entrega de las cinco novelas escritas por la norteamericana Anna Todd que se convirtió en un enorme éxito literario al que ha correspondido igualmente el triunfo en el cine, pero únicamente a nivel comercial y de taquilla, que no igualmente en lo artístico.
Podríamos decir que es una saga muy femenina ya que desde la autora de la novela hasta la dirección y el guion, salvo el caso del segundo capítulo, que lo hizo Roger Kumble, ha sido dirigida por mujeres e igualmente ha ocurrido en la confección del guion en el que en alguna de las entregas incluso ha colaborado la propia autora de las novelas.
Esta vez se da la circunstancia que repite en la dirección Castille Landon que ya se encargó de la tercera parte lo que también ocurre con la guionista Sharon Sobol que igualmente está en este cuarto capítulo.
A medida que se descubre alguna verdad sobre las familias de la pareja protagonista, como que el hijo le achaca al padre la muerte de su madre al darse a la bebida, o el conocer quién es su verdadero padre, lo que pone una vez más de relieve el mal carácter de Hardin, no obstante los dos amantes descubren que no son tan diferentes y que se siguen queriendo a pesar de la distancia.
Tessa ha madurado y ya no es la chica que era cuando conoció a Hardin, como tampoco él es el chico estúpido y presumido del que ella se enamoró.
Sin embargo surgen las tragedias, como el descubrimiento de Tessa de su padre muerto por sobredosis y ante la mala relación que sigue existiendo entre ambos, ella se refugia en Landon que le ayuda en esos momentos tristes del entierro, lo que provoca los celos, una vez más, de Hardin.
Por otra parte la visita de Tessa al médico origina otro inconveniente en la pareja.
Durante toda la proyección no dejamos de pensar en que esta historia no da para más, sin acordarnos que aún hay otra novela, la quinta, lo que nos sacará de nuestra duda cuando al final aparece el rótulo de Continuará, con lo que ya no sabemos qué más tópicos se nos pueden ofrecer en esta relación juvenil, en la que no se hace más que repetir situaciones vistas desde la primera entrega hasta ahora en estos amores tóxicos de los personajes creados por la escritora Anna Todd que tanto ha gustado a la población juvenil mundial, sobre todo femenina, aunque ya el rendimiento en la taquilla no está siendo el mismo.
Primero fue el descubrimiento del primer amor, después el rompimiento, la separación y ahora la tragedia familiar.
Cualquiera de las críticas anteriores se podría aplicar a esta nueva entrega ya que todo va en la misma línea, tanto de realización como de interpretación de los principales protagonistas, Tessa y Hardin, encarnados por la australiana Josephine Langford y el británico Hero Fiennes Tiffin, respectivamente.
En cuanto a los personajes secundarios han ido cambiando constantemente de actores que los encarnaron lo que confunde al espectador al identificarlos como tales.
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