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CRITICA
Por: PACO CASADO
El mundo del deporte siempre ha tenido un hueco en las producciones cinematográficas, especialmente en otros momentos el mundo del boxeo, que casi se convirtió en un subgénero del cine policiaco así como el baloncesto, el fútbol, el baseball, etc.
Lo que no es tan frecuente es el mundo del waterpolo.
Aquí se cuenta cómo la selección española de este deporte se erigió en protagonista al convertirse en uno de los mejores equipos del mundo gracias a un programa de entrenamiento que llevó a cabo su exigente preparador, el croata Dragan Matutinovic previo a la participación en los Juegos Olímpicos celebrados en Barcelona en el año 1992.
Éste tenía una cierta rivalidad personal con el servio Ratko Rudic de la selección italiana ya que los países de ambos estaban en esos momentos en guerra, siendo así enemigos irreconciliables, conflicto bélico que de alguna manera se traslada al acuático campo de juego.
Buena parte de esta historia se dedica en el comienzo a los exhaustivos entrenamientos llevados a cabo, durante los cuales tenemos ocasión de conocer algunos problemas de los jugadores y el descarte de estos para dejar los mejores.
Entre ellos encontramos al madrileño Pedro García Aguado muy aficionado a escaparse de noche e ir de fiesta así como de consumir alcohol y cocaína, lo que pone en riesgo la posible eliminación del equipo si en algún control da positivo.
Por otro lado está el personaje del catalán Manel Estiarte, el capitán del equipo, un tipo moderado, centrado en lo que tiene que hacer y capaz de dar consejos a quienes los necesitan, siendo todo un ejemplo de afán y de compañerismo, dando ejemplo con su propio esfuerzo para lograr el sueño de todos.
Posteriormente la película centra el último tercio en la competición en la que España va eliminando a sus sucesivos competidores hasta llegar a la final en la que se enfrentan los dos mejores equipos, España e Italia, con el consiguiente suspense de quién ganará, como si se tratara de un film de Alfred Hitchcock, debido a las tres prórrogas que se concedieron al terminar al tiempo oficial en empate.
Se trata pues de una historia real que revive los momentos más emocionantes del torneo y aunque los muy aficionados al deporte sepan el resultado final, disfrutarán igualmente aunque mucho más aquellos que lo ignoren.
Los 42 segundos del título son los que faltan para acabar el partido y en donde se centra la mayor parte del suspense, al tiempo que marcan un merecido homenajes al esfuerzo de esos deportistas.
Jaime Lorente y Álvaro Cervantes encarnan a los dos principales protagonistas, Pedro y Manel, respectivamente, de forma eficaz, poniendo en ello todo el corazón y la emoción de sus acciones en el agua y fuera de ella.
En esta ocasión el catalán Dani de la Orden ha compartido la dirección con Alex Murrull, que debuta en este terreno tras provenir de la dirección de fotografía y en este caso se engancha a la dirección de su primer largometraje con Dani además de participar en la dirección y al parecer se han entendido bien a raíz del resultado obtenido.
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