|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Tras competir por el León de oro en la Mostra de cine de Venecia llegó para inaugural el Festival de Cine europeo de Sevilla 2022 'Los hijos de otros' (2022), de Rebecca Zlotowski, participando en la Sección oficial.
Rachel Friedman es una profesora judía de instituto que tiene 40 años cumplidos, está soltera, sin hijos, ama su vida, a sus amigos, a sus estudiantes de secundaria, se preocupa por ellos, y a cuantas personas tiene a su alrededor dado su estupendo carácter.
Ella se siente feliz, sonríe por las esquinas y los martes, tras su trabajo en el instituto, suele ir a tomar clases de guitarra que da Ali Ben Attia, un francés de origen árabe, cuyo trabajo es el de diseñador de coches, del que termina enamorándose.
Alí está separado de Alice, con la que tiene una hija Leila (en árabe noche), de cuatro años, de la que Rachel termina encariñándose y con la que entabla una buena amistad.
Pero dos problemas le asechan a Rachel, por una parte su reloj biológico dada la edad que tiene, que marcha de forma implacable hacia el momento de no poder tener sus propios hijos, algo que ella desea con toda su alma, pero se le ha pasado la hora y por otra parte el hecho de que Leila ya tiene su propia madre, con la que está en semanas alternas con su padre.
Cuando Rachel conoce a Alice se comportan como personas civilizadas sin que haya entre ellas ningún problema.
En este sentido Rachel pisa un terreno peligroso porque el amor no lo puede solucionar todo.
Se trata de una película profundamente emocional, dirigida por Rebecca Zlotowski con una gran sensibilidad y sutileza, directora que ya estuvo en el Festival de cine europeo de Sevilla con su film 'Grand Central' (2013) y que ahora vuelve con este su último trabajo 'Los hijos de otros' (2022), donde trata de reivindicar a las madrastras que tan mal son tratadas en los cuentos de hadas infantiles y que no siempre se comportan así como lo hace en esta historia la protagonista.
El guion, escrito por la propia directora, tiene otras subtramas que adornan el relato central, como la de la hermana de Rachel, la de Dylan, uno de sus alumnos, o la de Vincent, un profesor compañeros de Rachel, mucho más joven, que está secretamente enamorado de ella.
Se trata de una historia muy bonita, un tanto original, bien desarrollada, que narrativamente suele utilizar el cierre en iris para pasar de una secuencia a la siguiente, cosa que prácticamente está en desuso, pero que le va bien a la narración y la hace un poco diferente, que cambia en el tercio final con un desenlace imprevisible.
Virginie Efira está realmente muy bien en su papel de Rachel, una actriz francesa que está en estos momentos en el candelero, que no para de trabajar, y que cada vez está mejor en cada nuevo personaje que interpreta, en este caso al lado de Roschdy Zem como Ali y de Chiara Mastroianni como Alice, la ex mujer de éste.
La banda sonora está adornada con varias canciones conocidas además del Concierto para mandolina en do mayor, de Vivaldi, que hacen más agradable la narración de este quinto y emotivo largometraje de la directora parisina, que posiblemente sea el mejor de su filmografía.
Premio Lumiere a mejor actriz a Virginie Efira. Mejor edición en el Festival de cine europeo de Sevilla.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
PREMIERE