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CRITICA
Por: PACO CASADO
Dentro de la sección EFA se ha proyectado en el Festival de cine europeo de Sevilla 'Tori y Lokita' (2022), dirigida por Jean-Pierre Dardenne y Luc Dardenne, con su habitual tipo de cine sencillo en busca de los problemas de la sociedad, en este la inmigración.
Tori es un niño de 12 años y Lokita una adolescente de 16 años, ambos de color, que han sido traídos por las mafias a Europa, concretamente a Bélgica, que tienen que pagar el dinero del viaje, por lo que ambos, que han viajado solos desde África, se unen en una indestructible amistad para luchar contra las crueles condiciones de vida que llevan en el exilio, trabajando de manera clandestina como portadores de drogas para ganar un poco de dinero con el que poder pagar lo que deben a los mafiosos.
Por otra parte Tori estudia en una institución que lo ha acogido como menor de edad, pero le dejan salir con la condición de estar de vuelta antes de las diez de la noche.
Por su lado Lokita, pretende tener los papeles correspondientes aunque sea de forma ilegal y para ello se ve sometida sexualmente, para no ser deportada.
Sueña con poder trabajar como sirvienta y tener algún día su propio piso donde vivir, mientras también tratan de poder mandar dinero a las familias que se quedaron allí, para pagar la educación de sus cinco hermanos.
Si en algo se caracteriza el cine de los famosos y acreditados belgas hermanos Dardenne, realizadores muy premiados por anteriores producciones, dos veces con la Palma de oro del Festival de Cannes por 'Rosetta' (1999) y por 'El niño' (2005), es su gran capacidad para conmover a los espectadores con los temas que suelen escoger que de alguna manera reflejan el drama de los problemas de la sociedad actual, como por ejemplo los que atañen a los dos jóvenes protagonistas de esta historia.
De esa manera siempre están al lado de los más débiles de la sociedad como es el caso de Tori y Lokita, que dan nombre a esta película.
Ambos fingen ser hermanos, cuando en realidad no se tocan nada, simplemente se han unido ante la adversidad y para luchar por salir del problema que tienen planteado, resistiendo unidos a las duras condiciones de vida a que se ven metidos debido a la inmigración, a la soledad, sin el cariño de la familia y para poder sobrevivir, aunque sea vendiendo droga, ejerciendo de camellos mal pagados con unos pocos euros.
Ella llega incluso a convertirse en "jardinera" de una plantación de marihuana, encerrada como en una prisión, sin poder salir, desprovista del móvil por lo que no puede hablar con Tori, porque dicen que la policía rastrea las llamadas y localizan la plantación.
Film de una cierta dureza por la vida inhumana que llevan estas dos criaturas, contada con total claridad, que sacan ambos, Pablo Schils y Joely Mbundu, unas tiernas interpretaciones bastante convincentes y emotivas.
El problema de esta cinta es que el mayor y casi único atractivo para la comercialidad del mismo es la fama adquirida, de cara a los cinéfilos, por los dos hermanos realizadores, ya que en su reparto no figura ningún nombre famoso que atraiga al espectador.
Premio 75 aniversario del Festival de cine de Cannes. Mención especial en el Festival de Jerusalén. Premio Euskal Gidoigilee Elkartea en el Festival de San Sebastián.
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