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CRITICA
Por: PACO CASADO
Llegadas las fechas cercanas a la celebración de las fiestas navideñas los títulos que tratan sobre este tema surgen como setas, aunque últimamente se están produciendo en esas historias algunas variantes, como es el caso que ocurre en esta que se estrena esta semana, 'Noche de Paz' (2022), un título en el que nadie se espera que en sus imágenes se encuentre en lugar de una película amable sobre el personaje de Santa Claus, toda una historia de acción con escenas violentas llenas de abundante sangre.
El relato comienza con la llegada de los miembros de la multimillonaria familia Lightstone a la gran mansión de Greenwich, en Conética, en la que vive la abuela Getrude, el día de Nochebuena para cenar y entregar los regalos.
Los componentes de la familia no se llevan muy bien entre ellos ya que los dos hijos, Jason y Alva, se disputan ser el elegido para heredar los muchos millones que su madre posee.
Pero la fiesta se va a aguar cuando un grupo de mercenarios al mando de Scrooge, que sabe que allí hay escondidos 300 millones de dólares, ataca la propiedad de esta adinerada familia, y Santa Claus deberá intervenir para salvar esa situación y la Navidad.
Será Trudy, la nieta de siete años, la que se ponga en contacto con Santa Claus a través de un walky talky y le pida que salve a los suyos, lo que hace que prácticamente se convierta en un superhéroe que lucha contra los armados delincuentes como si fuera Jean-Claude Van Damme, o el dios nórdico Thor con su martillo, a pecho descubierto, aunque a veces use de la magia navideña.
En un principio el personaje de Santa da la sensación de ser uno de los muchos que en esos días se visten así para ganar un poco de dinero, que bebe whisky en lugar de leche, que es un poco gamberro, que está harto de ese trabajo, y termina siendo el mágico personaje histórico que se le conoce con muchos nombres en los distintos lugares del mundo.
El actor David Harbour encarna a este violento y deprimido Santa Claus, enfrentado al no menos sádico John Leguizamo en el personaje de Scrooge que lógicamente odia la Navidad.
En los metros finales la nieta pone trampas a los intrusos como hacía Macaulay Culkin en Solo en casa (1990) de Chris Columbus, que aportan un poco de comicidad.
Los asaltantes tienen nombres en clave utilizando elementos navideños como Scrooge, el jefe, Krampus, caramelito, bastón de caramelo, muerdago, etc.
Del film deducimos que la Navidad es algo más que hacer regalos, que tener dinero, que ser egoísta o ambicioso, siendo más importante el calor y la unidad de la familia que todo eso.
Encontramos así la mezcla de dos géneros, el de acción con el secuestro de la familia y el uso de la violencia, junto con la comedia navideña representada por la pequeña de la familia y el consabido personaje de Santa Claus.
El noruego Tommy Wirkola es el director de Zombis nazis (2009) y su secuela, Hansel y Gretel: Cazador de brujas (2012), de donde se deduce que es aficionado al género terrorífico, cuya filmografía no posee un bagaje muy brillante, del que ahora nos llega su séptimo largometraje, esta 'Noche de paz' (2022), realizada en la misma línea de los anteriores títulos citados.
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