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CRITICA
Por: PACO CASADO
Los legendarios Clades son una familia de exploradores cuyas diferencias amenazaron con derrocar su misión más reciente y crucial en la que Jaeger se queda para atravesar las montañas y su hijo Searcher regresa.
25 años después está casado con Merian y tiene un hijo Ethan.
Aquí se nos cuenta un viaje de acción y aventuras en el que se adentra en una tierra inexplorada y traicionera donde criaturas fantásticas aguardan a los intrépidos Clades, a los que amenazan con echar a perder la misión más arriesgada hasta el momento.
Ellos viven en Avalonia y son miembros destacados de la misma.
La familia está compuesta por Jeager Clade, un ser egoísta, pero un extraordinario explorador que se interesa más por su trabajo que por su propia familia.
El segundo miembro es su hijo Searcher, que ha descubierto una nueva fuente de energía que se obtiene de unas plantas que se llaman Pando, para el que la familia está por encima de todo.
El tercero es Ethan, hijo de este último, un adolescente joven de 16 años que desea vivir una aventura como su abuelo al que tal vez tenga una ocasión de conocer.
Meridian es la cuarta de la familia, esposa de Searcher y madre de Ethan, que se encarga de fumigar los cultivos de Pando que ha plantado su marido en la granja con los que salen adelante.
Un día se presenta en su casa Calisto Mal, la presidenta de Avalonia y le insta a la familia a embarcarse en la misión de salvar esa nueva fuente de energía y de paso también a la población de Avalonia.
Se ponen en camino, salvo el abuelo, que en su día se despegó de la familia en una misión anterior muy personal y al que encontrarán por el camino uniéndose al grupo de nuevo.
Hay otros personajes secundarios como Legend el perro de la familia y Splat, un ser de color azulado que se hace amigo de Ethan que no habla y es difícil de entender.
De esta forma todos se introducen en ese Mundo extraño al que alude el título de esta película que depara aventuras sin fin, que nos recuerda a Viaje al centro de la Tierra (1959), de Henry Levin, y los libros de aventuras de Julio Verne, un mundo al que acuden en una moderna nave para luchar con cuantos enemigos le salen al paso hasta completar su misión en la que no faltan las sorpresas.
Simultáneamente los personajes hacen también un viaje interior en cuando a las relaciones de los componentes de la familia hacia la reconciliación, la concordia y el entendimiento entre ellos.
Se ha tenido también en cuenta la presencia de personajes multiraciales y la presencia de la mujer en igualdad con los hombres de la misión en la aguerrida Meridian o que Ethan esté enamorado de su amigo Diazo.
La productora Disney se embarca esta vez en un film de ciencia ficción de animación que nos recuerda a muchos otros de personajes reales con una historia que no tiene nada de especial, como igual ocurre con la descripción de los personajes que no están muy definidos, pero sí una gran imaginación en cuanto a la aventura en sí, pero resulta muy interesante la relación que se estable entre ellos.
El abuelo es un ser egoísta que le interesa más su trabajo que su hijo y la familia.
El padre que se hace agricultor, pretende que su hijo también lo sea de lo que se sentiría orgulloso, sin embargo nunca le preguntó si quería tener su mismo trabajo o ser como él, que sin embargo no era eso lo que desea sino seguir los pasos del abuelo.
Esta es la enseñanza que se puede obtener de esta cinta que se estanca en cuanto a la narración, que avanza a paso lento, que posee una animación suficiente, cada vez más realista en la semejanza de los personajes con las personas reales a la que no le falta imaginación en cuanto a los decorados de este extraño mundo en el que sus directores Don Hall y Qui Nguyen intentan compensar el desequilibrio que tiene de ritmo su argumento.
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