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CRITICA
Por: PACO CASADO
Cuenta la celebración alegre, emocional y desgarradora de la vida y la música de Whitney Houston, la mejor vocalista pop femenina de todos los tiempos, siguiendo sus viajes desde la infancia hasta la llegada al estrellato de la canción donde fue conocida como La Voz, la mejor de su generación consiguiendo siete números uno consecutivos, llega ahora a las pantallas su a los diez años de su fallecimiento.
Drama musical dirigido por Kasi Lemmons basado en la cantante y actriz norteamericana Whitney Houston a la que encarna estupendamente la actriz británica Naomie Ackie.
La historia arranca desde cuando era una joven que formaba parte del coro de su madre, también cantante, en Nueva Jersey, que le enseñó el oficio y le exigió hasta llegar a lo más arriba, estando siempre a su lado y aconsejándole en sus sorprendentes actuaciones y a la hora de firmar sus millonarios contratos, en los que también daba su visto bueno el padre, John Houston, que se convirtió en su representante y que no siempre llevó bien el negocio multimillonario de la artista.
Llegó a interpretar tres películas, la primera fue 'El guardaespaldas' (1962) que en principio rechazó pero que finalmente aceptó al saber que su oponente era Kevin Costner.
La segunda fue 'Esperando un respiro' (1995) una historia de mujeres y la tercera 'La mujer del predicador' (1996) con Denzel Washington.
Tuvo una buena relación con su amiga Robyn Crawford, con ciertos sentimientos lésbicos, que le ayudó al comienzo de su carrera a la que nombró directora creativa, hasta que contrajo su turbulento matrimonio con Bobby Brown, que le dio varios disgustos mientras estuvieron juntos, y que de alguna manera la impulsó al consumo de drogas, muriendo el 11 de febrero de 2012 en Beverly Hills, California, a los 48 años de edad.
El film es uno más de las muchas biografías de cantantes que últimamente llegan a nuestras carteleras, cuyo guion nos viene firmado por Anthony McCarten, que fue también el guionista de 'Bohemian Rhapsody' (2018) sobre el cantante Freddie Mercury, realizada con cierta dignidad y academicismo por Kasi Lemmons, una actriz que decidió pasarse a la dirección con 'Eve's Bayou' (1997) a la que siguió 'Muerte de un ángel' (2001) de la que ahora nos llega este su sexto título para el cine 'I Wanna Dance with Somebody' (2022), apoyado siempre en las canciones, manejando bien la cámara, sobre todo en los conciertos, para que sus imágenes no pesen en el ánimo del espectador.
En ella podemos escuchar un amplio y buen repertorio de las mejores canciones de esta artista, entre ellas la que da nombre a esta cinta, la mayoría de las veces completas, lo que hace que se alargue en exceso el metraje, pero que hará disfrutar a la gran cantidad de admiradores de la cantante que llegó a superar en venta a los más grandes de su época, como Elvis Presley o Los Beatles, entre otros, con sus muchos millones de discos vendidos.
Aunque las canciones que se oyen en la banda sonora son las originales interpretadas por Whitney Houston, no obstante el trabajo que hace de ellas la actriz británica Naomi Ackie es realmente admirable, a la que se le puede oír su voz al principio en las intervenciones en el coro en la Iglesia Bautista, a las órdenes de Cissy, su dura madre, en el aspecto musical.
Tiene un papel secundario a su lado Stanley Tucci en el personaje Clive Davis, como el director de Artista Records, y Nefassa Williams encarnando a su amiga Robyn Crawford.
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