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CRITICA
Por: PACO CASADO
La productora creada por Steven Spielberg, Jeffrey Katzenberg y David Geffen con el nombre de DreamWorks para producir títulos de animación, está a punto de cumplir sus treinta años y es la mejor alternativa a las creaciones de Disney/Pixar, que ahora nos ofrece 'El Gato con botas: El último deseo' (2022) dirigido por Joel Crawford y Januel Mercado.
El guion de este cuento de hadas está escrito por Paul Fisher en colaboración con Tommy Swerdlow en el que el personaje extraído del cuento del parisino autor Charles Perrault, ya tuvo un éxito en la película anterior que llevó a la gran pantalla Chris Miller hace once años, 'El gato con botas' (2011) y ahora vuelve a ser protagonista de una nueva aventura animada, esta vez cambiando el realizador al dúo Joel Crawford y Januel Mercado.
En esta ocasión El Gato con botas descubre que su pasión por la aventura le ha pasado factura ya que cuando va a ver a un doctor que le examina, éste le cuenta que ha agotado en ellas ocho de sus nueve vidas y ya tan sólo le queda una (tradicionalmente los gatos siempre han tenido siete vidas).
Debido a ello le da la dirección de Mamá Luna, una mujer muy aficionada a los gatos, donde trata de ocultarse entre los muchos que posee, y allí encuentra a un perrito abandonado sin nombre que se hace pasar por gato.
No obstante un feroz lobo cazarrecompensas anda tras él para acabar con la vida que le queda y también es perseguido por tres Osos con la misma finalidad.
En su aventura se encuentra con ese entusiasta perrito que se convierte en su fiel mascota y con Kity Patita Suave, una gata amiga, que le gusta trabajar sola, pero que le ayudan en su aventura embarcándose en un épico viaje para encontrar la mítica Estrella del deseo para que le recupere sus vidas perdidas como tenía antes.
Cuando entran en el Bosque oscuro luchan con mil y una dificultad para poder lograr su propósito, lo que constituyen el meollo central de esta divertida historia animada, que complica la trama, aunque los personajes están bien definidos, pero el montaje en corto en las escenas de acción crea una cierta confusión.
Como ocurría en la entrega anterior de este personaje vuelve a ser encarnado, en lo que respecta a la voz, por Antonio Banderas, que le da un cierto acento andaluz con mucho gracejo.
Como enseñanza se puede sacar que aunque se tenga una sola vida, como nos ocurre a las personas, vale la pena aprovecharla lo mejor posible.
Nominado a los Globos de oro como mejor film de animación y a varios premios de los críticos americanos.
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