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CRITICA
Por: PACO CASADO
'El pequeño Nicolás' (2022) fue presentada, fuera de concurso, en el pasado Festival de cine de Cannes y según las crónicas fue de lo mejor de una floja sección oficial.
En algún lugar entre Montmartre y Saint-Germain-des-Prés, en 1955, Jean-Jacques Sempé y René Goscinny (éste aún no había creado con Albert Uderzo a Asterix y Obélix o Lucky Luke con Morris) se encuentran ante una gran hoja de papel en blanco colocada en su mesa de trabajo y dan vida a un niño de siete años travieso y alegre, y se plantean qué nombre darle y terminan decididos por el de el pequeño Nicolás, que se convirtió en un entrañable personaje de la literatura infantil francesa, perteneciente a una familia de clase media, que empezó a aparecer en forma de tira cómica en la revista belga Le Moustique.
Desde juegos y peleas en el patio de la escuela hasta bromas y camaradería en los campamentos de verano, Nicolás vive una infancia feliz y enriquecedora, como dice en el subtítulo de la versión francesa "a qué que esperar para ser feliz?", mientras que en el subtítulo español "las mejores aventuras se viven con los amigos", tampoco está mal.
A medida que se desarrollan las aventuras de Nicolás y sus amigos, el niño se introduce en el taller de sus creadores y les interroga conversando constantemente con ellos e interviniendo en el desarrollo de su vida.
Ya con anterioridad hubo una película con el mismo título, 'El pequeño Nicolás' (2009) realizada por Laurent Tirard, pero en aquella ocasión estaba interpretada por personajes de carne y hueso, lo que se hacía difícil los personajes de papel convertirlos en seres humanos y la aventura que se contaba era la de que Nicolás se entera de que va a tener un hermanito que le va a quitar ser el rey de la casa y en colaboración con su pandilla de amigos tratará de hacer todo lo posible para deshacerse de él cuando nazca.
En esta ocasión se ha respetado el tema de los dibujos animados e incluso los autores creadores de los mismos, René Goscinny y Jean-Jacques Sempé, son retratados como eran físicamente en la vida real, lo cual se aprovecha para contarnos la trayectoria de ambos, de cómo llegaron a conocerse, a entablar una gran amistad y poder trabajar juntos, intercambiando opiniones, aportando ideas sobre los personajes para crear sus aventuras y travesuras que lleva a cabo el protagonista con los compañeros de clase.
El guion está escrito, basándose en los caracteres creados por René Goscinny, por su hija Anne y Michel Fessler, en el que se refleja la infancia de Nicolás que es el reflejo de la que no tuvieron sus creadores, Jean-Jacques con madre distante y padre alcohólico y René en Argentina sin poder regresar a Francia, ocupada por los nazis, debido a su origen judío.
Este último murió en 1977 y el primero el pasado mes de agosto.
En esta ocasión la dirección de aquella primera entrega que corría a cargo de Laurent Tirard, ha sido sustituida aquí por la que llevan a cabo conjuntamente Amandine Fredon, que tras realizar un par de cortos debutó en la dirección de un largometraje con 'C'est bon' (2013), también de dibujos animados, siendo esta versión de El pequeño Nicolás (2022) el segundo que dirige, mientras que Benjamin Massoubre, que procede del apartado de edición, donde tiene más de una veintena de trabajos, colabora en este caso en la dirección con ella llevando a cabo el montaje del film.
Está realizado a muy buen ritmo, con apastelados colores en acuarela, y como hemos apuntado el guion alterna las vidas de los creadores con las travesuras de Nicolás y sus amigos, resultando muy divertida.
Al parecer ha caído muy bien en la audiencia infantil, no sabemos si es porque conocen los tebeos o porque ya vieron la anterior cinta realizada con actores.
Es un bonito presente navideño para los pequeños espectadores a partir de los siete años para que conozcan a estos autores, lamentablemente, ya fallecidos, a los que se les presta un merecido homenaje.
Premio Cristal al mejor largometraje en el Festival de animación de Annecy. Premio del público en el Festival de Boucheron y también en el Cambridge. Nominado al Premio Lumiere, a la Cámara de oro en el Festival de Cannes y a los premios del cine europeo.
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