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CRITICA
Por: PACO CASADO
Otto Anderson es un hombre viudo, gruñón, jubilado, de estrictas costumbres, al que le sienta mal la soledad, apasionado por el orden, que ha renunciado a vivir tras la pérdida de Sonya, su esposa, y quiere acabar con todo, incluso con su propia vida, ya que está a punto en varias ocasiones de proponérselo, pero siempre surge algo que se lo interrumpe, afortunadamente.
Cuando una nueva y alegre familia joven, mexicana, Marisol y Tommy, con sus dos hijas pequeñas, se muda cerca de su casa, en la misma urbanización, la ingeniosa Marisol, le lleva un poco de comida propia de su país, a manera de presentación oficial y aunque la acepta a regañadientes, pronto le conduce a una amistad que cambiará su mundo y su manera de ser, lo que producirá una cierta ternura.
Es un estupendo y agradable remake de la película sueca Un hombre llamado Ove (2015), dirigida por Hannes Holm, que fue nominada al Oscar como mejor film en lengua no inglesa y al maquillaje, basándose en el bestseller de Fredrik Backman y en la cinta de Hannes Holm antes mencionada.
Lógicamente la acción se ha trasladado a una pequeña y cerrada urbanización americana en la que todos los vecinos se conocen y Otto se trata mejor con unos que con otros, sobre todo muy mal con la inmobiliaria que pretende comprar con malas artes la propiedad de una pareja de color compuesta por Reuben y Anita, ya muy mayores, cuyo marido está en silla de ruedas al que pretenden internar en un hospital y a ella en una residencia y así quedarse con la casa.
Pero ese es sólo uno de los casos que se nos van presentando de las relaciones de Otto con sus vecinos que, en el fondo no es el peor vecino como reza el título español.
A lo largo de la narración y mediante varios flash backs, sabremos cómo Otto conoció a su esposa, cómo perdió a su hijo en un aborto o las costumbres que tenía con ella y cómo falleció finalmente, lo que le llevó al estado de ánimo en que se encuentra sin querer vivir sin ella y a la que visita con frecuencia a su tumba y le cuenta cómo le va.
Pero sobre todo abunda la relación que se establece con la pizpireta Marisol, que está embarazada a punto de parir, que le pide constantemente favores a los que termina accediendo y anunando cada vez más su inesperada amistad.
Otto hace su ronda diaria por la urbanización corrigiendo los malos comportamientos de los demás vecinos lo que le lleva a ser considerado así por su mal humor que le ponen las cosas mal hechas por los demás.
La mayor parte del metraje recae en el actor Tom Hanks que una vez más está estupendo en su labor, compartiendo con su hijo Truman Hanks, de 27 años, también actor, la parte retrospectiva de joven que se nos cuenta de su pasado y sobre todo la respuesta que le ofrece la actriz mexicana Mariana Treviño en el personaje de Marisol, que provoca los momentos más jocosos y divertidos de esa relación, cuya termina convirtiéndose en esa que nunca tuvo.
A Marc Forster, que se encarga de la dirección de esta cinta, ya le conocemos algunos de sus títulos como 'Monster'Ball' (2001), 'Descubriendo Nunca Jamás' (2004), 'Quantum of Solace' (2002) o más reciente G'uerra mundial Z' (2013), entre otros, que ahora nos ofrece esta divertida comedia, llevada a buen ritmo lo que hace que a pesar de su extensa duración que supera las dos horas no se hagan notar en ningún momento de la proyección.
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