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CRITICA
Por: PACO CASADO
Elizabeth Sparkie es una actriz que ha triunfado, que ha ganado un Oscar, que le ponen una estrella en el paseo de la fama, que es la escena con la que se inicia esta historia.
Ahora su fama ha decaido, ha cumplido los 50 y hace un programa de televisión en el que da clases de gimnasia a las chicas para mantenerse en forma.
Pero Harvey, el director de la cadena de televsión, no está contento con el resultado de la audiencia y pretender despedirla y contratar a una conductora del programa más joven.
Elizabeth, tras tener un accidente del que milagrosamente sale ilesa, recibe una propaganda de una fórmula para mantenerse joven y guapa y accede a probarla y de ella sale una chica joven con iguales caracteristicas, tras inyectarse una sustancia, pero hay que seguir un mantenimiento o de lo contrario la fórmula no funciona.
La chica que sale de ella es Sue, que se presenta a un casting y es elegida para sustituir a Elizabeth.
Sue logra triunfar y le proponen presentar el programa de fin de año, pero...
En esta duplicidad de personajes de la misma persona nos recuerda Jekyll y Hyde
Para continuar esta historia hay que admitir la inverosímil manera de creación de Sue que se mantiene más o menos bien durante los dos tercios del excesivo metraje, pero en el tramo final la historia se desmadra totalmente y es donde entra la parte de terror y violencia, con escenas repetitivas, ridículas, desagradables de sangre y vísceras que incluso provocan el asco y hasta la risa en el espectador a cada paso.
En este sentido lo que pretende la directora, es la defensa de la mujer y de su cuerpo que tanto critica la sociedad cuando engorda y no se conserva en la linea de pretender la perfección, de mantenerse hermosa, guapa y ser admirada.
El argumento de este grotesco relato y el guion han sido escritos por la propia directora, la francesa Coralie Fargeat, que debutó en el largometraje con el impactante film Revenge que sigue la misma línea en ésta en la que trata de cuidar la puesta en imagen a base de primeros planos, de los que abusa en ocasiones, pero es que lo que se nos cuenta, aún admitiendo que se encuedre en la ciencia ficción, es increible de todo punto.
Como lo es que el guion obtuviera premio en Cannes, lo que nos da idea de lo floja que ha estado la edición de este año.
La primera parte es un tanto normal e incluso el espectador puede disfrutar con la visión de los esculturales cuerpos de las dos actrices que se reparten el protagonismo, por un lado la veterana Demi Moore en el personaje de Elizabeth y por otro de Margaret Quailey en el papel de Sue, la chica más joven.
La cinta nos da el horror de perder la belleza corporal.
Bien los efectos visuales.
La poderosa re-lectura feminista de Coralie Fargeat, es una retorcida parábola delirante y obsesiva sobre el juvenil cuerpo femenino.
Premio al mejor guion en el Festival de cine de Cannes. Premio del público en el Festival de Toronto. Mejor película en el Festival de cine de Terror de Lisboa.
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