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CRITICA
Por: PACO CASADO
Algo amenaza a tres mujeres a través de los años y continentes. Únicamente ellas perciben la opresiva amenaza y gritan, mientras oyen el llanto.
Estas tres mujeres son Andrea, Camila y Marie de las que vamos conociendo su historia o un momento determinado de la misma, más exactamente y lo único que tienen en común es que todas oyen un llanto al pasar cerca de un edificio y todas creen ver a alguien detrás de alguien que, en algún caso, produce la muerte de la persona amada, como ocurre a Andrea en la primera de esas historias.
Andrea estudia en Madrid y su novio en Sidney y además se lleva mal con su padres que le han ocultado que es adoptada
.En la segunda la protagonista es Camila, una joven que estudia cine en La Plata, Argentina, y practica rodando cortos que después proyecta y expone a la opinión de los compañeros de clase y el profesor.
Camila también se ve aterrorizada por la misma presencia enigmática que nadie ve y que únicamente capta su cámara e igual le ocurre a la tercera de estas chicas, Marie.
Estas tres mujeres están encarnadas por la madrileña Esther Expósito, la argentina Malena Villa y la francesa Mathilda Ollivier, por ese orden de aparición.
La película tiene un esquema parecido al de las producciones italianas de otros momentos, que se componían de varias historias cortas que de alguna manera tienen algo en común, como es este el caso del llanto.
La verdad es que en ningún momento el espectador se identifica con alguna de estas tres mujeres protagonistas, ya que no dan motivo para ello y por otra parte las historias tampoco interesan demasiado como para prender el interés.
Por otro lado está muy presente el tema de los móviles y las comunicaciones por sky, que es como Andrea presencia el asesinato de su novio, y en donde se abusa de los mensajes por WhatsApp que inundan la pantalla con la conversación por escrito, que de alguna manera refleja algo que vivimos a diario y que está en el día a día en nuestras vidas.
Pedro Martín Calero, estudia fotografía en la Escuela de cinematografía de Madrid, pero se pasó a dirección y tras realizar anuncios publicitarios, varios cortometrajes y videoclips musicales, finalmente debuta en la dirección de un largometraje con 'El llanto' (2024), para el que también ha confeccionado el guion junto con la galardonada guionista zaragozana Isabel Peña, dos veces ganadora del Goya y de otros premios internacionales, que imprimen en este caso el marcado sello de un aspecto visual y narrativo diferente poniendo el acento femenino en las protagonistas y del impacto de la violencia sobre ellas, que resulta algo efectista, irregular e incoherente.
Es una lástima que todo el esmero que se derrocha en su planificación no haya obtenido finalmente un mejor resultado.
Concha de Plata a la mejor dirección en el Festival de cine de San Sebastián.
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