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CRITICA
Por: PACO CASADO
En 1936 en Madrid, la vida apacible del madrileño Miguel Gila se ve sacudida por el inicio de la Guerra Civil española.
Obligado a luchar, él y su amigo Pedro, se inscriben en el bando republicano y se enfrentan a batallas, pelotones de fusilamiento y a prisión.
Posiblemente los espectadores mayores recordarán la imagen de Miguel Gila con un teléfono en la mano llamando al enemigo, en una de sus mejores actuaciones cómicas que se le recuerdan, algunas de las cuales salen en los títulos de créditos finales extraídas de los archivos de la televisión, lo cual no le hace ningún favor al soso actor Oscar Lasarte que lo interpreta en la ficción de esta historia.
Los espectadores más jóvenes posiblemente lo conozcan de forma esporádica de esas mismas imágenes si en algún momento se las han tropezado en algún homenaje al insigne cómico en algún medio de comunicación u oído por la radio.
No cabe duda que fue uno de los cómicos más geniales e importantes de aquella España y de la América Latina posterior a la Segunda Guerra Mundial.
Miguel Gila en los años treinta del pasado siglo vivía en una humilde buhardilla del barrio de Chamberí con sus abuelos, que los criaron al haber muerto sus padres, pero al estallar la Guerra Civil española participó en ella en el bando republicano, en compañía de su amigo Pedro, que en la mayor parte de ese período se nos cuenta en el argumento de esta película.
Durante ese tiempo en el frente descubre que la mejor manera, si no la única, de pasar esos malos ratos y olvidarse de ellos era echando mano al humor para finalmente poder sobrevivir a las miserias y los combates contra el enemigo.
Lamentablemente ese humor tan peculiar de Gila no está muy presente en esta historia.
El film no es más que una especie de fábula bélica con este popular cómico como protagonista, que pone un poco de optimismo en la trama que, en principio, creía que duraría tres días y al final fueron tres años, de alguna manera sirve al mismo tiempo que de merecido homenaje, aunque no sea el que realmente se merecería.
De todas formas da igual la edad que tenga el posible espectador de esta cinta ya que si es amante de las comedias cómicas se lo puede pasar bien aunque no esté muy lograda.
La única escena que nos hace reír es cuando cuenta su nacimiento.
La dirección recae en este caso en el director andaluz, gaditano, Alexis Morante, algecireño por más señas, que tiene una abundante filmografía cercana a los cuarenta títulos, aunque la mayoría de ellos están integrados por cortometrajes y videoclips, debutando en el largometraje para cine con 'El camino más largo' (2016) en el que ha continuado siendo este que comentamos el séptimo que lleva a cabo de forma correcta pero sin mucho acierto, resultando un poco plana la puesta en escena del soso guion.
Junto con el protagonista están al frente del reparto los actores andaluces Natalia de Molina, Salva Reina, Adelfa Calvo y Vicente Romero en sus respectivos personajes.
En realidad lo que se pretende con esta cinta es captar la esencia, el humor y el espíritu de Gila, pero lo que se nos ofrece es una parte de su vida juvenil, cuando aún no era el cómico que se espera y que finalmente fue, por lo que en nuestra opinión no logra mostrarlo, quizás en una segunda parte...
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