Título:	LA GUERRA DE LAS GALAXIAS
Tit. Orig.:	STAR WARS
Nacionalidad:	EE.UU., 1977
Dirección:	GEORGE LUCAS
Guión:	GEORGE LUCAS
Fotografía:	GILBERT TAYLOR
Música	JOHN WILLIAMS
Interpretes:	MARK HAMILL, HARRISON FORD, CARRIE FISHER, PETER CUSHING, ALEC GUINNESS, ANTHONY DANIELS, KENNY BAKER, PHIL BROWN
Censura:	AUTORIZADA PARA TODOS LOS PÚBLICOS
Duración:	125 MINUTOS

 Por  PACO CASADO

       Hacer una crítica ahora de 'La guerra de las galaxias' (1977) es como añadir un grano de arena al desierto.
 En su día se situó a la cabeza en recaudación y ahora, veinte años después, en su reposición en pantalla grande vuelve a repetir la hazaña.
 Su excelencias siguen ahí, remozadas por el añadido de algunos nuevos efectos especiales y remasterización de la banda sonora, así como cuatro minutos y medio más, añadidos, según dicen.
 Su ingenio continúa fresco como cuando fue hecha por aquel joven de 34 años que hacía su tercera película y que se retiró a crear la Industrial Light and Magic que ha abastecido a multitud de títulos posteriores en efectos especiales, y a producir, mientras otros dirigen.
 Ahora dicen que vuelve a la dirección para continuar la trilogía que formó con 'El imperio contraataca' (1980) y 'El retorno del Jedi' (1983).
 Esta maravilla le llevó al joven Lucas tres años de preparación y con su extraordinaria capacidad de síntesis metió en ella algo de todos los géneros existentes en el cine, desde la película del Oeste a los films de desiertos, el cine bélico aéreo, de piratas, de aventuras, de capa y espada y la ciencia-ficción que llegó a revolucionar.
 A todo esto lo dotó de una espectacular puesta en escena, deslumbrantes efectos especiales, aún vigentes, prodigioso ritmo y el encanto de los actores, adornados por el ingenio y la gracia de los dos robots, que son como un recuerdo de Stan Laurel y Oliver Hardy, entre los que se establece una envidiable historia de amor y amistad.
 La cinta nos asombró y admiró en su día por lo conseguido en el terreno de la ciencia ficción en el que logró superar los efectos especiales de la modélica '2001: Una odisea del espacio' (1968), de Stanley Kubrick, y ha vuelto a hacerlo ahora de nuevo a las actuales generaciones que aún teniendo la posibilidad de haberla visto en televisión o en video vuelven a acudir a llenar las salas de cine.
 Ganó seis Oscar: Montaje, sonido, música, decorados, vestuario, efectos visuales y uno especial a la creación de los robots. Globo de oro a la múisca. Bafta a la música y sonido.

 Producida por Carlos Reygada, Carlos Serrano Azcona, Jaime Rosales y Jaime Romandía, hace su ópera prima el guionista y director madrileño Carlos Serrano Azcona, que fue ayudante de dirección de Carlos Reygada en su primer largometraje, Japón.
Antes estudió Filosofía en la Universidad Complutense y dirección en la London Film School, pero poco aprovecharía el tiempo a juzgar por los resultados de su ópera prima.
 A la vista de quienes son los productores, del estilo de cine que suelen hacer, de la ayudantía de dirección con el que aprendió, no es de extrañar que el cine que lleva a cabo en su primera película este individuo sea exactamente igual que el de sus próceres, con las mismas características, de aburrido, de sin sentido, de sin argumento y de sin idea de lo que es el lenguaje cinematográfico en su afán de innovar o de epatar, siempre con la cámara a mano y pegada a la nuca del protagonista que deambula por las discotecas y las calles de noche, de día o duerme en un banco, sin la más mínima elipsis de tiempo.
 El protagonista se ha divorciado de su mujer pero quiere ver a sus hijas, cosa que tiene prohibido por ley y a pesar de ello se empeña en hacerlo. Ha trabajado fugazmente en la discoteca de un amigo pero es expulsado a las primeras de cambio y se vuelve a quedar en la calle sin nada que hacer. Termina acercándose a ver a su abogado que le vuelve a decir que no haga nada y acaba por querer tirarse de un puente y ahí se corta la historia, si es que a eso se le puede llamar así, que está mejor contada en estas cuatro líneas que en las insoportables imágenes de esto ya que no nos atrevemos a llamarle película.
 Esta misma técnica en las cintas de Reygada es aburrida, se ve crecer la hierba, observar íntegro un amanecer o una puesta de sol, pero al menos tiene una belleza que aquí no hay por ningún lado. Y se ponga como se ponga el director y sus patrocinadores esto es anticine, anticomercial y dudamos que encuentre quien lo estrene. Pasó por el Festival de San Sebastián en una de las secciones paralelas, que es donde se ha llegado a exhibir y los pocos que la vieron salieron echando pestes.