|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Los géneros cinematográficos cada vez son más difíciles de delimitar, ya que últimamente se suelen mezclar unos con otros. Aquí se unen la comedia y el policiaco y se baja la edad de algunos de los protagonistas hasta llegar a la de unos críos de un jardín de infancia.
Los mayores tienen ante sí una historia policiaca un relato amoroso, un buen reparto y quedan todos contentos.
John Kimball es un experto y solitario agente del Departamento de policía de Los Angeles que tiene fama de ser duro, que lleva varios años siguiendo la pista de Cullen Crisp, un importante traficante de drogas que está buscando el paradero de su hijo.
El agente se infiltra en el colegio al que asiste el hijo del delincuente con la intención de encontrar a su ex esposa y convencerla de que testifique en contra del peligros traficante, que puede tener la clave para ponerlo entre rejas de una vez por todas.
Kimball convence a una testigo y mientras busca a la mujer y al hijo pequeño del asesino para ponerlos a salvo, ha de hacer de maestro de una guardería para pequeños, momento en que entra en juego la comedia y el relato amoroso.
Al mismo tiempo Kimball debe proteger al niño de su propio padre ya que está dispuesto a secuestrarlo y llevárselo con él, arrebatándoselo así a su madre.
Se cierra el paréntesis y vuelve de nuevo el suspense en la persecución para poder atrapar al criminal.
La fórmula que emplea en esta ocasión el director Ivan Reitman es perfecta para lograr lo que se pretende desde un principio, que no es otra cosa que el puro divertimento de cara al espectador que busca un rato de esparcimiento.
Ya en una ocasión anterior dirigió a este famoso duro del celuloide, el musculoso Arnold Schwarzenegger, en otra comedia como era Los gemelos golpean dos veces (1988) y había hecho una estupenda cinta de acción con Peligrosamente juntos (1986), con Robert Redford y Debra Winger, por lo que conoce los dos géneros que ha mezclado aquí de manera bastante sabia a nuestro juicio.
Tal como sucedía en esa otra comedia antes citada, la comicidad del film se centraba fundamentalmente en colocar al protagonista en una situación en las antípodas de lo que cabría esperar de él, en aquella como gemelo poco probable de Danny DeVito y aquí como profesor de un parvulario de niños pequeños.
Aunque el invento no sea un prodigio de sutileza, ni sea nada nuevo, pero funciona perfectamente para lo que se pretende, que es divertir.
Con un buen reparto, una muy lograda fotografía y una dirección lo bastante ágil para darle el ritmo adecuado que precisaba este argumento para conseguir una divertida película con la que logra el objetivo que se propuso desde el inicio.
Premio BMI a la música de Randy Edelman. Premio Blimp a Arnold Schwarzenegger. Premio Young Artist.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE