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CRITICA
Por: PACO CASADO
El haber tenido éxito hasta ahora no garantiza que se obtenga siempre. Si el madrileño David Serrano triunfó con los guiones de 'El otro lado de la cama' (2002) y su secuela o con 'Días de fútbol' (2003), con el que debutó en la dirección, no quería decir que siguiera la racha con este su segundo largometraje en el que se pasa del fútbol al cine.
La intención es buena, pero los resultados son desastrosos. Lo que se quería hacer es una parodia del cine del destape, de lo complicado que es rodar en España y más entonces en que se tenía que luchar con la censura, con el productor mentiroso sin un duro, del exhibidor que exigía el destape para llenar las salas, del inversionista que ponía el dinero e exigía sus condiciones, de la folclórica que imponía sus canciones y números para exhibir su arte y así podríamos seguir enumerando los tropezones que un director tenía que eludir para hacer la película social que reflejara la España de su tiempo y que terminaba haciendo cualquier cosa menos lo que deseaba hacer.
Esta es un poco la historia de este film, que no dudamos que esté inspirado en personas y hechos reales, pero en el que se ha querido meter todos los tópicos, se ha exagerado demasiado las situaciones y se cae en el esperpento, se ha definido mal a los personajes, se deja sueltos a los actores y caen en el ridículo y todo por un guion mal coordinado, que no hace reír en ningún momento, que es lo mínimo que debe procurar una comedia que se precie y finalmente se ha contagiado de lo que se quería criticar o parodiar.
Tan sólo se salva la actuación de Nathalie Poza y Miguel Rellán, lo demás se podía tirar a la papelera.
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