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Las novelas y las películas de la saga “Crepúsculo” constituyen un auténtico fenómeno mundial. En los cuatro años transcurridos desde que “Crepúsculo” llegara inicialmente a las salas de cine, en noviembre de 2008, las posteriores novelas se han convertido cada una en el bestseller número uno de ventas, y cada sucesiva película se ha estrenado con espectaculares cifras de taquilla, tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo. Las cuatro películas de ‘La Saga Crepúsculo’ hasta la fecha han acumulado más de mil millones de dólares brutos en la taquilla estadounidense, mientras que la recaudación en el resto del mundo ha superado los 2.500 millones de dólares.
El productor Wyck Godfrey, que ha trabajado en todas las entregas de la saga, resume: “La primera película trataba sobre el nuevo amor, la segunda sobre la pérdida, la tercera sobre la elección, la cuarta sobre los retos del matrimonio y la familia, y esta última película trata sobre proteger esa familia”.
“La película empieza en el momento exacto en que acabó la anterior”, explica el director ganador del Oscar® Bill Condon, que rodó ambas partes de manera simultánea. “Decidí empezar con una secuencia de créditos completos, que utiliza como banda sonora una obertura que toma elementos musicales de todas las entregas anteriores. Cada uno de los compositores queda representado y vuelve a meterte en el ambiente de la primera película de ‘Crepúsculo’. Inmensos paisajes, que se intercalan con lo que está sucediendo en el interior de Bella mientras el veneno se extiende por su cuerpo... y entonces abre los ojos”.
Aunque el rodaje de ‘La Saga Crepúsculo: Amanecer’ empezó el 7 de noviembre de 2010 en Brasil, las primeras tomas específicas de la parte 2 no empezaron a rodarse hasta mediados de diciembre en Luisiana. El rodaje simultáneo de las dos partes se realizó en tres países y duró seis meses, entre 2010 y 2011, aunque se rodaron escenas adicionales para las secuencias de acción en abril de 2012.
Para afrontar los desafíos que implica el rodaje simultáneo de dos películas, el equipo montó dos bases de operaciones: una en Baton Rouge, Luisiana, EE. UU., donde se filmaron la mayor parte de los interiores, y la otra en Vancouver, Columbia Británica, Canadá, donde se rodaron la mayoría de los exteriores de la parte de la historia ambientada en el noroeste del Pacífico. Los equipos se encontraron a menudo teniendo que preparar al mismo tiempo platós en dos países distintos para la misma escena, en concreto para la ambiciosa secuencia de batalla del tercer acto, que utilizó un ruedo para la celebración de rodeos como escenario donde montar un enorme fondo verde. En cada una de las bases hacía falta tener a una multitud de personal y grandes cantidades de equipo para mantener el épico espectáculo en marcha.
El gurú de los efectos visuales ganador del Oscar® John Bruno repartió sus labores con su compañero desde hace muchos años, el supervisor de efectos visuales Terry Windell, para conseguir sacar adelante el ingente trabajo de efectos visuales que exigía la creación de una niña única en su género como Renesmee, así como una batalla cuerpo a cuerpo con vampiros y lobos muchísimo más compleja que la creada para “Eclipse”. También había que encargarse de los poderes especiales de numerosos vampiros, junto a los de la neófita Bella. El equipo de efectos visuales colaboró estrechamente con el veterano de la saga E.J. Foerster, director de la segunda unidad, en el rodaje de las escenas de acción y efectos que más esfuerzo y minuciosidad exigían. Además, durante el largo proceso de posproducción, empleó a un verdadero ejército de especialistas en efectos visuales.
“Con el creciente número de elementos fantásticos, este proyecto tiene más efectos visuales que ningún otro en el que haya trabajado antes”, admite Condon. “En esta película, hubo que retocar de un modo u otro el 80% de los planos. Ha sido una experiencia de aprendizaje increíble para mí, ruedas una película, la montas y entonces te pones a trabajar en ella de nuevo en posproducción”.
El uso exhaustivo de storyboards y previsualizaciones ayudaron a los cineastas a planificar las complicadas secuencias. “Hay bastante más de una docena de empresas ocupándose de distintos aspectos de los efectos especiales. Para poder calcular siquiera cuánto iba a costar todo y quién iba a encargarse de cada cosa, hubo que elaborar storyboards y previsualizaciones de la mayor parte de la película”, recuerda Condon.
Bruno y Windell eligieron a los mejores especialistas en efectos visuales de la industria para crear a la niña prodigio Renesmee y su crecimiento acelerado, para enviar a los vampiros a la guerra y para dar vida a la cacería y al escudo sobrenatural de Bella, a la vez que se depuraban elementos ya establecidos anteriormente, como la velocidad y el brillo de los vampiros, así como los lobos.
“Esta película alcanzará los 2.000 planos de efectos especiales, pero lo irónico es que la mayoría de ellos ni siquiera se notarán, si hacemos bien nuestro trabajo”, afirma Windell.
Tippett Studio empezó a trabajar en la infografía (imágenes generadas por ordenador) de los lobos en febrero de 2009 para “Luna Nueva”, y el aspecto de las criaturas ha ido cambiando, haciéndose más fotorrealista a lo largo de la saga, con la aportación de tres directores distintos. “Es un sutil equilibrio con lo antropomórficos que son estos lobos”, explica Leven.
La segunda unidad de ‘Amanecer’ era más grande que el equipo completo de rodaje de una película normal. “No se pueden terminar estas películas sin una segunda unidad bien completa. Es vital. Tenemos un plan de rodaje de 101 días para la unidad principal, además de otros 60 días de la segunda unidad filmando simultáneamente, y en material para ambas películas”, explica Godfrey.
Un equipo multinacional se encargó de crear Forks, Washington, fundamentalmente en dos localizaciones principales: en torno a Baton Rouge y Nueva Orleans, Luisiana, EE. UU., así como en Vancouver y Squamish, Columbia Británica, Canadá. Filmar ambas películas a la vez planteaba ciertos desafíos, pero rodar la batalla final de la saga supuso una batalla en sí misma.
Abordando las dos películas como una sola, los cineastas contaron con 20 semanas de preparación, unos cinco meses para localizar exteriores, preparar los decorados, construir el atrezo, crear el vestuario, las pelucas, el maquillaje y las lentillas pintadas a mano para el mayor reparto de la saga entre ambas partes. Los veteranos Bannerman y Justin Muller, primer ayudante de dirección, tuvieron que organizar el rodaje para acomodar los compromisos publicitarios y otros proyectos de un gran número de actores.
A partir de las descripciones ofrecidas por Meyer en su libro, el diseñador de producción Richard Sherman y el diseñador de vestuario Michael Wilkinson resultaron colaboradores clave para ayudar al director Bill Condon a concebir el aspecto visual de la película.
“Lo que me atrajo verdaderamente de esta película fue sobre todo ese maravilloso y dramático sentido de la transformación y autoafirmación para Bella, que debe reflejarse en su ropa”, asegura el diseñador de vestuario Michael Wilkinson. “Su periplo en estas dos películas es realmente increíble. Empieza como una joven de un pueblo y acaba como el vampiro más poderoso del mundo. Entre las dos películas, Bella suma unos 60 cambios de vestuario”.
Los exteriores de la batalla definitiva se rodarían en escenarios naturales de Canadá, pero, para los intensos diálogos y complicadas secuencias de especialistas entre numerosos actores, los cineastas necesitaban un espacio privado más práctico, a salvo de los fans y los paparazzi. “¿Dónde podíamos rodar todo esto, de manera eficiente, controlando tantas variables distintas, incluido el clima, como fuera posible?. No tuvimos más elección que optar por un lugar pragmático, en vez de tener que intentar transportar a más de 500 personas y todo el material hasta un terreno montañoso“, razona Bannerman.
Para poder manejar todas esas necesidades, los cineastas eligieron como sede para el rodaje de la batalla el ruedo de ganado del Centro Agrícola de la Southern University. “Estábamos a las afueras de Baton Rouge, en un espacio enorme, por el que normalmente andan las vacas, solo que ahora había humanos”, bromea Godfrey. “Creamos un espacio virtual de un campo nevado. Es la culminación de cinco películas, donde la partida de ajedrez que están jugando con Aro alcanza su punto culminante y estalla la pelea”.
“Filmar allí resultó ser la parte más agotadora del rodaje para todos los implicados, sobre todo los actores. Pero no dejábamos de recordarnos que, por mal que estuvieran las cosas, podría haber sido mucho peor si nos estuviéramos en exteriores, en plena nieve de verdad, durante meses”, recuerda Condon.
Condon prosigue: “Empezamos a trabajar en esta secuencia muy pronto durante el rodaje, antes de las Navidades de 2010, y resultaba extraño, porque ese material no llegaría a las salas de cine hasta casi dos años más tarde. Teníamos un tiempo limitado para rodarla y era una secuencia tan complicada que primero la montamos como una especie de obra de teatro. Nos pasamos un día entero simplemente planificando la puesta en escena, representándola paso a paso con los actores. Ese ensayo resultó inestimable, porque había muchos elementos sumamente abstractos. Nunca había participado en nada que fuera tan complicado logísticamente”.