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INFORMACIÓN
Titulo original: Ben Hur
Año Producción: 1959
Nacionalidad: EE.UU
Duración: 213 Minutos
Calificación: Autorizada para todos los públicos
Género: Épico
Director: William Wyler
Guión: Karl Tunberg. Basado en la novela escrita por Lewis Wallace
Fotografía: Robert Surtees
Música: Miklós Rózsa
FECHAS DE ESTRENO
España: 12 Diciembre 1960
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Metro Goldwyn Mayer


SINOPSIS

Durante el reinado de Augusto en el Imperio Romano dos buenos amigos, Judá Ben-Hur que pertenece a una familia noble de Jerusalén  y Mesala que es un tribuno romano dedicado a dirigir a los ejércitos, discuten y se convierten en enemigos irreconciliables. Judá es acusado de atentar contra el nuevo gobernador y Mesala lo encarcela junto a toda su familia. A Judá lo destinan a un barco de galeras donde tendrá una relación más que especial con el comandante al mando...

INTÉRPRETES

CHARLTON HESTON, JACK HAWKINS, STEPHEN BOYD, HAYA HARAREET, HUGH GRIFFITH, CATHY O'DONNELL, SAM JAFFE, FRANK THRING, TERENCE LONGDON, GEORGE RELPH, ANDRÉ MORELL, FINLAY CURRIE, NAZZARENO ZAMPERLA  

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Durante ochenta años nunca se ha dejado de editar la historia de "Ben Hur". Probablemente no existe otra novela que haya ejercido tanta influencia sobre tantos millones de seres en el mundo entero. EL título "Ben Hur", parece contener la magia que conmueve el corazón y eleva el alma. Una vez cada veinte años, desde 1880, "Ben Hur" ha dejado oír su voz en el horizonte literario y teatral creando un nuevo entusiasmo en todo el globo.
  Todo comenzó cuando un hombre de guerra decidió escribir un libro sobre el Hombre que encarnó la Paz. A los ojos de los críticos no era un gran escritor y él admitía que tampoco era hombre de profundas creencias religiosas. Sin embargo, cuando sentado a la sombra de una haya en Cawfordsville, Indiana, escribía mojando la pluma en tinta morada, debió sentir una inspiración; alguna fuerza debió de estructurar sus pensamientos y dar forma a sus palabras. ¿De que otra manera puede explicarse el atractivo de su novela, que terminó a los ocho años de haberla empezado? ¿De qué otra manera pudo haber escrito una narración que, según dijo un historiador de literatura, "Puso en pie a millones para aclamarla e hizo que muchos millones más se postraran de rodillas para orar?.
  El General Lee Wallace, el valiente héroe de la Guerra Civil, tuvo una vida extraordinaria. Pudo haber relatado sus aventuras en los campos de batalla; pudo haber ideado una novela inspirada en sus contactos con "Billy el niño" y otros aventureros que imponían su ley en el territorio de Nuevo Méjico durante los días en que fue Gobernador de aquel lugar fronterizo; pudo haber escrito también relatos exóticos de cuando fue Embajador en Turquía.
  Pero en la tranquilidad de su hogar de Indiana dejó que sus pensamientos vagaran hacia Tierra Santa lugar que jamás había visitado y del que le separaban millares de kilómetros de distancia y la lejanía de los siglos.
  Eligió la turbulenta época del pagano Imperio Romano, un periodo de la historia que influyó en toda la humanidad: los años transcurridos entre el Nacimiento y la Crucifixión de Cristo.
  El General Wallace, siempre un optimista, confió a su esposa, allá por 1880, que muy posiblemente los derechos de "Ben Hur" les proporcionarían unos cien dólares de derechos de autor. Vivió para ver que su libro había rendido sumas muy superiores a las que jamás produjera ninguna otra novela. Y hasta pudo personalmente firmar un contrato de "un millón de dólares" para los derechos teatrales. Sus herederos firmaron otro contrato de "un millón de dólares" por los derechos del film mudo.
  A partir de la muerte de Wallace, en 1905, "Ben Hur" ha sido reconocido como una de las propiedades teatrales más valiosas en la historia del espectáculo. Y ha continuado siendo un Best seller.
  Durante años el General Wallace se negó a autorizar que su libro fuera llevado a las tablas. Finalmente accedió y en noviembre de 1899 los empresarios Klaw & Erlanger asombraron a Broadway con el estreno de la primera escenificación teatral de "Ben Hur", ante un público delirante que la aclamó con entusiasmo.
  Durante veinte años su obra fue representada en centenares de ciudades, no solo de América sino del mundo entero. Las dos primeras cuadrigas corriendo sobre plataformas giratorias se convirtieron luego en cinco, después en ocho; varios Ben Hur y Mesala interpretaron los primeros papeles, empezando por WIlliam Farnum y William S. Hart, mucho antes de que estos se convirtieran en estrellas de cine. En todas partes donde se representaba, "Ben Hur" hacía furor. A los niños les imponían el nombre del héroe del día; muchos productos adoptaron "Ben Hur" como marca comercial; en los colegios se estudiaba el libro; en las iglesias, "Ben Hur" era aludido a la hora del sermón.
  En 1926 la versión muda de "Ben Hur" hizo historia una vez más. La magnífica producción, que costó cuatro millones de dólares, fue una piedra miliar en el desarrollo del cine. Esta película seguiría proyectándose todavía si el cine hablado no hubiese sustituido al mudo.
  Ahora la historia se repite. Una oleada de interés hacia "Ben Hur" vuelve a sacudir el mundo. Con la moderna magia del arte cinematográfico, "Ben Hur" promete alcanzar el pináculo de la admiración pública.

MISCELANEA DE "BEN HUR"...
   Muchas mujeres en Italia cedieron su cabello para "Ben Hur". En los Estudios Cinecittá se reunieron más de 180 kilos de pelo con objeto de convertirlos en pelucas y barbas para los militares de artistas que toman parte en la producción.
  La mayor parte del cabello procedía de las campesinas del Alto Piamonte. Las nativas de esta montañosa región son famosas por su hermoso cabello y desde hace siglos han vendido sus matas de pelo a todos los peluqueros del mundo.
 
Fue necesario instruir a un herrero para los setenta y ocho caballos que se ven en el film. Parece ser que el viejo oficio esta desapareciendo. La compañía encontró a un muchacho de dieciocho años que había pasado gran parte de su vida entre caballos y le enseñaron el oficio de herrero, entrando a formar parte del personal permanente.
 
El equipo investigador de "Ben Hur" se componía de reconocidas autoridades católicas, protestantes y judías. Cuando el director William Wyler necesitaba un pergamino con palabras hebreas para una escena, consultaba a un profesor de la Universidad de Jerusalem. Este transcribió una sección de los pergaminos del Mar Muerto en otro pergamino, ya que la época del film coincide con aquella en que se supone fueron escritos. EL profesor es uno de los expertos que desde hace años colabora en la interpretación de los citados pergaminos.
 
Durante el rodaje estuvieron de servicio permanente dos médicos y dos enfermeras que tenían a su cargo una enfermería con veinte camas situada junto al circo. Aunque ninguno de los conductores sufrío heridas de importancia, el personal sanitario no dejó de trabajar cuidando a los afectados por el excesivo calor y por algunas dolencias de poca importancia entre los quince mil extras que atestaban el lugar.
  A lo largo d
el rodaje, "Ben Hur" fue el anfitrión de un buen número de famosas personalidades del espectáculo. Entre los que visitaron los escenarios en Roma se encuentran Kirk Douglas, Susan Hayward, Jack Palance, Harry Belafonte, Perry Como, Bette Davis, Mel Ferrer, Audrey Hepburn, Alec Guinness, Ed Sullivan, Agnes Moorehead, Valentina Cortese, Susan Kohner, Ava Gardner y Anna Magnani.
 
Toda la aldea montañera de Arcinazzo y sus trescientos habitantes se convirtieron en actores durante la semana en que la compañía estuvo filmando en sus alrededores. Dicha aldea, que está situada a 160 kilómetros de Roma se transformó en nazareth y cada uno de sus habitantes interpretó algún papel.
 
Se publicó un anuncio en la prensa de Roma pidiendo que se presentaran hombres barbudos en los estudios. El resultado casi provocó un alboroto. os romanos habían empezado a dejarse crecer la barba varios meses antes en espera de tal llamada. EL día en que se publicó el anuncio se presentaron más de cinco mil. Las barbas iban desde un asomo de vello a las hirsutas y frondosas de casi un metro de largo.
  L
os Estudios Cinecittá y los escenarios de "Ben Hur" se convirtieron en lugar acostumbrado de visita donde a diario acudían los autocares de Roma con turistas. Llegaban a horas determinadas y se les permitía recorrer los escenarios durante una hora. Más de 25.000 viajeros de todas las partes del mundo pudieron conocer el ambiente en que se realizó esta producción.

EL TOQUE WYLER...
   Era un caluroso día de julio. El sol de Italia caía sobre los dos hombres con la intensidad de una ráfaga de fuego. De pie en el patio de una lujosa villa romana, hablaban tranquilamente, luego las voces subieron de tono en un agudo crescendo. Cuando terminaron, un hombre fuerte y de baja estatura que había estado escuchándoles en silencio, habló así: "Por favor, repítanlo una vez más".
  Charlton Heston y Stephen Boyd, los dos hombres, olvidaron el calor y la incomodidad de sus pesadas vestimentas. Por vigésima vez volvían a recitar el diálogo de la escena 65-A de "Ben Hur".
  Jamás se les ocurrió quejarse. William Wyler, el director, les había pedido que lo repitieron "una vez más".
  Quienquiera que haya trabajado en alguna de sus películas sabe que el actor siempre está dispuesto a hacer con gusto lo que Wyler le pida sin preguntar el porqué. Les bastó saber a Heston y Boyd que Wyler consideraba que aquella escena podía mejorarse. Por experiencia sabían que no se daría por satisfecho si no resultaba perfecta.
  Conocido como uno de los directores más concienzudos y meticuloso del cine, los actores luchan literalmente por trabajar con William Wyler. Charlton Heston, igual que otros muchos, dice que aceptaría encantado trabajar en cualquier film de Wyler sin conocer siquiera el guion.
  Probablemente ningún otro director se ha visto tan honrado ni tan rotundamente alabado por críticos y público a la vez. Ganador por dos veces del tan codiciado galardón de la Academia, trece veces objeto de menciones honoríficas, diez como director y tres como productor.
  Con "Ben Hur" no es la primera vez que Wyler se relaciona con la novela del General Wallace. Cuando Metro-Goldwyn Mayer produjo la versión muda, él era uno entre más de treinta directores ayudantes, reunidos de todo Hollywood para ordenar el trabajo de los extras en el circo durante el rodaje de la famosa carrera de cuadrigas.
  Wyler fue a California en 1922 para trabajar como auxiliar en el servicio de atrezzo y como empleado en la oficina de guiones de los Estudios Universal.
  Para probar fortuna en Hollywood abandonó su empleo en Nueva York. En 1928 empezó a dirigir films del Oeste, produciendo al ritmo de uno por semana con un presupuesto de dos mil dólares.

EL REPARTO...
   Metro-Goldwyn Mayer abrió unas oficinas de reparto en Roma, a mediados de 1957, para elegir a más de cincuenta mil figurantes que habían de aparecer en "Ben Hur".
  Literalmente de todos los lugares del mundo llegaron a Roma hombres y mujeres, muchachos y muchachas que luego han aparecido ante las seis cámaras que se empezaron para filmar la espectacular novela.
  De los millares que finalmente se eligieron, trescientos sesenta y cinco tienen un papel hablado. Cuarenta y cinco se consideraron suficientemente importantes para ponerlos en el reparto como actores destacados.
  Los nombres de los que interpretan papeles principales evoca una reunión de las Naciones Unidas.
  Solamente cuatro de las estrellas han nacido en los Estados Unidos o habían trabajado en Hollywood.
  Para que no hubiera choque de acentos William Wyler decidió que solamente británicos encarnarían a los antiguos romanos y que fuesen americanos quienes en su mayor parte interpretaran papeles de hebreos.
  Varios días antes de que cada escena importante se interpretara ante las cámaras, la oficina de reparto empezaba a avisar a los extras, que habían sido previamente catalogados. El problema surgió cuando se dieron cuenta de que más de un ochenta y cinco por ciento de aquellos que habían acudido no tenían teléfono para avisarles y de algunos no se tenía siquiera dirección, pues solamente habían indicado que tal o cual amigo podría avisarles.
  Cuando se contrató a los extras para las escenas de masas se les puso a las órdenes de otro actor con alguna experiencia, quien a partir de entonces se hacia responsable de que el grupo a sus órdenes estuviera preparado a la hora señalada para trabajar.
  Con el fin de manejar las grandes masas sin confusión (eran  más de quince mil figurantes solamente para la carrera de cuadrigas), fue necesario que la primera unidad entrara en la guardarropía no más tarde de las cinco de la mañana y a menudo el último grupo no había terminado hasta las diez de l noche del mismo día.
  Para comodidad de estos extras y actores de papeles breves, los Estudios construyeron y sostuvieron un restaurante rápido que servía comida a cinco mil extras en ¡veinte minutos!.

LA REALIZACIÓN...
   Cinco años antes del comienzo del rodaje el Estudio decidió realizar "Ben Hur" en una escala como jamás podía haberse soñado antes de existir las nuevas y audaces técnicas cinematográficas que se han desarrollado durante la pasada década.
  "Ben Hur" había de resultar una proeza espectacular cuya magnitud hubiera hecho exclamar al General Wallace: "¿Y he sido yo quién ha puesto todo esto en movimiento?".
  Sam Zimbalist fue elegido como productor. Desde cualquier punto de vista-experiencia, temperamento o talento, estaba considerado como uno de los más importantes productores de cine de Hollywood. Conocido por la valentía y visión con que acometía nuevos intentos en el campo del espectáculo, a él se deben varias docenas de memorables películas. Su inesperada muerte ocurrió en Roma durante las últimas fases de la producción a la que había dedicado tantos años.
  Después de la elección de Zimbalist para productor se examinaron los mejores lugares para el rodaje. A causa de que en los Estudios Metro-Goldwyn Mayer en California se hallaban en curso otras producciones, fue necesario realizar el film en el extranjero.
  Después de sopesa las facilidades que se podían encontrar en Francia, España, Italia, México e Inglaterra, se decidió alquilar los vastos Estudios de Cinecittá, a unos catorce kilómetros de Roma.
  Con sus 60 hectáreas de extensión y sus nueve grandes estudios de sonido - la planta cinematográfica más grande de Europa- Cinecittá había sido equipada por el gobierno italiano con los más modernos aparatos técnicos.
  Los engranajes de Metro-Goldwyn Mayer, en la otra parte del globo, ya se habían puesto en movimiento.
  Para más de trescientos escenarios a construir, un torrente de quince mil diseños surgió el Departamento artístico de los Estudios. Se obtuvieron fotocopias y se catalogaron para ser utilizadas por quienes se ocupaban de las operaciones preliminares de la producción.
  Dos años antes de que empezara a rodar la cámara, un reducido grupo de personal técnico llegó a Roma para supervisar la construcción de los escenarios y edificaciones adicionales que habían de necesitarse. Trabajaban a las órdenes de Henry Heningson, un veterano genio de la producción de Hollywood.
  Fue también en este período cuando zarparon dos buques de California llevando varias toneladas de material, incluidas seis de las nuevas cámaras MGM 65, valorada cada una de ellas en 100.000 dólares. Este vasto arsenal de material técnico llegó a Italia mucho antes de la fecha oficial señalada para empezar que había sido fijada por Joseph R. Vogel, presidente de Loew's Incorporated, para mayo de 1958.
 
En los terrenos situados en la parte posterior de los Estudios se encontraba el gran circo para la carrera de cuadrigas. Sobre más de ocho hectáreas de terreno, con unas pistas de 450 metros rodeando la "spina", se hallaba el escenario cinematográfico independiente más grande de cuantos se han construido para un film. EN la "spina" había cuatro imponentes estatuas, de nueve metros de altura cada una. En el circo se emplearon más de quince mil metros cúbicos de madera más de quinientos mil kilos de cemento y cuatrocientos cincuenta kilómetros de armazón metálico, suficientemente fuerte como para sostener a millares de personas. Las graderías se elevan hasta cinco pisos, todas ellas recubiertas con material especial incombustible.
 
Ninguna escena del film necesitó más preparación y ensayos que la carrera de cuadrigas. Seis meses antes de que llegara ningún actor a Roma ya se habían reunido setenta y ocho caballos de Yugoslavia y Sicilia y los estuvo entrenando Glenn Randall, el famoso domador de Hollywood. Fueron contratados un veterinario, un herrero, un especialista en arreses y veinte mozos de cuadra. De los Estados Unidos llegaron otros expertos jinetes para misiones auxiliares. los caballos, varios de ellos Lipizaners, estaban cuidados y entrenados como si tuvieran que tomar parte en el Kentucky Derby, todo un día.
  Se construyó un campo de entrenamiento de las mismas dimensiones que el circo, próximo a las cuadras y allí fue donde Andrew Marton y Yakima Canutt, que habían sido elegidos directores del segundo equipo, planearon los movimientos de los caballos.
  Se emplearon tres meses en el rodaje de la carrera definitiva, una de las secuencias más emocionantes que jamás se han registrado.
  Se edificaron otros grandes escenarios en los Estudios y un lago artificial, por el que navegaban dos galeras de gran tamaño, con el fin de impresionar los primeros planos de la batalla naval. También se construyeron unas cuarenta embarcaciones para las escenas de la referida batalla, que se impresionaron a gran distancia.
  Se filmaron otras varias escenas en los montes próximos a Arrcinazzo, en las dunas cercanas al mar de Anzio y en varias otras poblaciones de Italia.
  Se reunieron millares y millares de trajes - es imposible fijar la cantidad exacta- de todo el mundo. Por ejemplo, piezas raras de preciosas sedas se buscaron en Tailandia.
  Más de un millón de objetos para decorar los escenarios fueron reunidos por el personal que empezó a trabajar en Roma dos años antes de la primera vuelta de manivela. Los hermanos Danesi, de Roma, antiguos constructores de carruajes, montaron dieciocho cuadrigas, nueve de ellas para utilizarlas en la película y las otras nueve para los ensayos.
  Desde un principio, Sam Zimbalist y Metro-Goldwyn Mayer estaban determinados a que William Wyler, universalmente reconocido como uno de los mejores directores que ha conocido la pantalla, dirigiera el grandioso proyecto. Wyler vio en "Ben Hur" un desafío a su carrera. El dramático y emocionante relato, así como sus interesantes personajes, su grandeza y espectacularidad, le entusiasmaron.
  Wyler y Zimbalist recorrieron literalmente los más lejanos rincones de la tierra para reunir los principales actores y actrices llamados a encabezar un reparto de millares de personas que en "Ben Hur" habían de aparecer ante la cámara.
  EL guion de "Ben Hur" es un verdadero monumento al talento de Karl Tunberg, uno de los escritores de más experiencia y prestigio de Hollywood. Otros grandes escritores trabajaron para la película. Los conocidos autores Maxwell Anderson, S.N. Behrman y Gore Vidal aportaron su inestimable contribución. Para coronar esta constelación de talentos literarios llegó también Christopher Fry, que estuvo en el escenario sentado al lado del director durante todo el tiempo de la producción en Roma. Esta ha sido la primera vez que ha colaborado en una película.

LOS ESCENARIOS...
  Si usted se hubiese encontrado en Roma durante los años 1958 o 1959, como a todo buen turista le hubiese gustado visitar el Vaticano, el Coliseo y los otros monumentos artísticos que abundan en la Ciudad Etern, pero sus excursiones no hubieran terminado ahí.
  Durante aquellos años lo típico para millares de turistas en Roma era subir a un tranvia blanco y azul o a un autobús, o saltar a un taxi y emprender la ruta hacia las llanuras al pie de las colinas de Albano, en los alrededores de la ciudad.
  ¿Qué era lo que les atraía?. Los Estudios de Cinecittá, donde se filmaba "Ben Hur".
  Cinecittá, con sus sesenta hectáreas y sus nueve grandes escenarios de sonido, fue construida en 1936. Sirvió como fábrica para hacer material de guerra italiano durante la Segunda Guerra Mundial, de cuartel para los soldados alemanes y más tarde para refugio de treinta mil personas desplazadas de todo Europa.
  Algunos meses antes de que las cámaras empezaran a rodar "Ben Hur se llevaron a cabo unas transformaciones en los Estudios para ajustarlos al rodaje de esta película. Los planos de los trescientos escenarios de esta producción, interiores y exteriores, se trazaron sobre grandes pizarras. Uno de los escenarios de sonido se convirtió en almacén para guardarropía, otro se dividió en secciones para taller de limpieza en seco, lavandería y zapatería, cediendo una parte donde un grupo de escultores creó las doscientas piezas escultóricas necesarias para los distintos decorados del gilm.
  Sobre dichos terrenos se construyeron los escenarios más grandiosos en la historia del cine y dominándolos todos se encontraba el circo, marco de la famosa carrera de cuadriga. Inspirado en el antiguo Circo de Jerusalén, su construcción mantuvo más de mil obreros durante un año ocupados vaciando su gracioso óvalo en una cantera de nueve hectáreas situada en un extremo de los terrenos del Estudio.
  Otro lugar interesante era un muelle donde estaban amarradas las galeras romanas. Estas fueron construidas de acuerdo con unos planos auténticos, sacados de varios museos italianos.
  También al turista le deslumbraba la lujosa villa romana de Quinto Arrio. Cuarenta y cinco fuentes alimentadas por medio de 13.000 kilómetros de tubería especial proporcionaron el fondo para la magnífica fiesta ofrecida por Arrio. El escenario que representa las calles de Jerusalén cubría un área de veinte manzanas, con viviendas y comercios, suficientemente grandes para acomodar a millares de personas. Un aspecto importante de este escenario es la gran Puerta de Joppa, de veintiún metros de altura.
  Sobre un terrero de veinte hectáreas, los directores artísticos crearon la gloria que un día fue Roma y la grandeza de Jerusalén.
  Se necesitaron trescientos escenarios, cinco años de investigaciones y catorce meses de trabajo para hacer retroceder el reloj de la Historia a los años primero y trigésimo primero del Señor, y mientras los romanos modernos realizaban sus tareas fuera de las puertas, los fantasmas de sus antepasados penetraban adentro y seguían los pasos de uno de los más grandes dramas que se han concebido.

EL GUARDARROPA...
  Organizar la guardarropía para una película de la envergadura de "Ben Hur" representa una serie de cálculos que haría estremecer a un intendente del ejército. Se reunió en Roma personal en número superior a un centenar, que inició su tarea casi un año antes de empezar a rodarse la producción. Esto se reflejó en el comercio de varios países, entre ellos, Alemania, Inglaterra, Yugoslavia, Italia y la lejana Tailandia.
  Se emplearon importantes sumas en confeccionar los trajes que por millares habían de aparecer en el film. La difícil empresa consistía en organizarse pronto a fin de que todo estuviera dispuesto cuando llegara la fecha de iniciar el rodaje.
  Por eso fue que los nativos de Tailandia empezaron a tejer sedas para los ropajes que visten los principales actores y las obreras inglesas bordaron tejidos mientras los hombres curtían pieles. En Italia confeccionaron botas de suela gruesa, altas hasta la rodilla. En Alemania fabricaron elegantes armaduras. De Sudamérica llegaron más tejidos. De Suiza raras piezas de joyería. De Francia, piezas de encaje.
  Este imponente inventario de ropas y accesorios se reunió en tres edificios de Cinecittá. Costureras, curtidores, armeros y expertos en lavado en seco trabajaron durante muchos meses para conservar el vestuario en buenas condiciones.

LA MÚSICA...
  Más de dos años de investigación precedieron a la composición de la partitura musical de "Ben Hur", dos años de búsqueda en polvorientas bibliotecas de todo el mundo.
  La compuso y dirigió el famoso Miklós Rózsa y la partitura se ajusta a los conocimientos musicales que se poseen del tiempo de "Ben Hur", empleando en muchos casos los cánticos homófonos de los primitivos griegos y romanos, en los cuales todo se ejecuta y canta al unisono. Uno de los grandes problemas consistió en conseguir que la música sonara arcáica sin resultar ingrata al oído.
  Se emplearon setenta y dos horas y doce sesiones de registro pr trasladar la partitura a la pantalla, siendo la más extensa que se ha compuesto para una película. Se registró en seis canales de sonido estereofónico por la Orquesta Sinfónica de M-G-M, compuesta por cien profesionales.

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