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SINOPSIS
Margaret Keane es una pintora que alcanza su zenit en los cincuenta. A partir de ahí se nos cuentan los diferentes problemas conyugales y legales que le acarreó su marido...
INTÉRPRETES
AMY ADAMS, KRYSTEN RITTER, CHRISTOPH WALTZ, JASON SCHWARTZMAN, TERENCE STAMP, DANNY HUSTON, STEPHANIE BENNETT, HEATHER DOERKSEN, EMILY FONDA, JON POLITO
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CÓMO SE HIZO
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PREMIERE
INFORMACIÓN EXCLUSIVA
En 2003, la pareja de guionistas Scott Alexander y Larry Karaszewski descubrió una de esas historias en las que la realidad supera a la ficción, la de Margaret y Walter Keane, los pintores de mayor éxito de ventas de la década de 1960. Intrigados, empezaron a investigar una historia que tardaría diez años en rodarse al fin. “Es un fabuloso pedazo de historia que nadie conoce”, comenta Alexander. “Si no fuera cierta, no me la creería”.
Los guionistas se quedaron cautivados con la historia de los Keane. “Walter inventó realmente el marketing de masas del arte”, opina Karaszewski. “No lo aceptaban ni las galerías ni los críticos de arte, así que creó sus propias galerías, publicó sus propios tomos ilustrados. Descubrió cómo hacer los cuadros tan baratos que cualquier hombre corriente pudiera comprarlos y revolucionó por completo el mundo del arte. Los guionistas pasaron semanas en bibliotecas, revisando gran cantidad de artículos de prensa de San Francisco en archivos de microfichas, intentando reconstruir la sensacional historia de los Keane. “No era nada fácil hacerse una idea clara”, observa Alexander, así que decidieron reunirse con Margaret. “Necesitábamos ganarnos su confianza y demostrarle que éramos íntegros”. Keane aceptó reunirse con ellos, así que los guionistas volaron hasta San Francisco para entrevistarla. “Fue un almuerzo la mar de agradable”, recuerda Alexander. “Le hicimos las preguntas que los artículos de los periódicos no respondía, que eran: ¿Cómo sucedió todo? ¿Cuándo fue la primera vez que Walter dijo ser el autor? ¿Qué te dijo? ¿Por qué aceptaste? Y, dado que eso siguió pasando año tras año tras año, ¿por qué seguiste dejando que lo hiciera? Psicológicamente, no tenía mucho sentido.
Pero empezamos a comprender que procedía de una mentalidad de ama de casa de la década de 1950, en la que el hombre era el cabeza de familia y dictaba las normas. Margaret Keane aceptó vender a Alexander y Karaszewski los derechos de su vida, así como de su arte. “Nos llevó otro año más llegar a un acuerdo con el que Margaret se sintiera cómoda”, comenta Alexander. En la actualidad, Margaret tiene 86 años y vive a una hora de San Francisco. Walter murió en el año 2000, varios años antes de que el guión empezara a tomar forma. Margaret y Tim Burton se conocían antes siquiera de que se estuviera preparando un guión. “Tim me encargó unos retratos y luego compró varios de mis cuadros. No podía evitar que me cayera bien. No puedo imaginarme a nadie mejor que Tim Burton para dirigir esta película”. Keane realiza un pequeño cameo en el filme en una escena rodada en el Palacio de las Artes de San Francisco. “Se suponía que era una ancianita sentada en un banco, disfrutando del día. Fue conmovedor”.
Mientras trabajaban en el guión de ‘Big eyes’, el plan era que Alexander y Karaszewski también se encargaran de dirigirlo. En 2007, con un borrador en mano, se dispusieron a hacer la película. “Parecía tener un nubarrón negro flotando sobre ella”, comenta Alexander. “Estuvo a punto de rodarse varias veces, pero siempre acababa viniéndose abajo”, prosigue Karaszewski. “Aunque lo más inteligente que hicimos Scott y yo fue no venderlo nunca. Versión tras versión, siempre mantuvimos el control. Y, al final, acabó saliendo bien”. Al haber trabajado con Alexander y Karaszewski en “Ed Wood” y ser aficionado a la obra de Margaret, Tim Burton se incorporó pronto al proyecto como productor. “A Tim le encantan los cuadros de Margaret”, afirma Alexander. ‘Big eyes’ era un vehículo perfecto para Burton. “La gente tiende a asociar el mundo de Tim y su obra con temas más oscuros”, aduce Frey, que señala que, antes de la exposición de arte, se le veía fundamentalmente como director, pero ahora también está reconocido como artista visual.
Alexander y Karaszewski se mostraron de acuerdo en que Burton debía tomar las riendas. Karaszewski aporta: “Tim quería hacer una película más pequeña y personal, y además es un gran aficionado a la obra de Margaret. Así que se produjo una extraña situación en la que, después de venirse abajo varias veces, de pronto parecía que los astros se alineaban”.
“Margaret y Walter viven en el lugar más en la onda del mundo, pero ellos no están nada en la onda”, opina Alexander. “Walter es un hombre de negocios y Margaret es un ama de casa remilgada, y pasan el rato con beatniks. El hungry i era seguramente el lugar más de moda de la Costa Oeste: había jazz y comedia y música folk y nuevas ideas”. “El hungry i es alucinante”, sostiene Karaszewski. “Viene a ser el prototipo de cómo acabarían siendo los clubes nocturnos.
“Tim es, evidentemente, un director muy artístico, pero confía mucho en su equipo y es muy fiel a la gente con la que trabaja”, aporta Frey. Tanto Rick Heinrichs como Colleen Atwood, colaboradores habituales del cineasta. “El círculo de personas con las que trabaja continuamente, película tras película, tienen un lenguaje no escrito con el que se entienden”, prosigue Frey. Heinrichs explica: “Teníamos mucho interés por plasmar el ambiente y el estilo de los 50 y principios de los 60, que tienen un aire muy acre, que casi se puede tocar. Nos interesaba jugar con cómo la cámara presenta al personaje. Creo que dice mucho, de una forma muy sutil, en especial sobre Walter. Es un gran artesano con la imagen y la iluminación, y resulta divertido simplemente observar cómo juega con elementos de la época que pueden reforzar su idea de ocultar y mostrar lo que intentamos presentar”.
Para Heinrichs, como diseñador de producción del proyecto, resultó especialmente interesante por varios motivos. “Trata sobre la escena del arte y sobre el acto de la creación. Hay una serie de elementos y estilos artísticos diferentes que tenemos que mostrar. Los 50 fueron una época de expresionismo abstracto y la clase de arte que creaban Walter y Margaret estaba muy pasada de moda, literal y figuradamente.
Aunque ‘Big eyes’ tenía un presupuesto mucho más modesto que muchos de sus filmes anteriores, Atwood señala que no por eso se trataba de una película pequeña, había una serie de escenas en las que intervenía mucha gente y el departamento de vestuario tuvo que vestir a unas 2000 personas con ropa de época. Atwood hizo el 90% del vestuario principal de los actores protagonistas, mientras que gran parte de la ropa de época para los extras de fondo y las multitudes se alquiló.
En el verano de 2013, ‘Big eyes’ se rodó en exteriores de Vancouver, Canadá, así como en San Francisco y Hawái, donde se ambienta la película. Entre las localizaciones utilizadas en Vancouver figuran el histórico Stanley Park y el distrito de Gastown. “Las localizaciones resultaron clave”, asegura Derek Frey. La película está ambientada en San Francisco y Hawái a finales de los 50 y principios de los 60. “Son exteriores muy específicos. La ciudad de San Francisco tiene algo que no se puede recrear y Hawái también tiene un aspecto y una luz que no se pueden duplicar, por mucho que lo intentes. Tuvimos que ser muy concretos en cuanto a lo que se rodó en esas ciudades. Por suerte, el tiempo ayudó.