|
SINOPSIS
Un sargento de artillería está al mando de un tanque y cinco hombres que le han sido asignados, dirigiéndose hacia una misión tras las líneas enemigas. Pronto se ven superados tanto en armamento, como en número, siendo la única oportunidad que tienen de salvar sus vidas, llevar el tanque hasta el mismo corazón de Alemania...
INTÉRPRETES
BRAD PITT, SHIA LaBEOUF, LOGAN LERMAN, SCOTT EASTWOOD, XAVIER SAMUEL, JOHN BERNTHAL, JASON ISAACS, MICHAEL PEÑA, BRANKO TOMOVIC, EUGENIA KUZMINA
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BSO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE
INFORMACIÓN EXCLUSIVA
“Corazones de acero no es una peli de guerra de la época de tu abuelo,” afirma el productor Bill Block, quién presentó el filme para QED antes de que Columbia Pictures asumiera los derechos de distribución. “No creo que hayamos visto el horror físico que padeció la división acorazada. Sin hombres y potencia de fuego suficientes ganaron únicamente porque libraron un auténtico combate en su estado más crudo.” 'Corazones de acero' transcurre en la Alemania de 1945, en la fase final de la guerra. “Ya casi se ha acabado la guerra y el moribundo elefante del imperio Nazi se sostiene sobre sus últimas patas” explica Ayer. “Transcurre en un mundo diferente al que acostumbras a ver en el cine bélico, que celebra campañas victoriosas como la invasión del continente europeo, el desembarco en Normandía, o la batalla de las Ardenas, en resumidas cuentas las famosas batallas en las que participaron las tropas americanas."
La intensidad con la Ayer redactó el guión de 'Corazones de acero' se ha convertido en su estampa profesional, pero al igual que los guiones de 'Día de entrenamiento' y sus otros filmes, también se pone de manifiesto en esta ocasión esa profunda conexión entre los personajes. “Ésta es una película muy David Ayer en el sentido de que es una peli bélica que parece de lo más auténtica, tanto en su estética como en su sentir,” asegura el productor Ethan Smith. “David se mete de lleno en la documentación y trabaja codo con codo con asesores tácticos y militares para acertar en todos los detalles. Su proceso directoral incluye el rodearse de los mejores de varias disciplinas para alcanzar la corrección.” afirma el productor Block. Por su parte el productor John Lesher dice que la documentación rindió sus frutos con personajes y experiencias que cobran vida en la pantalla porque nos resultan creíbles.
Kevin Vance, uno de los asesores militares del filme, dice que el compromiso con el realismo conllevó un compromiso con una película furiosa y visceral como jamás se había visto en el género de la Segunda Guerra Mundial. “La mayoría de las películas de la Segunda Guerra Mundial la asocian a "la buena guerra‟ – y lo es. “Pero más de 60 millones de personas murieron en dicho conflicto. Esta realidad supone una dualidad que no se ha analizado a fondo, y es lo que exigió David de esta película.” Una de las claves de los realizadores para “acertar” con el realismo fue reclutar la asistencia de algunos veteranos de la segunda división acorazada que combatieron en la Segunda Guerra Mundial. “David defiende la autenticidad a capa y espada,” explica Pitt. Se usaron cinco carros de combate para el rodaje, todos ellos variantes del tanque M4 Sherman: en el filme, los tanques se bautizaron Fury, Matador, Lucy Sue, Old Phyllis, y Murder Inc. Para Ian Clarke, el coordinador de vehículos de la película, y Jim Dowdall, el supervisor de la tripulación del tanque, la tarea de encontrar cinco tanques originales de la Segunda Guerra Mundial comenzó como suele empezar el trabajo: llamando a sus colegas. “La fraternidad de vehículos militares en Reino Unido suele ser pequeña y todos nos conocemos,” dice Dowdall. “Finalmente dimos con las personas que podían proporcionarnos los tanques y estaban dispuestas a dedicar tres meses de sus vidas a esta película.” A la hora de poblar la dotación de los tanques, afirma Dowdall: “Pensamos que la mejor opción sería echar mano de tripulaciones de tanques con experiencia- no coleccionistas sino tipos que han estado en Afganistán o en otros combates recientes porque además de poder operar los tanques adecuadamente sabrían qué hacer si algo no salía bien en un vehículo que tiene más de setenta años.” En cuanto al Fury en sí, la producción utilizó tres vehículos. El primero naturalmente fue un carro de combate real provisto por el museo del tanque en Bovington: se trata de un Sherman con un cañón de 76mm que data de finales de la guerra. Además el equipo creó un set para planos adicionales: en este caso el segundo vehículo, el funcional, lo construyeron sobre una base de tanque. Montaron una plataforma encima para habilitar así el espacio necesario para que el equipo y las cámaras pudieran grabar sobre el tanque. Para los planos del interior del Fury el director de producción Andrew Menzies creó un set interior. “Ese fue mi mayor reto técnico,” recuerda. “Es un set muy pequeño y cada pared tenía que desprenderse para permitirle a David rodar desde cualquier ángulo. Pero además estaría sobre un cardán, por lo que se movería, y por ello tenía que dar la sensación de un vehículo en movimiento. Y piensa que si lo estás moviendo continuamente no querrás tener partes sueltas o que puedan desprenderse fácilmente.” Gary Jopling, el asistente del director artístico, creó el set del interior del tanque con dibujos y modelos antes de construir la estructura. “Hace todo lo que haría un tanque de verdad,” asegura. “El cardán le permite movimiento para que pueda mecerse, y la torreta se gira 360 grados. El arma se eleva y dispara.” Para crear el interior, el departamento artístico estudió el interior de un tanque de verdad y lo amplió en un diez por ciento. De esa imagen escaneada, construyó un set a partir de una estructura metálica en forma de caja con una capa de resina de fibra de video. Para crear esas paredes que salen volando por los aires y permitir así la libertad de movimiento de la cámara, colocaron 42 piezas flotantes extraíbles. A continuación Jopling y el equipo de atrezos vistieron el interior con equipamiento auténtico de tanques. “Recopilamos piezas de entusiastas de todo el país para asegurar que el interior pareciera auténtico,” recuerda. “Todo funciona como lo haría en un tanque de verdad. La zona de Biblia es particularmente complicada. Por ejemplo, cuenta con un telescopio y eso hay que ajustarlo con mucho mimo y precisión.” Los realizadores hallaron también una solución creativa para que el Fury pudiera cargar un proyectil, disparar, y expulsar el proyectil vacío. “El equipo de efectos especiales creó un sistema de misil RAM que lo lanza como lo haría un arma de verdad, y luego se repliega. Un ram desliza la cabeza al proyectil y lo expulsa en una nube de humo, creando así la ilusión del disparo y la expulsión de un proyectil vacío.”
Entre tanta acción dentro y fuera del tanque, grabar el diálogo requirió tenacidad y gran capacidad resolutiva. Al igual que instruyó a todos los encargados de equipo, Ayer le recordó a Lisa Piñero que la clave era el realismo – por lo que buscaron la forma de captar el sonido de la forma más realista posible, y con el look correcto y el sonido del equipo original. Sin embargo se toparon con dos obstáculos. Primero, que en las escenas interiores del tanque, el equipo de comunicación original no solo tenía 70 años sino que además nunca se diseñó con la idea de sobrevivir el paso del tiempo y no era capaz de captar el sonido en alta definición, ni siquiera podía hacerlo un ejemplar nuevo a estrenar. Segundo, en cuanto a las secuencias exteriores, los tanques de verdad e incluso el vehículo que edificaron eran tan sumamente ruidosos que ahogaban todos los demás sonidos. Piñero y su equipo resolvieron estas dificultades con dos soluciones creativas. Primero, para conseguir la estética auténtica modificaron unos micrófonos de garganta T-30 vintage y micrófonos de mano T-17– originales de la guerra – con material de conexión nuevo y adaptaron los enchufes para comunicaciones del interior del tanque para admitir una señal de retorno de la mesa de sonido de Piñero. Así, estos atrezos prácticos se utilizaron como auténticos dispositivos de grabación. En cuanto a los planos exteriores del tanque, los magos del sonido experimentaron primero con la colocación de los micrófonos para averiguar qué micros y qué lugares captaban el mejor sonido. En muchas escenas el tanque se movía y después se detenía y se producía un diálogo o una secuencia de guerra; en el caso de éstas el equipo de sonido colocaba cientos de metros de cables de micrófonos por un lodo espeso que tenía piedra de pedernal y arcilla. Finalmente para captar cualquier diálogo perdido por el estruendo de los tanques en movimiento, el equipo de sonido y los actores echaron mano de un camión especial insonorizado para las sesiones de doblaje de diálogos.
En este filme, el tanque americano se enfrenta a su mayor y más letal amenaza: el tanque alemán conocido como el Tiger. “Es el carro de combate por excelencia,” explica Menzies. “Un Sherman realmente tenía todas las de perder frente a un Tiger – que está concebido como un arma formidable.” Se conservan solo seis Tigers de la época y el museo del tanque posee únicamente uno que está en condiciones operativas. “El Tiger 131 es un tanque muy importante,” dice David Willey, comisario del museo. “El tanque que estamos utilizando estuvo en una colina en Túnez, fue atacado por tropas británicas del 48 batallón del Real Regimiento de Tanques y destruyó al menos dos de esos tanques de Churchill, pero fue alcanzado por otros – se observa en su estado degradado. La dotación alemana abandonó el tanque y tras la guerra lo donaron al museo del tanque.”
'Corazones de acero' se rodó durante doce semanas en los campos de Oxfordshire y en la pista aérea de Bovingdon en Hertfordshire. Según el productor John Lesher, fue en base a ciertas comodidades prácticas que la producción eligió Inglaterra. “Primero, aquí hay excelentes equipos por lo que partíamos de buena base,” explica. “Pero además Inglaterra cuenta con recursos asombrosos – tanques, vehículos acorazados, tanto alemanes como americanos. Finalmente consideramos la luz de Inglaterra – aquella preciosa luz del norte – y el clima podía equipararse al de Alemania. Por todas estas razones Inglaterra se convirtió en nuestro lugar ideal.” Pero antes de comenzar la producción Ayer y su equipo iniciaron una extensa documentación en la que indagaron en cada aspecto de la historia – desde la clase de carros de combate que se encontraría el Fury al tipo de artillería y otras armas que participarían en las campañas con las que se hubiera topado su dotación, hasta el más mínimo detalle de los uniformes y peinados. “Se nota en los detalles,” dice David Ayer. “Aunque un espectador no entienda lo que ve, cuando está bien hecho todo encaja y se parece a las fotos e imágenes de archivo que hemos visto en noticias, documentales y en TV. Eso es lo que busco.”
Ethan Smith asegura que muchas veces la historia que ha mostrado el cine ha influido en nuestra visión de lo que fue la Segunda Guerra Mundial. David Ayer quiso volver a la fuente. “David nos explicó cómo a partir de finales de la década de 1940 cuando Hollywood empezó a hacer películas de la Segunda Guerra Mundial, se buscó una estética limpia” recuerda Smith. “Pero David quiso referenciar no la historia que presentó el cine, sino la verdadera historia en sí. Nos pasamos largas horas viendo imágenes del Cuerpo de Señales del ejército estadounidense y estudiamos atentamente cómo caminaban aquellos hombres, cómo llevaban sus armas, cómo preparaban una misión o incluso cómo se relajaban en la calle, y esas observaciones formaron la plantilla para nuestra película.” Asimismo, Ayer y su equipo fueron asesorados por tres consultores militares y cuatro veteranos de la división acorazada de la Segunda Guerra Mundial, quienes trasladaron sus conocimientos y experiencias a la producción.
El director de fotografía Roman Vasyanov, quien colaboró previamente con el guionista y director David Ayer en Sin tregua, comenta que para esta película tomó un acercamiento muy diferente en cuanto a fotografía se refiere. En contraste a Sin tregua, inspirada por un estilo más documental, Corazones de acero sería mucho más clásica en sus métodos y planteamientos. “Supe tras la primera lectura del guión que no podría rodarse con cámara en mano,” recuerda. “Lo teníamos que hacer con coreografía y plataforma rodante y la fotografía sería temperamental… la cámara se limitaría a seguir la pista sin aportar más energía.” En cuanto a la estética explica Vasyanov: “Quería hacer una película muy naturalista y minimalista. Para mí la película es primeramente un drama, y todo lo demás es secundario. No quería pasarme con la iluminación ni hacer virguerías con la cámara, no es una película de acción. Probablemente sea ésta la película más minimalista que haya hecho y eso es lo que hace que la interpretación cobre protagonismo.” 'Corazones de acero' se rodó enteramente en película y no digitalmente. En palabras de Vasyanov: “supe que nuestra paleta de colores sería muy limitada y el color del negativo es claramente superior. Además, se trataba de una película anamórfica, panorámica. Hicimos un par de pruebas y la resolución era fantástica, con grandes contrastes y una profundidad y nitidez de imagen preciosas. Resultó ser la mejor forma de captar la belleza del paisaje y el paso de los carros de combate.”
El director de producción Andrew Menzies fue el encargado de realizar la visión de Ayer para crear un look auténtico para el filme. “Este filme no tuvo mucho de diseño; más bien se trataba de reproducir la historia” explica Menzies. “Para ello, prácticamente cada viñeta de la película la sacamos de imágenes que obtuvimos gracias a una intensa investigación. Hubo varias imágenes que se quedaron conmigo cuando investigaba la zona del batallón – encontré imágenes de archivo en las que aparecían hombres sumergidos en barro hasta las rodillas. A duras penas podían arrastrar sus pesados equipos y materiales en esas condiciones. Aprendí que esa fue realmente la esencia de esa época de la guerra… la mayor parte del día se resumía en barro, rutina y frío.” El único exterior en donde se limitó la cantidad de barro fue en el set del pueblo alemán que edificó Menzies en una pista aérea en Bovingdon, Hertfordshire. Menzies estudió el diseño de las ciudades alemanas para incorporar sus característicos elementos arquitectónicos – contraventanas, madera, yeserías – en su construcción. Las secuencias que transcurren en la villa alemana conforman el acto intermedio del filme y representan una ruptura en el clima de la película. Se trata de una aldea que se ha mantenido casi al margen de la guerra. “Es la primera vez que pueden desmelenarse, soltarse, es el lugar donde los hombres encuentran alcohol, comida y mujeres– en un entorno así podían relajarse,” explica Menzies. “Por lo que empleé colores un poco más alegres en la aldea, en esta parte de la película disfrutas de un pequeño descanso de la adversidad de la guerra.” Este plató se construyó en doce semanas. “David quería rodar los tanques a su paso por el pueblo por lo que diseñamos la aldea en torno a la acción, los tanques, y los francotiradores en las ventanas. Acabamos con una plaza en la que transcurre la mayor parte de la secuencia. El tamaño de la aldea lo definió el tamaño de los tanques; porque si la plaza era muy pequeña los tanques se verían ridículos.”
En aras de mantener la producción tan realista como fuera posible, Ayer y su equipo documentaron a conciencia los uniformes militares de la época para crear el vestuario del filme. “Estudiamos muchas fotografías y tuvimos la suerte de contar con buenos asesores que nos instruyeron sobre lo que sería correcto,” explica Ayer. “El grado de detalle de los uniformes es increíble. A diferencia de los militares estadounidenses que básicamente llevaban ropa de trabajo al frente de batalla, el ejército militar alemán llevaba uniformes confeccionados por sastres siguiendo las técnicas de confección europeas; muchos de ellos fueron hechos a mano. Lo que resulta aun más interesante es que los alemanes- particularmente los oficiales– combatían en lo que nosotros denominaríamos uniformes de gala, es decir con medallas incluidas.” El diseñador de vestuario Owen Thornton trabajó estrechamente con Ayer para estudiar exactamente cuáles eran las exigencias. “Estuvimos dos años documentándonos para acertar con los trajes y uniformes del periodo,” señala el diseñador. “Repasamos el inventario de lo que llevaría un soldado americano en 1945. Europa había vivido uno de los inviernos más largos de los últimos cincuenta años por lo que la estética del soldado había cambiado notablemente; habría llevado un abrigo sobre una chaqueta de campaña sobre un jersey, sobre una camisa, sobre una camiseta interior. Procuramos recrear la imagen de un soldado sin techo que vive en trincheras, come comida fría, y no ha visto ni una ducha ni una chuchilla de afeitar en meses.”