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NOTAS DEL DIRECTOR...
El mundo de los gimnasios y el de los que están sentados en el sofá viajan en dos galaxias opuestas, años luz lejanos. ¿Pero es eso así? ¿Y si los dos mundos opuestos se encuentran? ¿Y si colisionan?
Después de todo, el psicoanalista y el entrenador personal hacen el mismo trabajo: que sus clientes se mantengan de pie. Unos ayudándoles en la cabeza; los otros, por el resto del cuerpo.
En la película intenté vincular dos ambientes que me son muy familiares: el gimnasio y el psicoanálisis. Intenté imaginar a mi doctor en una clase de spinning y a mi entrenador personal en un sofá de psicoanalista.
Sobre esta base, empezamos a escribir la película, que cuenta una historia de amistad entre Elía y Claudia, psicoanalista fuera de forma y una deportista con poco cerebro (pero sólo aparientemente). Un encuentro especial en sus vidas, donde las barreras intelectuales son cortadas por la curiosidad compartida, y finalmente por un beneficio mutuo y real.
Pero no todo es como parece, dentro de un equilibrio aparente puede ocurrir algo que lo complique todo, como sucede a veces con nuestro inconsciente, pero aquí, afortunadamente termina por hacernos reír.
"Déjate llevar" es una idea original de Francesco Bruni y el deseo común de hacer una película brillante sobre el choque mente / cuerpo.
Siempre dentro de los cánones de la comedia, intenté crear psicologías complejas, porque creo que el público de hoy en día merece en nuestras películas que les expliquemos la verdad de un mundo cada vez más neurótico y sin armonía.
Es a partir de esta complejidad y la ineficacia con la que los personajes se enfrentan a las situaciones planteadas, que se ven empujados a las respuestas más cómicas imaginables.
Pedí a los actores que jugaran con los personajes, para que les permitieran emerger aspectos que nos hicieran reir o sentir una cierta vergüenza ajena. En pocas palabras, los animé a que se “dejasen llevar”. Y su contribución ha sido fundamental para sacar lo mejor de sus personajes, que junto con Francesco Bruni y Davide Lantieri, habíamos empezado a dibujar en el guión. Y cada actor ha logrado, con gran capacidad, poder encontrar el equilibrio más adecuado para implicarse con su personaje.
Con Servillo desarrollamos el personaje de Elía durante la gira de su "Le voci di dentro" (una obra de teatro que representó en la temporada 2014-15 y que llegó a traer a Barcelona). Por la mañana trabajábamos en los camerinos de los mejores teatros de italia y por la noche, después de la representación, reescribíamos el guión. Una de las mayores fortunas de mi trabajo es la de poder trabajar durante tanto tiempo con actores de la categoría de Toni que transmiten un amor tan profundo por su trabajo.
En general, el mayor tiempo de la preparación de la película lo pasé con los actores. Y cuanto más progresaba, más convencido estaba que la base de la película tenía que ser profundizar en sus conflictos y su sensibilidad. Y es que, al final, compartir lecturas, música, buen vino y arte en general, con actores y colaboradores es sin duda la mejor manera de entender qué tipo de trabajo queremos desarrollar juntos.
Las películas de Billy Wilder y Woody Allen y las canciones de Duke Ellington nos inspiraron. Pero el camino que tomamos para poder realizar nuestra obra fueron los textos, la autobiografía y las cartas de Groucho Marx, el maestro de no tomarse nada demasiado en serio.