INFORMACIÓN EXCLUSIVA
NOTAS DEL DIRECTOR...
La vastedad del horizonte patagónico, la dureza del clima y la realidad de los trabajadores rurales que existen en ese territorio árido y hostil, fueron el punto de partida de esta película. Se trata de una historia de sobrevivientes, en un rincón del mundo en donde el tiempo se ha detenido y en el que el invierno pareciera no acabar nunca.
Un territorio surcado por alambrados, fronteras que también delimitan un universo que va más allá de la explotación de los peones rurales y su callada aceptación de ese destino, y en donde el aislamiento, la alienación y esa extraña y violenta armonía que llamamos naturaleza lo condiciona todo.
Es la cara oculta de una postal de la Patagonia. El barro y la sangre. Imágenes tangibles, brutales, ecos de un mundo tan primitivo como esencial. El paisaje se convierte en un testigo siempre presente de la historia, que expresa lo que los personajes viven y sienten.
“Hay que pasar el invierno”, suele decirse, como si sólo se tratara de llegar a la otra orilla, de esperar, de sobrevivir. Luego queda el tiempo que falta para que llegue el verano, los atardeceres infinitos. Un hombre espera un ómnibus al costado de la ruta. El futuro es una promesa tan lejana como el horizonte.
'El Invierno' es una película que, lejos de cuestionar el estado del mundo, cuestiona la naturaleza humana.