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CRITICA
Por: PACO CASADO
Después de muchos años trabajando en la finca llamada La Estancia, en la Patagonia, Don Evans, el viejo capataz, huraño y solitario, de lo que ha ejercido toda su vida, acostumbrado a vivir solo, de pocas palabras, se ve obligado a jubilarse de su labor y Jara, un hombre más joven, viene a ocupar su lugar.
El cambio no será fácil para ninguno de los dos.
El camino es difícil y desafiante para los hombres que trabajan allí, la mayoría de las veces de temporeros, según los trabajos que hayan que ejecutar dependiendo de las estaciones y cada uno debe sobrevivir al invierno que está próximo a llegar, cubriendo el paisaje de blanco, cuando la nieve y el viento aíslan por completo el terreno y ya no se trata de trabajar, sino de resistir la dureza del clima y de ese territorio árido y hostil, pero entre tanto habrán de suceder muchas cosas.
El dueño visita la finca con unos amigos franceses, futuros compradores, mientras Jara, que será el nuevo capataz, oculta que tiene familia, pues de lo contrario tal vez no lo contrataran.
Cuando se jubila Don Evans va en busca de su hija a la que no ve hace tiempo.
Cuando llega la Navidad los peones se van a celebrarlo al pueblo y Jara se trae a su familia ocultándola de los demás.
El film muestra lo que es la dureza del trabajo, la lucha contra los elementos, la precariedad de la tarea, haciendo un retrato veraz de lo que es la Patagonia, mostrando la otra cara lejos de la tarjeta postal y cercana a los que es la realidad.
Los tiempos van cambiando, los negocios también y lo que hoy es rentable con el pastoreo y el producto de la lana, se convierte mañana en una finca de recreo o en un establecimiento para deleite de turistas.
Es el ciclo de la vida que se repite constantemente, aunque tal vez con características distintas pero igual de dura y en ocasiones hasta cruel.
Ese es el destino de estos peones, de los trabajadores que hoy tienen labor y mañana paro, pero que han de seguir alimentando a sus familias, porque así es la naturaleza humana.
Tras trabajar en el cine como ayudante de dirección o encargado de la segunda unidad en casi dos docenas de producciones, Emiliano Torres se ha decidido por fin a hacer su primer largometraje como director con 'El invierno', un drama rural cuyo guion también se ha encargado de escribir en compañía de Marcelo Chaparro.
Está realizada de forma inteligente, con una fotografía luminosa sin ser preciosista, que realza los espléndidos y duros paisajes patagónicos en bellos encuadres, con el ritmo que requiere el trabajo y el lento devenir del tiempo que en ese lugar se hace eterno.
Premio de la crítica francesa y mejor actor Alejandro Sieveking en el Festival de cine de Biarritz. Premio especial del jurado y mejor fotografía en el Festival de cine de San Sebastián. Premio Iberoamericano en el Festival de Seattle. Cinco nominaciones a los Cóndor de plata.
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