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INFORMACIÓN
Titulo original: Freeheld
Año Producción: 2015
Nacionalidad: EE.UU.
Duración: 103 Minutos
Calificación: Autorizada para todos los públicos
Género: Drama
Director: Peter Sollett
Guión: Ron Nyswaner. Basado en el corto documental "Freeheld" de Cynthia Wade
Fotografía: Maryse Alberti
Música: Hans Zimmer, Johnny Marr
FECHAS DE ESTRENO
España: 6 Mayo 2016
DISTRIBUCIÓN EN ESPAÑA
Filmax

SINOPSIS

Laurel es un condecorada policía que pretende dejar a su pareja de hecho su pensión cuando le es diagnosticado un cáncer. Pero los funcionarios no terminan de ver con buenos ojos el que sean un pareja homosexual, conspirando para que no llegue a suceder. Mientras, un activista y un detective deciden ayudar a la pareja...

INTÉRPRETES

ELLEN PAGE, JULIANNE MOORE, STEVE CARELL, MICHAEL SHANNON, JOSH CHARLES, LUKE GRIMES, MARY BIRDSONG, JEANNINE KASPAR, SKIPP SUDDUTH, GABRIEL LUNA, TOM McGOWAN

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- Festival San Sebastián 2015

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Informacion exclusivaINFORMACIÓN EXCLUSIVA

   El 26 de junio de 2015, en una decisión histórica, el Tribunal Supremo de los Estados Unidos dictaminó que todos los estadounidenses tienen derecho al matrimonio, incluyendo las parejas del mismo sexo. Aquella mañana, el presidente Obama pronunció un discurso para toda la nación: “El progreso en este viaje suele darse en pequeños pasos, en ocasiones uno hacia atrás y dos hacia delante, gracias al persistente esfuerzo de todos los ciudadanos”. En aquel comentario, el presidente podría haberse referido perfectamente a la recordada e inspiradora historia de la teniente de la policía de Nueva Jersey, Laurel Hester, y su pareja Stacie Andree –una historia que comenzó como una intensa experiencia personal de amor e identidad, pero que en 2005 se convirtió en el detonante de una creciente pugna global por la justicia y el derecho a la igualdad.
 
La pareja se unió a la batalla en un momento de transformación para ellas. Recientemente enamorada, Hester se enfrenta de buenas a primeras con una noticia que la deja en estado de shock: padece un cáncer de pulmón en fase IV. Y solo tiene un último deseo: legar la pensión que recibe a Andree, para que no se quede desvalida en su ausencia. Sin embargo, sus peticiones se ven continuamente rechazadas por parte de los cinco freeholders de Ocean County –así se denomina en Nueva Jersey a los máximos cargos electos del condado. Un freeholder puso sobre la mesa la preocupación de que este simple acto de amor pudiera amenazar la “santidad del matrimonio”. Negándose a que le priven de algo que cualquier pareja heterosexual obtendría sin obstáculo alguno, Hester emprendió una sólida campaña de lucha por sus derechos en las horas más duras de su vida. Incluso atravesando una encrucijada personal con Andree, ella canalizó el poder de su amor y su consciencia hacia un monumental momento de cambio.
 
Ahora esta historia relevante y vital cobra vida en forma de una fascinante historia de procesos jurídicos, y también como una historia llena de tonalidades acerca de un imprevisible e irresistible amor enfrentado a la intolerancia, dirigida por Peter Sollett (Camino a casa (Raising Victor Vargas)), escrita por Ron Nyswaner (Philadelphia) e interpretada por la ganadora del Oscar® Julianne Moore y por la nominada Ellen Page, en los papeles de Hester y Andree respectivamente.
 
Tal como dice Nyswaner, el guionista, “Los temas de Freeheld son universales. Todos queremos que nos traten con respeto, todos merecemos el derecho de amar a quien nosotros elegimos, y necesitamos que nuestras comunidades reconozcan nuestro trabajo y nuestras relaciones. Y esto es realmente aquello por lo que Laurel y Stacie lucharon con todo lo que tenían”.

  La historia de Laurel Hester alcanzó los titulares por primera vez en 2005, cuando la dura y veterana teniente, con una antigüedad de 23 años en la policía de Ocean County, puso todos sus esfuerzos en solicitar el traspaso de su pensión a su pareja, ya que ella se aproximaba a la muerte. La batalla de Hester se conoció en todo el estado de Nueva Jersey, aunque sólo era una de las varias luchas que acontecían simultáneamente y que, en conjunto, terminaron por alterar para siempre el ámbito del amor, el matrimonio y la tolerancia. Nadie en ese momento podía imaginar lo rápido que iban a cambiar las cosas. Al cabo de diez años, justo al completarse la película Freeheld, se hicieron realidad los primeros pasos hacia la plena igualdad en el matrimonio.
 
Los oscuros entresijos por los que Laurel Hester y Stacie Andree pasaron en su campaña por el derecho a la igualdad salieron a la luz en un oscarizado corto, también llamado Freeheld, dirigido por Cynthia Wade. Lo que en su día podría haberse considerado una historia marginal acabó por trascender como pocos cortos documentales han hecho.
 
Wade recuerda que en cuanto supo de la lucha de Hester por sus derechos, se sintió empujada a capturar la historia. Sin ningún tipo de subvención, y con dos niños pequeños que cuidar, se puso a rodar los procesos de los freeholders de Ocean County a la vez que era testigo de los últimos días juntas de Hester y Andree, unas jornadas que le quebraban el alma, pero con las que consiguió una gran profundidad.  Cuanto más filmaba, más se daba cuenta de que aquella historia local de dos mujeres era épica y multidimensional. No era solamente una historia de las enrevesadas complejidades del proceso de cambio social, sino que también se veían facetas de amor, valentía, comunidad y resistencia.
 
“Yo siempre lo he visto como una historia de amor”, confiesa Wade. “Pero no era sólo el idilio entre Laurel y Stacie. También era una historia de una comunidad que ama a sus miembros, acerca de personas que se convierten inesperadamente en activistas en el momento en que la política les toca directamente”.
 
Eligió el título Freeheld porque es una palabra que juega con dobles sentidos –no sólo se refiere al nombre de los gobernantes de los condados de Nueva Jersey (freeholders, literalmente “los que poseen libremente”), sino que también hace referencia a los episodios emocionales de la situación de Hester y Andree (Free held, tomadas libremente, la una a la otra). El término se refería originariamente, en tiempos coloniales, a aquellos que libremente tomaban posesión de terreno, aunque parece que la palabra era igualmente aplicable al amor y a la libertad personal.
 
“En un sentido de lo más real, Laurel era reprimida (hold back) por los freeholders”, destaca Wade. “Pero al mismo tiempo, Laurel cada vez se sentía más unida (held close) a Stacie –a la vez que apoyada (held up) por la comunidad. Y a mí me fascinaban todas aquellas distintas tensiones entre las palabras free y held”.
 
En cuanto el público vio el corto de Wade, el documental comenzó a cosechar elogios y reconocimientos, incluyendo el Premio Especial del Jurado en el festival Sundance y, como colofón, el Oscar® al Mejor Corto Documental. En aquella época, los productores nominados al Oscar® Michael Shamberg y Stacey Sher (Pulp Fiction, Django desencadenado, Algo en común) estuvieron hablando con Wade acerca de la posibilidad de desarrollar y ampliar su trabajo realizando un drama de largometraje que pudiera llegar a un público más extenso.
 
A Wade le entusiasmó la idea. “Hemos llegado lejos en términos de igualdad en nuestro país desde que se hizo el documental, pero la discriminación sigue existiendo”, explica Wade. “Y quiero que la generación que sube lo haga en una comunidad llena de compasión y con un sentido de la justicia que lleve a los funcionarios públicos a obrar correctamente. Es una gran historia para contar”.
 
Simultáneamente, la actriz y cineasta Ellen Page, junto con su socia de producción, Kelly Bush Novak, se vieron atraídas irremediablemente por esta historia, que mezcla la relevancia social y la pasión honesta, de modo que sumaron fuerzas y recursos con Shamberg y Sher.
 
Acerca de su fervor por el proyecto, Page dice: “Sencillamente, me parece asombroso lo que Laurel y Stacie hicieron. Fue algo increíblemente valiente, algo que la mayoría ni se atreverían a hacer. Además, es una historia tan humana… Y cuando ves el lado humano de una historia, eres capaz de conectar con gente que podría tener un punto de vista distinto en un sentido profundo. Formar parte en el proyecto que iba a dar a conocer aquella historia me dio una lección de humildad”.
 
Para Shamberg, la historia habla de cambios extraordinarios en la cultura, pero también en los valores comunes. “Los temas que se tocan tienen que ver con la dignidad, el honor, el servicio a la comunidad… y todos ellos son valores que apreciamos en Estados Unidos”, apunta.
 
Sher se sintió igualmente conmovida por la exploración que hace el filme de algo incluso más fundamental: el asombroso poder del amor y de la intimidad frente a la extrema presión de los de fuera.
 
“El amor es lo que realmente mueve a estas mujeres y sus vidas privadas. Dos mujeres de dos generaciones distintas que se convierten en activistas pro-derechos civiles, una posición que no es fácil de asumir para ninguna de las dos”, comenta Sher. “El vínculo de Laurel con Stacie infunde en esta última el convencimiento para luchar por la igualdad. Y esto es una increíble historia de amor. Cada una encuentra en la otra su verdadero ‘lugar en el mundo’”.

  El diverso equipo de producción de Freeheld –que además de a Shamberg, Sher, Page y Bush, también incluye a Richard Fischoff, Duncan Montgomery, Jack Selby, Cynthia Wade y Phil Hunt– inició entonces la búsqueda intensiva de un guionista que pudiera entretejer todos los hilos argumentales de amor, policía, política, medios y mortalidad con una narrativa que atrapara.
 
Aquella búsqueda les llevó a Ron Nyswaner, quien además aportó su propia percepción. Nyswaner había estado nominado al Oscar® por el guión de la aclamada Philadelphia, protagonizada por Tom Hanks, una cinta recordada por ser el primer hit de Hollywood que abordara las consecuencias políticas y sociales de la crisis del sida.
 
Visionar el documental de Wade terminó de convencer a Nyswaner para incorporarse al proyecto. “A los 20 minutos estaba llorando desconsoladamente en el salón”, recuerda. “Me conmovió tanto que me sentí empujado a aceptar la misión y contar aquella historia a un público mucho más amplio”.
 
Nyswaner enfocó el guión en un primer momento como una historia de amor apasionado, ese amor que entra en todas las complicaciones y en la delicada belleza de conectar con alguien a un nivel que no necesita de la aprobación de nadie. Él cree que Hester y Andree nunca tuvieron la intención de que su amor acabara escrito en la historia del Derecho Civil, pero no tuvieron marcha atrás cuando se les denegaron sus derechos más básicos.
 
“Quise escribir sobre Laurel y Stacie porque son personas normales con una vida normal, que se encuentran inmersas en una situación extraordinaria”, explica Nyswaner. “Y eso me fascina, por la profundidad del sentimiento que tienen la una hacia la otra y porque hallaron la valentía para marcar la diferencia en el mundo”.
 
Para Nyswaner –y para todo el mundo–, las cosas han cambiado mucho desde Philadelphia, y también lo han hecho desde el día en que empezó a escribir Freeheld hasta hoy. Sin embargo, puntualiza que sigue habiendo importantes razones para mantener abierto el debate sobre la discriminación, la división y la intolerancia, incluso más que entonces, pues para avanzar se necesita empujar hacia delante incesantemente.
 
“En el ámbito de los derechos de la comunidad GLBT y del matrimonio ha habido un significativo y bienvenido progreso, y por eso esta historia está más vigente que nunca”, comenta. “Como seres humanos, seguimos buscando las vías para dividirnos en grupos, y las historias acerca de nuestras guerras particulares en política, raza y sexualidad siguen protagonizando los noticiarios. Lo que espero de esta película es que permita al espectador experimentar la realidad emocional y psicológica de la gente corriente atrapada en esas divisiones. Espero que el filme se dirija a los corazones de las personas y a su deseo de justicia”.
 
A Nyswaner le atrajeron especialmente los contrastes entre las dos amantes –la ley de los polos opuestos, que a menudo lleva a la más asombrosa y potente de las atracciones. “Laurel y Stacie eran muy distintas y encaraban la vida de modos diferentes. En primer lugar, había una cierta diferencia de edad, y eso suele suponer retos en cualquier relación”, observa el guionista. “También tenían actitudes diferentes sobre la vida de cara a los demás, sobre reconocer su sexualidad en público y en el trabajo, y eso era una fuente de conflicto que me parecía muy interesante. De todos modos, no importaba cuánto chocaran entre ellas, que en todo momento seguían comprometidas, incluso en los momentos difíciles. La oportunidad de escribir sobre una relación de este tipo fue algo muy especial para mí”.
 
La reacción ante el guión de Nyswaner fue inmediata. “Ron aportó una sensibilidad muy, muy profunda y una gran conexión con este material argumental”, dice Page. “Escribió lo que para mí es simplemente una bella historia de amor”.
 
Para entrelazar el romance puro de Freeheld con su exploración de cómo consiguen sus derechos civiles mediante cambios paulatinos en los corazones y mentes de la gente, los realizadores incorporaron a continuación al director Peter Sollett. Sollett debutó con la película Camino a casa (Raising Víctor Vargas), una deliciosa y original historia sobre la mayoría de edad ambientada en el Lower East Side de Nueva York. Acto seguido, dirigió una de las cintas de adolescentes más inteligentes de la última década: Nick y Norah, una historia de música y amor.
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Freeheld' tiene lugar a mayor escala, pero se pueden encontrar similitudes en todos los trabajos de Sollett. “Yo la veo como una película humanista y una historia de amor, algo que también es cierto en todos mis largometrajes”.
 
Su propósito era mantener el centro de atención en la humanidad de los personajes, en sus intensas relaciones personales como amantes, amigas, apoyo y adversarias, lo cual revela que los actos cotidianos de valentía llevan a triunfos sociales aún más importantes”.
 
“Lo que hizo a Freeheld interesante para mí es que detrás de esta mayor historia de derechos civiles puedes hallar una historia de lo más universal acerca de dos personas que simplemente buscan el camino para amarse”, dice Sollett. “Laurel quiere mantener la relación en secreto, mientras que Stacie desea hacerla pública. La fricción está realmente en los términos en que se desarrollará esta relación –y creo que eso es algo con lo que cualquiera que tenga una relación se podrá identificar”.
 
A Nyswaner le entusiasmó trabajar con Sollett. De hecho, años atrás, Sollett ya le avaló un guión en el Sundance Screenwriters Lab. “Peter es un director increíblemente considerado. Se compromete de verdad con cada uno de los personajes y les da vida. Es un hombre de una gran exactitud y altamente resolutivo, como tiene que ser un director, pero sin ese ego que a menudo tienen sus homólogos”, aclara el guionista.
 
Para Shanberg, la sinergia entre Sollett y Nyswaner le dio al filme un núcleo inquebrantable. “Ron no es sólo un guionista de alto nivel, sino que además tiene un interés personal en la historia. Si no fuera por él, la película no habría llegado a hacerse nunca”, explica el productor. “Fue entonces cuando entró Peter y capturó la historia de Ron con un estilo totalmente enfocado y naturalista –un estilo que entretiene pero que a la vez permite al espectador tomar consciencia de que las personas implicadas en la trama son reales”.
 
Capturar adecuadamente los espíritus de Hester y Andree fue la gran prioridad de Freeheld. Es comprensible que al principio la verdadera Andree y el resto de personas implicadas en los sucesos reales tuvieran reservas acerca de la realización de una película. “A mí me daba un cierto miedo”, recuerda Stacie Andree. “Realmente no sabía qué esperar. Yo solo quería que la película se ajustara a la realidad”.
 
Aquellos temores desaparecieron cuando vio de primera mano el empeño y la dedicación que se puso en que la producción fuera verdadera y respetuosa. “Stacie y yo nos quedamos asombradas con toda la precisión y autenticidad que tenía el guión. Esperaba muchas más licencias dramáticas, y al final no las hubo”, recuerda el detective retirado Dane Wells, el compañero policía en la vida real de Laurel Hester.
 
Andree, que todavía vive en la misma casa que compartió con Laurel, anticipa ahora que la película va a continuar el legado de Hester. “Este acontecimiento fue uno de los detonantes”, observa, “y espero que sirva para seguir empujando y avanzando”.
 
De hecho, durante la realización de la película, se fueron produciendo tantos cambios y tan importantes que se hacía difícil seguir con el plan inicial previsto. Tras décadas de activismo, incluyendo el de Laurel Hester, parecía que el consenso popular daba un vuelco –el matrimonio gay ya no se percibía como nada radical ni desviado, sino como un hecho normal, deseado y reflejo del impulso humano universal del amor y la consideración de una persona hacia otra.
 
Tal como expresa la productora Kelly Bush: “Es raro crear una película en un entorno en constante cambio. Ahora podemos ver cómo la lucha de Laurel y Stacie una década atrás ayudó a que el Tribunal Supremo debatiera este año la definición de matrimonio. Fue extraordinario ver la llegada de la película en este momento, incluso cuando vimos que la nación se hacía suyo el hashtag #LoveWins”.

  A pesar de que la cinta aborda uno de los temas más relevantes de nuestro tiempo, el núcleo importante de Freeheld yace en los personajes y, como en cualquier película de amor moderna, el reparto fue totalmente crucial. “Aquí teníamos una preciosa historia de amor, una historia que solo podía despegar a través de dos interpretaciones potentes” admite el productor Jim Stern.
 
Con Ellen Page sumada al proyecto desde el primer día, la presión recayó en encontrar a la mujer que pudiera encarnar a Laurel Hester, quien se enfrenta a los momentos más vulnerables que puede vivir un ser humano, a la vez que debe luchar contra unos poderes gubernamentales que menosprecien sus decisiones personales. Para materializar tanto el carácter resolutivo de Hester como su ternura, los realizadores pensaron en una de las actrices más laureadas de la actualidad: Julianne Moore, quien hacía poco que había recibido el Oscar® por su papel en Siempre Alice.
 
Moore no pudo resistirse al reto. “Es una historia encantadora, maravillosa, y ella sola me arrastró a aceptar”, dice sobre su elección. “El amor es una parte inmensa de la vida de cualquier ser humano. Me parece ridículo negar ese derecho a cualquier persona, sea en la época que sea”.
 
Como siempre hace, Moore se implicó en su papel al 110%, comenzando por un intensivo periodo de exploración y búsqueda en la vida y en la comunidad de Hester. “Realicé una investigación exhaustiva sobre Laurel”, explica Moore. “Una de las cosas que más me impactaron de ella fue que era una persona que se preocupaba mucho de ser justa en su trabajo como detective. Pero la ironía es que después de dedicar su vida entera a encontrar la justicia para otras personas, ella tuvo que dar todo lo que tenía para conseguirla para la mujer que amaba”.
 
Cuanto más aprendía acerca de Hester, más se conmovía Moore, no tanto por su audacia sino por su humildad. “Laurel tenía una extraordinaria ética en el trabajo, pero siempre se mantenía en un segundo plano. No se atribuía los méritos de muchas cosas. Lo único que le interesaba eran los resultados”, observa Moore.
 
A Page le entusiasmó unirse a Moore para interpretar al elemento más inesperado de la vida de Hester –su relación con una mujer 18 años más joven. “Julianne es fenomenal en este papel”, dice Page. “Además, es la persona más amable y generosa con la que se puede trabajar, y una maestra en lo que hace”.
 
Desde el momento en que Laurel y Stacie se conocen en un partido de voleibol, su relación se asienta en terreno arenoso. Pero a pesar de los obstáculos y de algunos desencuentros inevitables, cada vez se sienten más unidas. Como dice Moore, no importan las personas involucradas: el amor es amor, y retratar su poderosa profundidad siempre significa llegar a lo más crudo y elemental, a las corrientes submarinas que hay detrás de las palabras y de las acciones.
 
“Siempre es un misterio lo que lleva a una persona unirse a otra, y también lo que las mantiene juntas”, apunta Moore. “Siempre te acabas preguntando ‘¿Y por qué esta persona?’ ‘¿Y por qué ahora?’ En el caso de Laurel y Stacie, cualquiera que fuera la chispa, el sentimiento era intenso, dinámico y con pleno sentido para ambas. No importa si eres homosexual o heterosexual. Conocer a alguien y enamorarte de verdad son acontecimientos que ocurren raramente y es algo que todos apreciamos y valoramos”.
 
Igual que Moore, Page se comprometió completamente a transmitir la esencia de Stacie Andree. Se sintió especialmente afortunada de tener la oportunidad de charlar un tiempo con Andree –y en la mismísima casa que Andree compartió con Hester. “Incluso fuimos al lugar donde Laurel se tomaba el café cada mañana”, recuerda Page. “Cuando puedes apoyarte en una experiencia humana tan íntima, ves mucho más que una persona, y por ende, eres capaz de llegar a nuevas dimensiones”.
 
Andree disfrutó mucho con la posibilidad de compartir sus más preciados recuerdos de Hester con ambas mujeres. “Tanto Julianne como Ellen me enviaban mensajes durante la producción preguntándome cómo diría algo yo, o cómo Laurel habría expresado determinada frase”, cuenta Andree. “Me sentí muy cómoda con ellas”.
 
Asimismo, Page fue también capaz de aportar algunas de sus experiencias personales a la interpretación. “Me siento relacionada con esta película a un nivel personal, porque yo también soy gay, y cuando ves que tratan a dos personas como seres inferiores por su tendencia sexual –y cómo les dicen que su amor no vale–, eso te parte el corazón. De todos modos, la oportunidad de interpretar a un personaje que se enamora y que explora la profundidad del amor es algo maravilloso”.
 
Cuando Moore y Page se juntaron en el set, la química entre ellas era volátil y palpable. “Ellen y Julie son individualmente increíbles en esto, pero cuando se juntan son espectaculares”, comenta el actor Michael Shannon. “Capturan la ternura de Laurel y Stacie, así como la valentía que tuvieron al dejar que la gente conociera sus vidas y supiera qué era lo que estaba pasando”.
 
Shannon, que se ha revelado como uno de los actores más versátiles de su generación, y que este año también ha interpretado a un codicioso magnate inmobiliario en 99 Homes, se incorporó a la producción nada más conocer la historia y quedar profundamente conmovido.
 
“La historia de Laurel me cautivó porque trata sobre la idea de que no importa el miedo que tengas ni las escasas posibilidades de salir airoso: siempre vale la pena arriesgar todo lo que tienes para no tener que ocultar quién eres realmente”, comenta Shannon.
 
A Shannon también le intrigó mucho el arco interpretativo de su personaje: Dane Wells, el antiguo compañero de Laurel en la policía, que no supo de la sexualidad de Hester durante buena parte de su etapa de trabajo conjunto. Cuando Laurel sale del armario para luchar por Andree, se pone a prueba la lealtad de Dane y debe evolucionar de una forma que él nunca habría imaginado.
 
“La relación entre Dane y Laurel me fascinó, porque eran dos personas muy unidas, y aun así, él desconocía muchos aspectos de ella”, refleja el actor. “Y a pesar de todo, él le dio su apoyo en la lucha. Dane no quiso convertirse en el icono de un movimiento. Él solo quería ayudar a su amiga”.
 
A Peter Sollett le conmovió el profundo sentimiento que Shannon aportó al papel secundario. “Michael es maravilloso interpretando a un policía desilusionado y frustrado por un empleo que en su día adoró”, explica Sollett. “Y lo único que hace es lidiar con la injusticia”.
 
El verdadero Dane Wells ya era fan de Shannon. Le conocía de la serie de la HBO Boardwalk Empire y le impresionó el tiempo y el esfuerzo que puso en conocer todos los detalles de su historia. Wells recuerda perfectamente, en medio de la lucha por sus derechos, que Laurel Hester y él bromearon en su día acerca de la posibilidad de que sus vidas acabaran plasmadas en la gran pantalla. “Incluso llegamos a hablar de los actores que nos habría gustado que nos interpretaran, y estuvimos de acuerdo en que las posibilidades eran de una entre un millón de que aquello se hiciera realidad”, dice Wells entre risas.
 
En último término, fue Dane Wells quien se enfrentó a sus compañeros de la policía por la causa de Laurel, y formó equipo con el activista pro-derechos civiles Steven Goldstein, fundador de Garden State Equality, la organización defensora de la comunidad LGBT, que opera en todo el estado de Nueva Jersey. Goldstein lideró la organización y sus protestas durante la batalla en defensa de Laurel Hester, en 2005 y principios de 2006.
 
El personaje lo interpreta, en un giro de su trayectoria profesional, el actor cómico nominado al Oscar® Steve Carell, cuyos trabajos han ido desde la irónica comedia de The Office hasta la aplaudida y galardonada interpretación del excéntrico heredero DuPont en Foxcatcher, de Bennett Miller.
 
“Goldstein es un tipo que no tiene un no por respuesta. Es una fuerza de la naturaleza”, explica Carell. “Su pasión le llevó a alzar la voz en todas las ocasiones que tuvo la oportunidad”.
 
Ron Nyswaner añade que, sorprendentemente, Carell encajó a la perfección en el papel de Goldstein. “Cuando el activista se enteró de que a Laurel le habían negado la justicia porque su pareja era una mujer, Steve decidió que iba a mover hilos y causar incomodidades en algunas personas –y lo hizo. Su papel en esta contienda fue realmente significativo. Y Steve Carell es una pieza clave en el reparto. Él proporciona esa voluntad por ser apasionado y excéntrico en los papeles que interpreta, y siempre resulta muy, muy real”.
 
El propio Goldstein quedó asombrado al ver cómo Carell hacía su personaje –teniendo en cuenta que ser activista implica tener un cierto nivel interpretativo. “La defensa de la gente es ante todo entretenimiento, porque es a través de entretener que se educa y persuade. Si no captas la atención de la gente nunca les podrás educar o persuadir para que hagan nada”, destaca.
 
En cuanto al hecho de verse reflejado en el set, Goldstein quedó prendado con la exactitud y precisión de Carell. “Dio asombrosamente en el blanco. Y además hace un guiño a su habitual sentido del humor”, concluye.
 
Completa el reparto principal el actor emergente Luke Grimes, visto recientemente en 50 sombras de Grey y El francotirador, asumiendo aquí el papel del joven agente Todd Belkin, un hombre que lucha internamente contra sus propios secretos. Al alzar la voz entre sus compañeros agentes a favor de la causa de Laurel, él también siente el impulso de salir del armario. Es una sólida demostración de la vergüenza convertida en inspiración”.
 
“Fue realmente interesante explorar lo que se debe sentir al guardar un gran secreto y no poder comunicar a todo tu entorno quién eres en realidad”, recuerda Grimnes. “Descubres todo lo que esto puede afectar a tu día a día”.

  Más que el crudo realismo que se suele aplicar a las historias basadas en hechos reales, Peter Sollett quiso enfocar Freeheld desde lo que él denomina “un aspecto naturalista romántico”. Él mismo lo explica: “Ya existe un documental sobre el tema, así que quisimos acercarnos a la historia de un modo distinto, lo cual podría abarcar a un público más amplio. La idea era pintar ese mundo no tanto como realmente era, sino como Laurel y Stacie lo experimentaban”.
 
Para hacerlo, colaboró con un equipo que incluye a la directora de Fotografía Maryse Alberti (El luchador), a la directora de Producción Jane Musky (El coro) y a la diseñadora de vestuario Stacey Battat (Siempre Alice, The Bling Ring), así como al compositor ganador del Oscar® Hans Zimmer.
 
Para Alberti, “La fotografía de esta película se basó en gran medida en capturar las interpretaciones”. Sin embargo, recuerda que “siempre estábamos trabajando para incorporar en cada plano esa sensación de tiempo, de espacio y de quién es cada persona”.
 
La diseñadora de producción Jane Musky también enfatiza el naturalismo de su trabajo. “Vimos que nuestros trabajos acompañaban a las vidas de aquellas dos mujeres y que toda la ciudad se encapsulaba en ese preciso momento en el tiempo”, explica sobre la labor del equipo.
 
Uno de los elementos del diseño más esenciales para Musky fue la casa que compraron Hester y Andree, que es donde la relación se profundizó a pesar de que los problemas para ambas crecían y crecían. La casa es un personaje más, el símbolo de lo que significa hogar más allá de su encorsetada definición.
 
Según Musky, “la casa fue tan importante porque Laurel y Stacie vivieron mil situaciones allí –compartieron alegrías y penas. La ventana que nos mostrara sus vidas tenía que ser real. Y por eso el ventanal es tan importante. Juega un papel en muchas de las escenas del filme hasta el punto de convertirse en el marco ideal.
 
Asimismo, Stacy Battat se basó en la realidad, a partir de fotos de 2005, y añadiendo los toques personales que le sugería cada personaje, en gran parte de estilo obrero. Se centró en la paleta de colores de Julianne Moore para reflejar los cambios de estado de salud que sufría Hester, y colaboró estrechamente con Moore y Page para tener en cuenta las decisiones de ambas en cuestión de vestuario. “Tener a dos mujeres inteligentes con tanta pasión por contar una historia ayuda realmente a inspirarse”, confiesa Battat.
 
Uno de los personajes que más le gustó vestir fue el de Steve Carell, Steve Goldstein. “Vestía con marmulla hebrea y ostentosas corbatas para obtener la reacción de la gente. Es una manera ciertamente interesante de intentar dar visibilidad a alguien, y nos lo pasamos bien haciéndolo”, bromea.
 
Los toques finales de Freeheld los dio el prolífico y galardonado compositor Hans Zimmer, quien unió esfuerzos con el guitarrista de los Smiths, Johnny Marr, el responsable de los solos que se pueden escuchar en la evocativa banda sonora. La prestigiosa cantautora Linda Perry participó en la canción de los títulos finales de 'Freeheld,' que está interpretada por la nominada al Grammy y artista superventas, Miley Cyrus.
 
Para Peter Sollett, la esperanza es que las emociones de la película impacten en la gente a un nivel humano, más allá de la polémica política que arrastró la historia. Al fin y al cabo, amor es amor. “Creo que los elementos del filme, y especialmente las interpretaciones de Ellen y Julianne, conmoverán al público. Como resultado, espero que los espectadores vean la historia no como un ‘problema’ sino como parte de la experiencia humana”.

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