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NOTAS DEL DIRECTOR...
Parece que la justicia como institución tiene problemas. Dicen que es lenta, ineficaz, que está politizada, influenciada por el poder o que no está en sintonía con los valores actuales de la sociedad. Una hipotética implementación de una Inteligencia Artificial judicial que sustituyera a los jueces y juezas, podría ser una idea que recibiera mucho apoyo.
Este es el detonante que lanza la película y el dilema al que se enfrenta la protagonista y nos enfrentamos nosotros como espectadores. La justicia humana frente a la justicia robótica. La Inteligencia Artificial promete un aumento de la eficiencia sin precedentes en todos los procesos, así como una neutralidad política basada en la estadística y la matemática.
Si estos poderes tecnológicos se van a imponer en cada vez más esferas de nuestras vidas e incluso en cada vez más instituciones, ¿qué margen de decisión nos queda a la ciudadanía para decidir la sociedad en la que queremos vivir? ¿Qué espacios de participación, expresión y libertad nos quedan?
En esta historia lo que está en juego es la independencia judicial. El peligro de perder el control democrático sobre una institución esencial en nuestras sociedades. Ese es el tema narrativo o político de la película. Pero a un nivel formal, el objetivo es mostrar un contraste de miradas. La mirada humana frente a la mirada de una Inteligencia Artificial. En todo tipo de ámbitos, pero, en especial, en la Justicia, que creo que es un ámbito que abarca múltiples dimensiones sobre lo que somos, sobre lo que queremos ser y sobre cómo nos organizamos en sociedad. Se trata de explorar hasta qué punto se puede reducir el mundo y gestionar el comportamiento humano por medio de los datos y el uso de la IA.
Me interesa explorar y hacer visibles las concepciones que se esconden tras esos sistemas de Inteligencia Artificial. Las ideas que rigen estas tecnologías como la eficiencia, la optimización, la neutralidad, la media o la probabilidad. Estas ideas dirigen el diseño, la construcción y la operación de los sistemas de IA, soslayando los valores humanistas, la experiencia sensorial y las cualidades emocionales del ser humano.
Un reto de la película ha sido mostrar, a través del relato y la forma cinematográfica, la importancia de la condición humana y de las emociones a la hora de hacer justicia. Y confrontar esta forma humana de hacer justicia con el método científico y probabilístico en el que se basa la Inteligencia Artificial. No tengo respuestas demasiado claras a este dilema, no las conozco, pero sí me parece importante generar preguntas que hasta ahora no nos hemos hecho.