|
CRITICA
Por: PACO CASADO
Esta película se plantea un tema que siempre es factible de debate, como es el de si la justicia es correcta o no, ya que aplicar las leyes en ocasiones puede tener algún matiz que sea contradictorio.
En este caso se trata de introducir la Inteligencia Artificial en la Administración de Justicia para poder ayudar a los jueces a aplicar la leyes con un mayor rigor y que el veredicto sea más eficaz y si es ético y moral darle cabida a esta moderna invención en este terreno y de paso despolitizar los veredictos.
Sin embargo los jueces se oponen a que este sistema deje fuera el carácter humano de la justicia.
El film plantea la posibilidad de que la presidencia del gobierno español convoqve un referéndum para la implantación de este sistema de hacer justicia sin presiones ideológicas o políticas y que sea igual para todas las personas.
La historia arranca con la prestigiada magistrada Carmen Costa que concede el tercer grado a un reo que lo único que desea es poder ejercer libremente su oficio de informático.
Por otra parte está la empresa que ofrece este sistema de Inteligencia Artificial cuya presidenta y creadora del sotfware, Alicia Kóvack, se opone a que sea presentado hasta no hacer unos nuevos retoques, pero los accionistas quieren aprovechar que el gobierno desea implantarlo ya en los juzgados.
Pero ésta muere antes de que esto se lleve a cabo en un accidente sobre el que Carmen Costa sospecha que pueda ser un asesinato premeditado para evitar dicha oposición.
No cabe duda de que tanto el tema de la Inteligencia Artificial como el de las leyes y la justicia, son asuntos que no todos los espectadores dominan y por ello el argumento se les puede hacer un poco árido al público medio que se pierda en una trama que resulta algo compleja, pero que no obstante, si se está atento, tiene su interés e incluso un cierto suspense en el último tercio a la historia.
Simon Casal consigue un cierto clima en esta producción respaldada por Gerardo Herrero en la producción y en el desarrollo de los hechos que le da sabor a este thriller en el que las conspiraciones tienen un protagonismo propio de este género.
Por su parte la actriz Verónica Echegui da bien el personaje de la seria magistrada convertida en algún momento en el centro y eje de la conspiración en la que están por medio los intereses comerciales de la empresa en cuestión.
En frente está Alberto Amman como uno de los dirigentes de la firma que defienden los intereses comerciales.
Por medio están también los políticos y los inevitables crímenes en las cintas de este género que dan más interés al desarrollo del tema.
Hay momentos en los que nos da la impresión de estar ante una producción norteamericana en la que se tratan estos temas que aún nos suena a ciencia ficción.
El director gallego Simon Casal, que debutó en el largometraje con 'Lobos sucio' (2015), nos ofrece ahora su segundo largometraje con esta 'Justicia artificial' (2024) en el que lleva este debate algo más allá de lo que supone un simple thriller en el que interesa más el inicio que el desenlace.
MÁS INFORMACIÓN DE INTERÉS
BANDA SONORA
CLIPS
CÓMO SE HIZO
VIDEO ENTREVISTAS
AUDIOS
PREMIERE