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SINOPSIS
Una mujer de mediana edad y que ha trabajado toda la vida al servicio de una misma familia debe aceptar forzada un nuevo trabajo en otra ciudad. Por el camino hacia su nuevo destino verá como la llegada al nuevo lugar será el comienzo de una nueva vida...
INTÉRPRETES
MARINA VACTH, JÉRÉMIE RENIER, JACQUELINE BISSET, MYRIAM BOYER, DOMINIQUE REYMOND, FANNY SAGE, JEAN-EDOUARD BODZIAK, ANTOINE DE LA MORINERIE, JEAN-PAUL MUEL, KEISLEY GAUTHIER, CLEMENTE TROCQUE, PASCAL AUBERT, GUILLAUME LE PAPE
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NOTAS DEL DIRECTOR...
Sobre JOYCE CAROL OATES:
Admiro a Joyce Carol Oates desde hace tiempo por su escritura precisa, su sutileza psicológica, la ambigüedad de sus personajes y la inteligencia de sus relatos. Y siempre me ha seducido el hecho de que sea grafómana.
Cuando me enteré de que escribía novelas policíacas bajo el seudónimo de Rosamond Smith, me interesé por estos escritos supuestamente "menores", convencido de que su imaginación desbordante sería propicia para el cine. Y así es como descubrí 'Life of the Twins' (Vidas gemelas).
He mantenido el punto de partida del libro: una mujer descubre que su psicoterapeuta, que ahora es su amante, tiene un hermano, también terapeuta. Joyce Carol Oates cuenta la historia con mayor realismo, mientras que yo la he convertido en algo más mental inscrito en una realidad más francesa. Sin embargo, la película contiene algunos de los temas predilectos de la escritora estadounidense, como la neurosis, el sexo y los gemelos.
GEMELOS IDÉNTICOS:
Me apetecía tratar a unos gemelos idénticos como algo fascinante, monstruoso y artístico. Y surgió la idea de que Chloé trabajara en un museo. En cierto modo, se ve contaminada por las obras que vigila. Al principio, las colecciones parecen bastante estéticas, pero a medida que avanza la película se hacen más orgánicas y monstruosas, como si Chloé proyectara en ellas su creciente malestar.
Claro que volví a pensar en Inseparables. Es más, casi creo que Joyce Carol Oates debió escribir la novela después de ver la película de Cronenberg, que es muy orgánica y habla mucho de ginecología, pero la enorme diferencia es que está contada desde el punto de vista de los gemelos, mientras que la novela enfoca a la joven atrapada entre los dos hermanos. Me pareció más importante centrarme en Chloé.
EL PSICOANÁLISIS:
Llevaba tiempo queriendo transcribir cinematográficamente la experiencia de una sesión de psicoanálisis. Al principio solo está el monólogo de Chloé delante de su psicoanalista; habla de sus sueños, de lo que siente, de sus sentimientos, de su familia... El espectador se ve sumergido en su intimidad, y esto puede provocar cierta angustia: "¿Va a seguir así durante hora y media?"
Tampoco quería quedarme en el dispositivo analítico con su decorado único, su carácter estático y sus lugares definidos, deseaba capturar algo más vivo para que el espectador siguiera la psicoterapia como un psicoanalista escucha a sus pacientes, de un modo flotante. En la puesta en escena de estas primeras secuencias, los efectos visuales y los cambios de punto de vista casi van en contra de la palabra.
Pero si se escucha con atención o si se vuelve a ver la película, uno se da cuenta de que todo queda dicho en estos primeros diez minutos, aunque quizá no se oiga.
LA DOBLE VIDA:
El personaje de Louis puede percibirse como un avatar que permite a Chloé vivir los deseos y fantasías que no se atreve a proponer a Paul. Como si el amor que siente por Paul le impidiera satisfacer una sexualidad más violenta y desarrollada.
En mis películas hablo a menudo de la necesidad de lo imaginario para sostener la realidad. En cualquier relación de pareja, por muy feliz que sea, siempre hay una parte de frustración y la necesidad de un espacio mental donde expresar las fantasías. El otro nunca podrá satisfacer completamente nuestros deseos. A veces necesitamos algo más, algo diferente.
UN THRILLER MENTAL:
La subjetividad en la que nos sumen los diez primeros minutos contamina el resto de la historia. Mi idea era seguir a Chloé de forma lineal y dentro de una tensión narrativa jugando con una forma de suspense, pero manteniéndola en una realidad vacilante, con momentos en los que su mente fluctúa hacia la fantasía. Eso me permitía salir del registro de la realidad pura y dura, y flirtear constantemente con lo que imagina el personaje. También me gustaba la idea de que el peligro y la amenaza exterior que la atenazan fueran producidos por algo interior.
LA PUESTA EN ESCENA:
Después de una película como Frantz, contenida y clásica, hundirme en la imaginación de Chloé me permitía adoptar muchas más audacias formales. EL AMANTE DOBLE cuenta una historia esencialmente mental, por lo que se me ocurrió construir una puesta en escena estructural, jugar con la simetría, los reflejos, la geometría. Todos los decorados se pensaron con el objetivo de dar la impresión de que algo se va construyendo, como una mente elaborando un pensamiento.
Rodé mis últimas películas en 35 mm, pero para esta me apeteció volver al digital, al scope, y experimentar con una imagen más contemporánea, más nítida, incluso me atrevería a decir "quirúrgica" en algunos momentos, sin dejar de ser muy estética.
Sobre MARINE VACTH:
Cuando nació este proyecto hace cuatro años no pensé en Marine, era demasiado joven para el papel. Pero al volver a retomarlo después de 'Frantz', Marine había madurado, había sido madre, se había convertido en mujer. Además, teníamos muchas ganas de volver a trabajar juntos.
Joven y bonita tenía una vertiente documental alrededor de una joven actriz desconocida, en pleno devenir. Marine encarnaba a una adolescente silenciosa, opaca y misteriosa en la que se proyectaban diversas interpretaciones. En esta película hace un auténtico trabajo de composición, de intérprete consumada. Lleva el secreto en su interior, busca la llave y la acompañamos en su investigación. Entramos en su cabeza, sus fantasías, su vientre...
Sobre JÉRÉMIE RENIER:
Es la tercera vez que trabajo con Jérémie, después de 'Amantes criminales' y 'Potiche, mujeres al poder'. Seguía pensando en él como el adolescente al que conocí en 1998, por lo que le hice pasar unas cuantas pruebas, casi convencido de que carecería de la madurez necesaria para el papel. Me quedé gratamente sorprendido. Había adquirido fuerza, virilidad. Y en cuanto hizo una prueba con Marine, sentí que había una química erótica entre los dos.
Para la interpretación de Paul y Louis nos basamos en un principio binario, el bueno y el malo. Pero Jérémie enseguida aportó complejidad a los papeles y vimos que el personaje más complicado de los dos era el de Paul. Es más misterioso, disimula más, es fácil imaginar y proyectar cosas en él.
También trabajamos el vestuario, las diferencias físicas, los peinados, los movimientos, el habla. Al principio se nos ocurrió que la voz de Louis sería más grave, más timbrada, pero que tengan la misma voz hace que todo sea aún más turbio. Al igual que Chloé, hay momentos en que no sabemos quién es quién.
PAUL/LOUIS:
Me apetecía que Paul pareciera un buen psicoterapeuta, que fuese coherente y diese en el clavo en lo que le dice a Chloé. Al contrario, Louis transgrede las reglas y el marco del psicoanálisis. Abusa de su poder, su método es brutal. Durante la primera sesión incluso parece que conoce a Chloé y, de pronto, el espectador puede tener una duda, preguntarse si no es realmente Paul. Es un poco como si Louis encarnara lo que no se dice entre Chloé y Paul, y que lo hiciese de forma violenta, sin tabús, sin barreras.
Todo lo que rodea a los dos hermanos es un reflejo, más que nada los decorados. La consulta de Paul es cómoda, cálida, agradable, hay sillones de cuero, moqueta, colores amables. La de Louis es glacial, de mármol, con flores artificiales, colores fríos. En cuanto a los espejos son horizontales donde Paul y verticales donde Louis.
LAS MADRES:
Las tres mujeres que se cruzan en la vida de Chloé son madres en potencia. Myriam Boyer, que interpreta a la vecina, es la madre intrusiva, algo grotesca y devoradora, casi una bruja con su gato disecado. Siempre me ha gustado la voz de Myriam Boyer. Tarda muy poco en construir su personaje, el único en toda la película que, a pesar de ser algo inquietante, da un toque de comedia y ligereza.
Jacqueline Bisset es la verdadera madre, la madre ausente, de la que Chloé habla en la primera sesión.
Dominique Reymond encarna a la madre clínica, la doctora que da información sobre el caso de Chloé sin que sea una relación afectiva, pero no carente de dulzura. Me gusta la mezcla de frialdad y de empatía que comunica Dominique al papel.
ENTREVISTA A MARINE VACTH...
¿Cómo fue reencontrarse con François Ozon?...
Desde Joven y bonita, François ha hecho otras películas, yo también. Además, he tenido un hijo. La idea de volver a rodar juntos, después de nuestra primera experiencia, me entusiasmó. Teniendo en cuenta el proyecto, François necesitaba saber si estaba dispuesta, si no sentía ningún tipo de aprensión. Y así fue. Conservaba un recuerdo muy bueno de nuestro trabajo anterior. Disfruté mucho en el rodaje de Joven y bonita, y volvió a pasar con EL AMANTE DOBLE, incluso más... La complicidad y la confianza eran totales, fue como superar otra etapa.
¿Cómo se hizo con el personaje de Chloé?...
Primero leí el guion de François y luego la novela de Joyce Carol Oates. La adaptación de François es muy libre y la lectura del libro fue algo complementario. La escritora incluye muchos elementos complejos sobre la psicología y la búsqueda personal de una mujer atrapada entre dos hombres. Me ayudó a completar la idea que tenía de Chloé.
¿Qué le atrajo más del papel?...
Me gustaba sobre todo que fuera tan denso, que tuviera lecturas diferentes y me ofreciera cosas nuevas que interpretar. Chloé es una mujer presa de muchas contradicciones. Me gustó su historia y su dualidad. Su fragilidad y vulnerabilidad hacen que su búsqueda sea conmovedora.
Chloé es doble, pero no muestra duplicidad...
Sí, nunca es clara, pero siempre es transparente. Chloé es una mujer entera y muy viva en cualquier circunstancia.
¿Se documentó sobre los gemelos?...
No, prefería concentrarme en la investigación que lleva a cabo Chloé sobre sí misma, sobre ese malestar cuyo origen desconoce... No es un saber enciclopédico, sino la experiencia de la dualidad entre Paul y Louis que lleva a Chloé a descubrir lo que "tiene dentro" al final de la película. Documentarme no me habría alimentado. Al contrario, los datos que desconoce de sí misma quizá me habrían impedido quedarme con ella. Me gusta hacerme con mis personajes de forma intuitiva.
François me había hablado de Inseparables, pero preferí no ver la película. Sabía que la historia de Cronenberg era parecida a esta y preferí que no me influyera.
Aparte de la singularidad de su caso, Chloé plasma el deseo que todos podemos sentir, llevar una doble vida...
Chloé tiene una doble vida porque vive una sexualidad plena y desinhibida fuera de su relación de pareja. No creo que todos deseemos una doble vida, pero sí necesitamos imaginación para acompañar a la realidad. Todos, con o sin pareja, necesitamos un espacio de libertad nuestro, un jardín secreto.
Cuando Louis le dice a Chloé que debe vivir ciertas experiencias con Paul, pensamos que tiene razón...
Sí, y a partir de ese momento Chloé empieza a tomar la delantera... Ella es la que hace preguntas, la relación se invierte y consigue apropiarse de nuevo de su imaginación. Ya no se siente superada ni arrollada, sino activa y decidida.
La evolución del personaje pasa por detalles muy concretos, como el cambio de peinado, la forma de vestirse, de expresar su feminidad...
O su ausencia de feminidad. La feminidad de Chloé se desarrolla poco a poco. Nos gustó la idea de que llevara el pelo bastante corto, al estilo "garçonne". Con François y Pascaline Chavanne, la diseñadora de vestuario, quisimos que al principio de la historia, Chloé no estuviera muy arreglada, que casi pasara desapercibida.
¿Cómo describiría la dirección de actores de François Ozon?...
Se habla poco trabajando con François. Tiene una idea muy concreta de lo que quiere, pero también deja que las cosas evolucionen solas. Está detrás de la cámara y eso hace que literalmente comparta el plató, la escena con los actores. Se nota mucho su presencia, está físicamente con nosotros, no existe el filtro de las pantallas de vídeo.
¿Cómo fue trabajar con Jérémie Renier?...
Enseguida me sentí cómoda con él durante los ensayos y me di cuenta de que me lo pasaría bien. Era muy importante para esta película que nos relajáramos, que nos fiáramos los unos de los otros, no intentar controlarlo y dominarlo todo, sumergirse en el universo de François. Jérémie es un actor generoso, bondadoso. Sentí que me protegía, estábamos muy unidos. A pesar del tema de la película, nos reímos mucho.
¿Cómo fue el rodaje?...
Primero rodamos todas las escenas con Paul y luego todas las escenas con Louis. No ir y venir entre Paul y Louis me ayudó mucho a construir a Chloé, a estructurar la relación de pareja con Paul, la relación con Louis. También me ayudó a rodar las escenas en la consulta de Paul al principio del rodaje. Fue una base muy útil que me sirvió para crear la continuidad del personaje más allá del caos que representa su vida.
¿Prefería rodar con Paul o con Louis?...
Me gustaban los dos. Chloé expresa tonalidades muy diferentes con cada uno de ellos. Con Paul es modosa y reservada. Con Louis es más provocadora, más temeraria, a pesar de dejarse dominar por él.
El dúo Paul/Louis es bastante maniqueo: uno es bueno y protector, el otro, malo y provocador. Pero Paul es más complejo que Louis. El desconcierto que Jérémie y François introdujeron en el personaje durante el rodaje no es tan obvio en el guion; se intensificó en el plató y hace dudar de él.
Las escenas con Louis son más fantasiosas. ¿Las enfocó de otro modo?...
No, lo interpreté todo al primer nivel. Intenté encarnar a Chloé en la verdad y el realismo de las situaciones, pero está claro que tenía en mente la complejidad de su personalidad.
¿Cuál fue su reacción al ver la película?...
La puesta en escena de François me reveló la película, me pareció impactante. Siento mucha curiosidad por ver la reacción del público cuando descubra la historia.
ENTREVISTA A JÉRÉMIE RENIER...
Después de 'Amantes criminales' y 'Potiche, mujeres al poder', ¿cómo fue el reencuentro con François Ozon?...
Cuando François me dio a leer el guion de EL AMANTE DOBLE, yo estaba totalmente metido en la preparación de mi película y no me apetecía nada actuar, pero el guion me gustó mucho, me entusiasmó la vertiente de thriller erótico. Interpretar a gemelos me tentó y también estaba la posibilidad de volver a trabajar con François, al que conozco desde hace veinte años. Siempre es un placer rodar con él. Sus películas pueden ser agobiantes, pero sus rodajes son una bocanada de aire fresco.
¿Notó algún cambio en su forma de enfocar el trabajo?...
François es eficaz y exigente, sabe presionar a la gente, pero con la edad ha ganado en humor y dulzura. También depende de la película. Potiche, mujeres al poder era una película coral con muchos actores, auténticas estrellas. En EL AMANTE DOBLE solo nos tenía a Marine y a mí, y eso provocó otra forma de trabajar, otra cercanía. Había olvidado lo agradable que es trabajar con alguien que está detrás de la cámara. Crea una intimidad muy fuerte. Los actores se dejan ir porque saben que la mirada que hay detrás de la cámara es la buena. François vivía las escenas con nosotros. Fue un trabajo de los tres, compartido.
¿Por qué le atraía encarnar a gemelos?...
Ser gemelo idéntico plantea saber qué se siente teniendo un espejo permanente delante. ¿Cómo se posiciona uno, qué imagen devuelve, lo que somos, lo que no somos? Conozco a bastantes gemelos idénticos y he notado que siempre hay uno más listo que el otro. Ser gemelo solo acentúa el hecho de tener hermanos. Te comparas a tus hermanos, es totalmente normal. Los padres y el entorno también lo hacen. Lo más divertido es que acababa de rodar mi película, que trata de dos hermanas, y la había rodado con mi hermano. Era un tema muy cercano a mí.
¿Cómo enfocó la interpretación del doble papel?...
Primero rodamos las escenas de Paul y luego todas las de Louis. Fue perfecto porque me permitió meterme en la piel de cada personaje sucesivamente. También influyó mi relación fuera del plató con Marine. Al principio me decía: "Pero qué aburrido es Paul, ojalá empecemos pronto con Louis". Y luego: "Echo de menos a Paul".
Se trataba de ser creíble haciendo de Paul o de Louis, al tiempo que dejaba abiertos varios caminos para el espectador. ¿Paul le miente a Chloé? ¿Trama algo con su gemelo? ¿Sabe lo que pasa entre Chloé y Louis? ¿Paul y Louis son realmente dos hombres diferentes? Paul y Louis no tienen los mismos sentimientos ni las mismas neurosis, pero decidí que ninguno de los dos le decía toda la verdad a Chloé.
Por su carácter y por su posición en el relato, Louis le dejaba una gran amplitud de interpretación...
Era difícil dar vida al personaje de Louis sin caer en una interpretación demasiado exagerada, sin pasarse con el desprecio, la arrogancia. No debía convertirse en una caricatura. Confiaba plenamente en François para guiarme. La verdad, Paul acaba siendo más doble que Louis. Desde luego, es más sutil en su relación con Chloé. Sin decir que es hipocresía, Paul también juega. Todos tenemos varias facetas que sacamos según con quien estamos.
El caso patológico de Chloé expresa un deseo que puede tener cualquiera, el de inventarse otra vida...
La película cuenta una auténtica historia de amor y plantea preguntas esenciales sobre la pareja: ¿cómo imaginamos al otro, qué esperamos de él? ¿Hasta qué punto aceptamos el misterio que representa o, al contrario, intentamos desvelar lo que esconde en su fuero interno? La película también habla de los fantasmas que cuesta asumir, de la libertad sexual que nos permitimos con una sola persona. Eso no significa que se deba buscar fuera de la relación, pero ¿qué hace uno con las frustraciones cuando se hacen perturbadoras? Mientras leía el guion, pensé que los dos, Paul y Louis, eran la imagen del hombre completo para una mujer. Paul es atento, dulce, reconfortante. Es fácil apoyarse en él, es una figura intelectual y paterna. Louis es más animal, arrogante, violento, insumiso, posee una sexualidad desbordante. Paul y Louis son dos arquetipos de hombres muy diferentes, pero cada uno responde a su modo a los deseos legítimos de Chloé.
¿Cómo fue trabajar con Marine Vacth?...
Enseguida nos sumergimos en el trabajo. Nuestra relación era sencilla, amable y auténtica. No había filtros, nos dejábamos ir, ninguno intentaba hacer más que el otro. Me apetecía darlo todo para que Marine fuera lo más lejos posible en las emociones de su personaje. A ella le ocurría lo mismo. Fue un rodaje generoso. En cierto modo, me recordó el de Amantes criminales, que también fue idílico.
¿Cómo enfocó la vertiente erótica de la película?...
La apuesta en cuanto a la desnudez y la sexualidad no era nada evidente, pero Marine y yo nos apoyamos mutuamente. Decidimos ir hasta el final, no ser púdicos, sentirnos libres el uno con el otro. Quería que las escenas fueran fuertes, creíbles, excitantes. Sin ser chocantes, debían sacudir al espectador. Para la relación de dominio entre Louis y Chloé vi 50 sombras de Grey y volví a ver Nueve semanas y media, que por cierto, no ha envejecido, por la vertiente a la vez pervertida y dulce de Mickey Rourke, que convence con inteligencia a la mujer. No quería que Louis se limitara a ser frío y duro. Uno no es solo perverso. Hay que tener a alguien enfrente dispuesto a jugar. Más que de dominio, hablaría de una relación de fuerza entre Louis y Chloé, que se invierte cuando ella decide dejar de verle. Pero Louis no está tan anclado en la perversidad. Chloé le desestabiliza, se enamora de ella y está a punto de derrumbarse. En realidad, Louis es más frágil que Paul.
¿Cuál fue su reacción cuando vio la película?...
Me gusta la estética de las películas de François, una imagen nítida y casi mental que me parece particularmente lograda en esta película. Puede que se deba a que ha trabajado con un nuevo director de fotografía, Manu Dacosse, que es belga. François se mete en todo, podría iluminar sus propias películas, por eso hace falta saber hacerle frente y, a la vez, darle lo que quiere. Tengo la sensación de que hubo un auténtico intercambio con Manu que le permitió ir aún más lejos. Lo que correspondía al espíritu de la película.