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SINOPSIS
Cuando el malvado brujo Gargamel, persigue a los pitufos fuera de su pueblo, caen fuera del mundo mágico y dentro del nuestro, de hecho, en el centro de Nueva York, en Central Park. Los Pitufos deben encontrar la manera de regresar a su pueblo antes de que Gargamel les consiga localizar...
INTÉRPRETES
NEIL PATRICK HARRIS, HANK AZARIA, JAYMA MAYS, SOFIA VERGARA, TIM GUNN, MADISON McKINKEY, MEG PHILLIPS, JULIE CHANG, ROGER CLARK, MARK DOHERTY, MINGLIE CHEN, SEAN KENIN, PAUL REUBENS
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En 1958, el artista belga llamado Pierre “Peyo” Culliford creó a los pitufos para un libro de comics e inmediatamente se volvieron populares, generando una ola de cartas al editor pidiendo más; y en los siguientes 50 años se convirtieron en todo un fenómeno, cobrando vida en comics, libros, series de televisión, películas, vídeo juegos, espectáculos en directo y figuras (que vendieron más de 300 millones).
La historia de la aventura de Kerner de llevar a los pitufos a la gran pantalla se remonta a una reunión durante un desayuno en 1980 con el legendario productor ejecutivo de la NBC, Brandon Tartikoff. Tartikoff sugirió a Kerner que leyera una serie de libros basados en los pitufos, porque Tartikoff estaba pensando en desarrollarlo para una serie de televisión. Kerner se sintió atrapado desde el primer momento.
En 1997, Kerner envió la primera de una serie de cartas a Lafig, el agente de licencias de la marca Pitufos, donde expresaba su interés en hacer una película. Y en 2002, después del borrador de la emotiva y exitosa adaptación de Kerner del clásico de la novela de E.B. White, “La telaraña de Carlota” , los herederos de Peyo supieron que los pitufos estarían en buenas manos.
Kerner sintió que esta película era la forma perfecta para contar una nueva historia de los pitufos, la cual fue rodada íntegramente en la ciudad de Nueva York en sitios tan icónicos como el Central Park y Belvedere Castle.
Kerner agrega que la habilidad y el suave toque del director Raja Gosnell para combinar acción real con personajes animados generados por ordenador en filmes como “Scooby-Doo” y “Un chihuahua en Beverly Hills”, lo convirtieron en la perfecta elección como director.
La familia quería preservar el legado de los pitufos de la forma más fiel posible, y así lo hizo Kerner. “Lo más importante”, agrega Culliford, “es que los pitufos sigan siendo los pitufos. Dejan su aldea por primera vez, eso es excitante”
DE LA ALDEA PITUFA A LA CIUDAD DE NUEVA YORK...
Hasta esta película, los pitufos han sido representados en solo dos dimensiones. Llevarlos a un espacio dimensional animado por CG y nada menos que en 3D estéreo, fue un gran reto para los realizadores.
Comenzó en el set con el esfuerzo coordinado del equipo para construir los decorados, iluminarlos y rodar la película de tal manera que las estrellas de tres manzanas de altura pudieran agregar después.
“En esta película había una cantidad asombrosa de partes que se movían”, explica Gosnell. “Básicamente la dirección es mover a los personajes alrededor, y cómo se organiza la escena. En esta película teníamos que organizar escenas en las que seis personajes no estaban allí. Los actores tenían que interaccionar con nada y en ocasiones la cámara se tenía que mover siguiendo a algo que no estaba allí. Mi gran trabajo como director consistió en mantener el ojo en el premio, y hacer que todos se movieran en pos del mismo objetivo. Todos se comprometieron con la diversión y el reto del proyecto, y para mitad del rodaje, todos íbamos rapidísimo”.
El equipo de Boes fue el responsable de la parte física de los decorados, incluido el apartamento de Nueva York de Grace y Patrick, las dos terceras partes de la réplica del Belvedere Castle y las mazmorras de Gargamel en el castillo. En realidad no hay mazmorras bajo el castillo, así que los realizadores construyeron la mazmorra ideal en un estudio.
Para ayudar a iluminar el camino de los pitufos (y de sus animadores), Méheux y su equipo utilizaron modelos de tamaño real (eso es unos 19 cm de altura) para que ocuparan el lugar de los pitufos durante el montaje y los ensayos. “Entonces pudimos poner la luz en posición para que cayera adecuadamente. Los actores sabían dónde estarían los pitufos cuando fueran animados más tarde y entonces la dirección de las miradas coincidiría. Luego quitábamos los modelos y rodábamos la escena, y se veían bastante reales, llenando el hueco que les habíamos dado. Parecía que fueran parte del entorno”. Durante este proceso, el equipo de efectos visuales empleó un nuevo sistema de cámaras para grabar la iluminación del set y que esta luego pudiera ser aplicada en el ordenador.
Uno de los efectos curiosos de poner a personajes de 19 cm en un mundo real es que rodar desde la perspectiva de esos personajes te hace ver el mundo de una manera completamente diferente. “En la mayoría de las películas en general los techos no aparecen. Pero si te acuestas en el suelo y miras hacia arriba, tienes una buena idea de lo que es ser un pitufo: todo el mundo es muy alto y siempre ves el techo”. Para ayudar a crear la visión del pitufo, los realizadores construyeron un artefacto, el Pitufo-O-Vision, una especie de periscopio que le da al ojo la perspectiva que tienen esas pequeñas criaturas.
Con la película ya en la lata, la batuta pasó a manos de Hoover, Saliba y Bottegoni. Durante los meses de preproducción, los artistas de Sony Pictures Animation y de Imageworks desarrollaron diseños, exploraron conceptos y construyeron los modelos necesarios en 3D para rodar las escenas de acción real y preparar a los sencillos personajes dibujados por Peyo para que interactuaran con la acción en el mundo real. Los artistas de la casa Sony produjeron una secuencia test donde combinaron los pitufos CG y la acción real. Esta prueba validó el concepto y la transformación de los pitufos a CG, visualmente resultó tan impresionante que el proyecto se ganó la luz verde. Con lo cual, el diseñador de personaje y desarrollador visual, el artista Allen Battino, modificó el trabajo inicial para alcanzar el rediseño final.
Rediseñar a los pitufos para que funcionaran en un mundo 3D y realizar el diseño de los nuevos personajes llevó varios meses, pero el resultado fue satisfactorio para todo el mundo, desde los realizadores hasta la familia de Peyo.
Tal vez el mayor cambio fue el de hacer a los personajes como si fueran de carne y hueso, que tuvieran una anatomía real.
Hoover y Saliba también estuvieron en el set, ayudando a Méheux y a los actores a entender dónde estarían los pitufos y qué estarían haciendo una vez la animación estuviera completada.
“Teníamos pequeñas versiones en silicona de nuestros personajes con cables para colocarlos”, cuenta Saliba. “Abstraíamos la escena para que Phil la pudiera iluminar a nivel pitufo, luego entraban los actores y la ensayábamos tres o cuatro veces, literalmente actuando mientras yo manejaba a los pitufos como marionetas, así todo el mundo se acostumbraba a saber dónde estarían los pitufos. Y entonces, una vez que todos estaban cómodos, rodábamos sin los pitufos”.
Saliba apunta que el proceso de animación es increíblemente técnico para el que se utilizan mapas del set, incluida la decoración e incluso modelos digitales de los actores reales, y todo ello se registra fotograma a fotograma en la escena que se ha rodado, todo esto antes de que un pitufo se agregara a la escena y se animara.
Para completar la transformación de los pitufos de 2D a un mundo completamente en 3D, Rob Engle, el supervisor de efectos visuales de 3D de la película describe su papel de esta manera: “Mi trabajo es asegurarme de que cuando la gente se ponga las gafas 3D en el cine experimenten el mundo de la película y esta sea una experiencia coherente, multisensorial y divertida”.
Debido a que la aldea pitufa y los pitufos existen enteramente dentro del ordenador, esos elementos se hicieron totalmente en 3D. “La forma en que Raja rodó la película nos dio gran flexibilidad a la hora de utilizar el 3D”, explica Engle.
GALERÍA DE FOTOS
https://cineymax.es/estrenos/fichas/111-l/107010-los-pitufos-2011#sigProId8b17bde3cd