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SINOPSIS
Una escritora que encuentra el argumento de su próximo libro en una carta que recibe de un desconocido desde Guernsey, una pequeña isla en el Canal de la Mancha que fue ocupada por los nazis durante la guerra...
INTÉRPRETES
LILY JAMES, MATTHEW GOODE, JESSICA BROWN FINDLAY, MICHIEL HUISMAN, KATHERINE PARKINSON, GLEN POWELL, PENELOPE WILTON, TOM COURTENAY, MAREK ORAVEC, KIT CONNOR, DILYANA BOUKLIEVA, STEVE CARROLL
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Basada en la conocida novela del mismo título, todo un bestseller, 'La sociedad literaria y el pastel de piel de patata' cuenta la historia de Juliet Ashton, una escritora de espíritu libre que vive en el Londres de la postguerra.
SOBRE LA PRODUCCIÓN...
'La sociedad literaria y el pastel de piel de patata' es uno de los títulos más largos de la historia del cine, y al director Mike Newell le encanta justamente por eso: “Hay que descifrar el título a la luz de la historia de la película, y eso se hace a medida que avanza la película”, dice. “Encuentro divertido que aparezca tres veces en los diáogos en los primeros dos minutos. Lo encuentro muy divertido. Es algo muy personal, lo cual nos lleva a una experiencia que también resulta muy personal.”
Pronunciar el título completo, deprisa, se convirtió en una broma entre los actores.
“Me costó mucho lograr pronunciarlo” confiesa el actor holandés Michiel Huisman, que da vida a Dawsey. “Durante el rodaje lo llamamos ´Guernsey’ durante un tiempo, pero de repente volvimos al título completo, cosa que me encantó. Le pedí a unas cuantas personas que lo pronunciasen, y de repente se convirtió en una melodía, en lugar de ser un conjunto de palabras.”
Mantener el título también rinde homenaje al espíritu del la novela en que se basa la películas. Publicada en 2008, La sociedad literaria y del pastel de piel de patata Guernsey, escrita por la americana Mary Ann Shaffer y su sobrina Annie Barrows, pertenece al género epistolar: se compone exclusivamente de cartas. Shaffer visitó Guernsey, una de las Islas del Canal, que no forman parte del Reino Unido pero sí son una posesión de la Corona, y que tienen una atmósfera muy inglesa.
A Shaffner le encantó la isla y sintió una gran curiosidad por las experiencias de los isleños durante la Segunda Guerra Mundial. Se interesó por primera vez por Guernsey durante un viaje a Londres en 1976. Tuvo el capricho de coger un avión a Guernsey, y se quedó bloqueada en la isla varios días, puesto que un banco de niebla impidió que saliesen los barcos y los aviones. Mientras esperaba que desapareciese la niebla, dio con un libro, Jersey Under the Jack-Boot, y así empezó su fascinación por las Islas del Canal. Muchos años más tarde, cuando el club de lectura al que pertenecía la animó a escribir un libro, Mary Ann pensó inmediatamente en Guernsey.
“Al igual que la mayoría de los americanos, Mary Ann no tenía ni idea de que las Islas del Canal habían sido ocupadas por los alemanes durante la guerra”, cuenta Annie Barrows, la sobrina de Shaffer. “Quedó prendada con la historia de la ocupación y de la gente que vivió esa experiencia. Estuvo investigando sobre el tema durante los siguientes 20 años.”
En 2006 el manuscrito de Shafer fue aceptado por una editorial. Sin embargo, tuvo una enfermedad grave justo antes de concluir el libro. Fue entonces cuando intervino Barrows.
“Mary Ann me llamó y me dijo ‘Eres la otra escritora de la familia. ¿Puedes acabar este libro en mi lugar?´” cuenta Barrows. “Empecé a leerlo y me encantó. Era como si estuviese escuchando a Mary Ann hablar, y como si no hubiese nada en el mundo más interesante que escuchar a Mary Ann.”
“Quedaba mucho por hacer”, dice. “Pensé que iba a ser imposible hasta que me senté y me puse a escribir. Al cabo de dos horas me dije a mi misma que no era imposible. Pensé que iba a ser fantástico.”
Tía y sobrina siempre han tenido una relación muy estrecha. “Siempre he estado cerca de Mary Ann, toda la vida” cuenta Barrows. “Nos veíamos como mínimo cada dos días. Sabía cómo iba a contar esta historia. Cuando empecé a escribir, podía oír el sonido de la narración. Podía oír como iba a ser la siguiente frase incluso si la frase faltaba.” Barrows recuerda la descripción animada que hizo Shaffer de las personas que conoció en Guernsey.
Shaffer murió en febrero de 2008, unos pocos meses antes de que se publicase la novela. La sociedad literaria y el pastel de piel de patata Guernsey se convirtió en un éxito absoluto, y alcanzó el primer puesto en la lista de best-sellers del New York Times, y una novela muy apreciada por los grupos de lectura en Estados Unidos.
Sin embargo, el libro ya había llamado la atención de la productora americana Paula Mazur, incluso antes de convertirse en un éxito literario. Cuando el libro estaba todavía en galeradas, ya había suscitado el interés de un librero independiente de Miami, Mitchell Kaplan, que lee los libros antes de que salgan al mercado, y que tenía ganas de producir películas. Estaba buscando a un productor con el que poder hablar del tema. La hermana de Kaplan es Marcy Ross, presidente de Skydance TV, y ella le presentó a Paula Mazur.
Entre las películas que ha producido Mazur se cuentan The Search for Science of Intelligent Life in the Universe, Corina, Corina, de Jessie Nelson, y Monólogos de la vagina, de Eve Ensler. En 2008, cuando conoció a Kaplan acababa de co-escribir y producir una adaptación cinematográfica del libro para niños La isla de Nim, de Wendy Orr, para Walden Media. Mazur buscaba nuevas adaptaciones de material literario, y el consejo de Kaplan sobre un libro todavía no publicado con gran potencial cinematográfico le llegó en el momento exacto.
“Los personajes me parecieron fantásticos, singulares, muy específicos y cada uno con voz propia” dice Mazur de La sociedad literiara y del pastel de piel de patata Guernsey. “eran muy divertidos, y eran auténticamente originales.”
Le encantó el desafío que suponía convertir una novela epistolar, una novela de cartas, y que se desarrollaba en dos períodos de tiempo (en 1946 con muchos flashbacks al período de la guerra, 1940-1945). El desafío en convertirla en una narración de cine resultaba irresistible.
“Creo que uno de los motivos del éxito de la novela fue que los lectores podían conectar con el hecho de que este grupo consiguió soportar el período de guerra gracias al apoyo que se dieron los unos a los otros, gracias a tener un grupo de lectura y poder leer” opina Mazur. “Era una historia que motivaba para ser convertida en película.”
Mazur y Kaplan adquirieron conjuntamente los derechos de adaptación cinematográfica y crearon una productora de cine y televisión con sede en Los Ángeles, la Mazur/Kaplan Company. EEn la asociación de ambos se juntan la capacidad de Kaplan para detectar material con gran potencial para la pantalla cuando aún no se ha publicado junto al conocimiento que Mazur tiene de Hollywood.
Además de La sociedad literaria y el pastel de piel de patata, han producido The Man Who Invented Christmas, dirigida por Bharat Nalluri y protagonizada por Dan Stevens y Christopher Plummer, que se estrenó en cine a finales de 2017. Entre sus proyectos se encuentra las adaptaciones de La mujer de un solo hombre, de A.S.A. Harrison y All the Bright Places, de Jennifer Niven.
DEL LIBRO A LA PANTALLA...
Trabajando a partir de un guión del célebre director y guionista Don Roos (Mujer blanca soltera busca, Lo opuesto al sexo), uno de los principales estudios americanos dio su apoyo a la producción de La sociedad literaria y el pastel de piel de patata, para acabar retirándose semanas antes de que empezase el rodaje. Mazur tuvo que reorganizar de nuevo el proyecto, y el distributor británico Studiocanal dio su apoyo inicial a principios de 2013. Poco después Mazur logró incorporar a los productores –ambos galardonados con un BAFTA- Graham Broadbent y Pete Czernin, de la productora Blueprint Films, entre cuyos títulos se cuentan Escondidos en Brujas, El Gran Hotel Marigold y Tres anuncios en las afueras. Fue entonces cuando ficharon al guionista británico Kevin Hood para escribir un guión preliminar.
El director y guionista Thomas Bezucha, entre cuyos títulos se encuentra La joya de la familia, escribió una nueva versión del guión, al tiempo que el director Mike Newell –ganador de un BAFTA- se incorporaba al proyecto como director.
Todo el mundo estaba de acuerdo en que Newell era la persona ideal para trasladar la vida poco convencional y compleja de la novela a la pantalla. Con títulos en su haber como los grandes éxitos Cuatro bodas y un funeral, Un abril encantado y Harry Potter y el cáliz de fuego, el veterano director ha demostrado su dominio de la comedia, de las películas románticas y las de aventuras, elementos todos ellos que encontramos en La sociedad literaria y el pastel de piel de patata.
También resultaba muy conveniente que Newell tuviese una visión personal del período en el que transcurre la película. Nació en 1942, y se educó en St. Albans, un pueblo a 20 millas al norte de Londres, durante la postguerra. A Newell le encantó el guión de Bezucha.
“De alguna manera, Thomas había encontrado la manera de entrar en los recovecos de la imaginación de Juliet”, cuenta.
RECREAR GUERNSEY...
El rodaje de La sociedad literaria y el pastel de piel de patata empezó en marzo de 2017 en el Reino Unido y duró 8 semanas. Puesto que la historia está ambientada en Guernsey, el equipo de producción quería rodar cuanto fuese posible en la misma isla. De hecho, el éxito del libro ha propulsado el turismo en la isla, y muchos visitantes quieren conocer los lugares en los que se desarrolla la novela. Sin embargo, rodar en Guernsey era una proeza que desde el punto de vista de la logística no era real.
La productora Paula Mazur habla sobre la decisión: “Antes del rodaje de la película hicimos un gran trabajo de localizaciones en la isla de Guernsey, para encontrar lugares apropiados para rodar, trabajando junto con VisitGuernsey, del servicio de marketing y turismo del gobierno de Guernsey. Puesto que la película transcurre durante un período concreto, debíamos recrear el Guernsey de 1940, durante y justo después de la ocupación. Filmamos las torres de vigilancia de la Segunda Guerra Mundial, que son uno de los iconos de la isla. Sin embargo, y a pesar de los esfuerzos e intentos de muchos de los implicados, al final vimos que no era posible, logísticamente, intentar transformar la totalidad de Guernsey para plasmar el período en el que se ambienta la historia.
“Hicimos fotografías de la isla, que hemos incorporado a la película. Los isleños fueron muy generosos, y nos ayudaron mucho”, dice Newell. “El problema de rodar ahí era que había que trasladar cualquier cosa hasta allí, en barco, a través del Canal de la Mancha: cámaras, luces, todo.”
“Guernsey y Jersey se han convertido en lugares muy prósperos en los últimos 50 años, gracias la banca offshore, y eso ha traído un gran cambio. Tan solo encontramos un par de lugares que reunían los requisitos de atmosfera de los años 40.”
Se encontraron localizaciones similares a los magníficos paisajes de Guernsey y a su litoral en el sur de Inglaterra, en Cornualles y en Devon. El equipo construyó o añadió con ordenador algunos enclaves típicos de Guernsey, como las torres de observación de cemento que el ejercito alemán le añadió al paisaje. La granja de Dawsey se recreó en una granja del condado de Buckinghamshire, al oeste de Londres.
El diseñador de producción James Merifield y la directora de vestuario Charlotte Walter han sido dos personajes claves en el esfuerzo por recrear el look y el aspecto del Guernsey de los años 40, así como el del Londres de la postguerra.
“Me encantó el guión”, dice Merifield. “Hay unos mundos para crear muy encantadores y totalmente extraordinarios. Había que recrear los golpes que iban dando forma al Londres de la postguerra, y el Guernsey devastado por la ocupación.”
Merifield y Newell fueron a Guernsey en una misión investigadora para poder recrear la isla con el aire que había tenido durante la ocupación nazi.
“Siempre empiezo con la investigación”, dice Merifield de sus métodos de trabajo. “Nuestro viaje a Guernsey fue interesante y revelador. Vimos las increíbles torres, construidas encima de bloques de cemento transportados hasta la isla. Las torres habían sido construidas por prisioneros de guerra con el objetivo de crear una línea de defensa en todo el litoral.”
Para la diseñadora de vestuario Charlotte Walter los años 40 son un período muy interesante para ambientar personajes y vestirlos, por lo que trabajar en La sociedad literaria y el pastel de piel de patata le resultó muy interesante desde el principio.
“Además, es la historia de una muchacha que viaja de Londres a Guernsey”, cuenta Walter sobre su visión al acabar de leer el guión. “Desde luego, hay que hacer el vestuario, pero hay que conseguir que sea ropa normal que resulta que es ropa de los años 40.”
Walter trabajó con algunos miembros de una asociación femenina para obtener prendas de punto con patrones y modelos de los años 40 y así poder recrear los detalles. “Yo les daba la lana y el patrón, y un modelo original de los años 40 y ellas me entregaban un sweater de niño, o un gorro, o una chaqueta, y de hecho era así como se hacía en los años 40”, dice. “La gente hacía calcetines, guantes o un pasamontañas. Son esos los detalles que resulta fascinante recrear y que además hace que alguien tenga un aire muy real.”
LA SOCIEDAD COBRA VIDA...
Lily James, una actriz en alza, es más conocida por su papel protagonista en Cenicienta, que Kenneth Branagh realizó para Walt Disney Company en 2015. Ella da vida a Juliet, la joven escritora cuya mirada es el punto de vista del narrador de la historia. A Newell le impresionó la capacidad de Lily James para interpretar a Juliet, una mujer joven independiente de los años 40, que –no obstante- tiene algún eco contemporáneo. Quedó convencido cuando la vio interpretar en los escenarios a Julieta, en Romeo y Julieta de Shakespeare.
“Estaba maravillosa”, recuerda Newell. “Tiene un gran talento técnico y puede mostrar una gran variedad de emociones, con gran sutileza.”
Para él esta capacidad era un elemento vital para la película: “Es una historia romántica, pero también es una historia complicada,” dice.
El productor Graham Broadbent se muestra de acuerdo: “Lily James resplandece en la pantalla y tiene un gran magnetismo. Siempre tienes ganas de contemplarla, y esos es lo que denota a una estrella de cine. Además da una sensación de modernidad. No queríamos que la película pareciese anticuada.”
Lily James se abalanzó sobre la oportunidad que se le brindaba de interpretar a Juliet Ashton, y lloró la primera vez que leyó el guión. “Pocas veces llego a las lágrimas cuando leo un guión. Sin embargo, en este caso los personajes llegan a penetrar muy hondo, se hacen parte di ti mismo sin que te des cuenta. Tenían una gran vitalidad, y la historia tenía mucho sentimiento.”
“Entonces leí el libro, que me encantó, y además tenía muchas ganas de trabajar con Mike Newell. Él era un gran apasionado del proyecto, y eso resultaba contagioso.”
James cuenta que la emocionó la escena en la que Juliet escribe una carta al club de lectura de Guernsey para decirles que había estado buscando a una familia. “Son un grupo de gente que en condiciones normales no estarían juntos”, dice. “La guerra obligó a la gente a reunirse en modos que antes no lo hubiese hecho. Y en este grupo tan heterogéneo hay mucha pasión y optimismo.”
“Esa gente se convirtió en una familia para ella. Y ella al final escribe todo un libro sobre ellos.”
Cuando el reparto hacía ensayos de las escenas, Newell los animaba a hablar entre ellos, para lograr que pareciese el típico desorden que se da naturalmente entre la gente que se conoce y que siente afecto mutuo.
“Cuando esas personas se reúnen se monta un caos”, dice James. “Por primera vez en su vida creo que Juliet siente que es algo que tiene importancia. De repente se encuentra en medio de esa gente y ríe por primera vez. Discute y argumenta y… le da importancia. Espero que la gente que vea la película piense que les gustaría estar en ese club de lectura.”
“No es la típica historia de amor, o la típica película de guerra. Es una película que despierta el interés del público.”
El actor holandés Michiel Huisman, conocido por su papel de Daario Naharis en Juego de tronos, fue propuesto para el papel de Dawsey, el granjero de Guernsey que le escribe una carta a Juliet al ver su nombre en un libro.
“Michiel vino a Los Ángeles, donde yo vivo, y ahí le conocí”, recuerda Mazur. “Ahí mismo me dije que haría lo que fuese para conseguir que estuviese en la película. Él era Dawsey. Está tan lleno de alma, es tan real, y es muy apuesto.”
“Una de las cosas que más me gustan de su relación con Juliet es el componente de coincidencia y de puro azar”, dice Huisman. “Dawsey intenta obtener más libros, pero casi no quedan en la isla. Por esa razón le envía una carta a alguien en Londres, a una persona que dejó sus señas bajo la tapa de un libro que ahora tiene él. Esa persona es Juliet Ashton.”
“No es hasta después de conocerse que surge algo. Al principio estas dos personas parecen dos personalidades opuestas. Cuando llega es una escritora de Londres y él es un granjero de Guernsey que nunca ha salido de la isla. No obstante, cada día se siente más cercanos el uno al otro.
Dawsey es un hombre sereno que vive una existencia aislada. De repente, sin esperarlo, se ve obligado a asumir la responsabilidades de la hija de Elizabeth. No siquiera se lo plantea. Al aceptar a la niña, asume la responsabilidad de cuidarla como si fuese suya. Me pareció algo muy sobresaliente.”
Cuando oyó hablar sobre el papel por primera vez, Huisman dice que “ni siquiera sabía dónde estaba Guernsey. Tenía mucho trabajo de investigación por hacer.”
Llegó a ver a Dawnsey como una especie de alcalde no oficial de Guernsey. “Es una de esas personas en las que la gente de su entorno confía”, dice Huisman del personaje al que da vida. “Es una persona que puede solucionar cosas, y sabe mucho sobre la isla y sus tierras. Es un personaje al que resulta divertido interpretar y dar vida.”
“La historia de amor con Juliet es algo que coge a Dawsey por sorpresa. Vive solo, y se ocupa de una niña que no es hija suyo. No creo que esté pensando en buscar una pareja. Cuando conoce a Juliet y ella resulta ser la mujer con la que ha entablado una relación por carta, un nuevo aspecto de él sale a la luz.”
Newell cree que conseguir a Huisman para el papel fue una gran suerte, algo que cambió la película. Había hecho pruebas con actores británicos que querían darle al papel un aire mucho más masculino.
“Michiel está completamente seguro de su masculinidad. Es holandés, sabe lo que es el trabajo de un granjero, y además sabe como ocuparse de un cerdo”, dice Newell. “Es un actor magnífico y es muy atractivo. Juliet siente que Dawsey la comprende en maneras en las que normalmente no suele ser comprendida. Él consigue adivinarla, algo que la gente no suele hacer. Michiel podía trasladar eso a la pantalla.”
A James le encantó trabajar con él. “Michiel es muy amable, y además tiene una calidad profunda y una capacidad instintiva para transmitir esa profundidad. Además, es muy atractivo, pero él no lo basa todo en su aspecto. Tiene, rotundamente, el alma y el corazón del personaje de Dawsey.”
A pesar de que le encantaban los aspectos románticos y cómicos de la historia, para Huisman era importante también señalar el enorme impacto de las penalidades que los personajes sufrieron durante los años de ocupación a lo largo de la guerra, incluso en maneras pequeñas, que no se suelen notar.
“Llevábamos ropa que nos quedaba un poco grande para que se percibiese que en esos años la gente pasaba hambre,” nos cuenta.
El tercer protagonista del relato es Elizabeth McKenna, interpretada por Jessica Brown Findlay. La conocida actriz británica se dio a conocer con su papel de Lady Sybil Branson en la serie Downton Abbey de la BBC. Elizabeth es uno de los fundadores del club de lectura, y es ella quien sugiere el extraño nombre. Pero para cuando Juliet averigua la historia, Elizabeth ha desaparecido.
“Me apetecía mucho interpretar un personaje con una naturaleza tan vivaz”, cuenta Brown Findlay de Elizabeth. “Tiene como una sensación instintiva del peligro y no puede evitar decir lo que piensa. Cuando ve una injusticia automáticamente intenta intervenir de alguna manera, sin preocuparse por su propia seguridad, y sin pensar si tendrá consecuencias sobre otras personas.”
“Me encantó formar parte de una historia que cuenta lo que ocurre cuando algo irrumpe con fuerza en una vida. Alguien podrá ver a Elizabeth como una heroína, y de hecho lo es. Pero abandona demasiadas cosas: de entrada a una hija, y también a un grupo de gente que tienen muchos problemas y que a partir de ese momento tendrán una sensación de pérdida debido a lo que ha hecho. Pero ella debe actuar de la manera que cree que es correcta, y esa especia de impulso frustrante y esa ausencia de temor eran elementes que encontré irresistibles.”
Mazur no ahorra elogios por la entrega que Brown Findlay muestra al dar vida a un personaje de la complejidad de Elizabeth: “Jessica es… ¡una persona volcánica! Tiene una personalidad eléctrica. Y puesto que el personaje de Elizabeth es el de una agitadora, creímos que Jessica le podía conferir una gran profundidad y veracidad al papel.”
A Brown Findlay le afectó la descripción de los encuentros literarios clandestinos en Guernsey: “Muchos de los libros que leen son sobre la condición humana, en qué consiste ser humano, vulnerable, tener miedo, enamorarse, tener una decepción, y ese tipo de cosas. Es algo que está cercano al alma de Elizabeth. Y entonces aparece Juliet y le puede dar vida a todo. Los miembros del grupo de lectura no se habían dado cuenta de que sus propias vidas componían un relato estupendo.”
En los papeles secundarios tenemos a varios de los mejores actores británicos. Penelope Wilton, ganadora de un premio Olivier, gran actriz de teatro, cine y televisión, da vida a Amelia, la miembro del grupo de lectura que se siente más incómoda con la aparición de Juliet en Guernsey. Wilton cuenta que le encantó el título de la película, y que le apetecía muchísimo dar vida a un personaje con el que compartía la pasión por la lectura.
“Me hizo gracia el título por lo largo que era y por lo de las pelas de patata y la sociedad literaria”, cuenta Wilton. “Leí el libro y era una magnífica correspondencia entre el hombre joven de Guernsey y Juliet, la joven periodista de Londres. Llegas a conocerlos a través de la correspondencia, de las cartas que intercambian, y también se basa en la realidad.”
La capacidad de resistencia que demostraron tener los habitantes de Guernsey durante un período terrible, y el hecho de que de todas las islas británicas solo las Islas del Canal fuesen ocupadas también dieron que pensar a Wilton. “Queda a un tiro de piedra de Gran Bretaña”, reflexiona Wilton. “Es una historia sobre la guerra que nadie nos había contado.”
A Lily James le encantó la posibilidad de trabajar con Wilton por primera vez: “Es una actriz que por un lado puede conmoverte, y de repente puede darse la vuelta y conseguir que te mueras de risa”, dice James. “Interpreta a Amelia con mucha reserva y mucha angustia, a pesar de dejar entrever que es una persona que desea abrirse de nuevo.”
La versátil Katherine Parkinson, ganadora de un BAFTA por su papel en Los informáticos, da vida a la excéntrica Isola, la integrante del club de lectura en quien Juliet encuentra a una miga para toda la vida.
“Recuerdo recibir el guión mientras estaba trabajando en el Vaudeville Theatre”, dice Parkinson. “Leía el guión en el vestuario del teatro e inmediatamente supe que quería el papel.”
Parkinson abrazó la historia con pasión: “Me encantó que al mismo tiempo fuese una historia romántica, un drama histórico, un relato de situaciones, una comedia, era muchas cosas a la vez.”
También le gustó la ausencia de sentimentalismo y que la comedia llegase a producirse a través de los actores.
“Estaba encantada de trabajar con Mike Newell porque lo conozco desde hace años, y porque él me vio en mi debut en los escenarios”, cuenta Parkinson.
El actor Tom Courtenay, ganador de un BAFTA, y que hace poco ha trabajado en 45 años, de Andrew Haigh, da vida a Eben, el responsable de correos de la isla, que también es miembro del club de lectura. El nieto de Eben es una de las personas evacuadas de la isla en barco, ante el inminente peligro de ocupación.
El personaje de Courtenay es la amalgama de tres hombre en la novela original: un pescador, el jefe de correos, y el creador original de la receta del pastel de piel de patata. El personaje de Eben engloba a las tres personas.
“Me pareció que el guión estaba dotado de un gran encanto”, dice Courtenay. “Me gustaba la idea subyacente de que la literatura y el arte pueden, con su mismo poder, imponerse a la tiranía. De hecho, creo que ese el mensaje central del relato.”
Al final, el pastel no es más que piel de patata. Pero para los isleños era una manera de evitar el hambre.
“Nunca había oído hablar de un pastel de piel de patata, dice Newell de la creación de Eben, que en la realidad sí fue un plato que los habitantes de Guernsey crearon durante la Segunda Guerra Mundial. “Me imagino los motivos por los cuales se lo inventaron, porque la gente estaba pasando hambre, ya que las fuerzas de ocupación se habían llevado toda la comida, así que era imposible tirar algo que se pudiese comer. Y de hecho la piel de patata se puede comer.”
LA OCUPACIÓN DE GUERNSEY – LOS HECHOS...
El Dr. Jason Monaghan, Jefe del Servicio de Patrimonio del Gobierno de Guernsey es un experto en la ocupación, y nos informó sobre los elementos más destacados de la ocupación alemana de las Islas del Canal.
Las tropas inglesas y francesas que combatían contra la Alemania nazi sufrieron una derrota imprevista en mayo de 1940. Francia se rindió a los alemanes, y fue ocupada por el ejército alemán, con lo cual la fuerza aérea alemana, la Luftwaffe, puedo establecer bases en el litoral francés. Esto significaba que las Islas del Canal no podían ser defendidas, por lo cual las tropas británicas se retiraron y las islas fueron “desmilitrizadas”. El enemigo lo supo demasiado tarde, así que todavía se produjo un bombardeo de la Luftwaffe sobre el puerto de St. Peter el 28 de junio. Hay un monumento en White Rock que recuerda las 23 víctimas del bombardeo.
Casi toda la población de Alderney fue evacuada a Inglaterra, así como 17.000 personas de Guernsey. Quedaron 25.000 habitantes. El ejército alemán hizo planes para una invasión de las islas, pero el 30 de junio un piloto de la Luftwaffe aterrizó con su avión en Guernsey y constató que la isla carecía de defensas. Guernsey se rindió a los invasores al día siguiente.
Durante el resto de la guerra las islas estuvieron ocupadas por el enemigo. La resistencia era imposible en un lugar tan pequeño, en el que había un soldado por cada dos habitantes. Los que se atrevían a desafiar a los alemanes eran enviados a campos de prisioneros, y las tres mujeres judías que vivían en Guernsey fueron evacuadas por los nazis, para acabar muriendo en Auschwitz. Dos soldados naturales de Guernsey y enviados para espiar consiguieron escapar al pelotón de fusilamiento porque el comandante alemán, von Schmettow, decidió que debían ser tratados como prisioneros de guerra. Las radios fueron confiscadas y se le prohibió a la gente frecuentar las playas.
Los barcos de pesca solo podían salir a faenar con un guardia a bordo, para impedir que los hombres huyesen. Sin embargo, Guernsey eludió la crueldd y la destrucción que padecieron otros países de Europa. Adolf Hitler quería usar la ocupación de las Islas del Canal para mostrarles a los británicos lo civilizados que podían ser los alemanes. Muchos soldados también estaban contentos por estar en un lugar en el que no había combate, y muchos de ellos regresaron cuando la guerra hubo acabado.
Los alemanes habían decidido impedir que los británicos recuperasen las islas, así que destacaron a 37.000 soldados con artillería, aviones, barcos y tanques. llenaron la isla de bunkers, trincheras, torres y posiciones de artillería, algunos de los cuales se pueden visitar hoy en día. Se usaron esclavos procedentes de Rusia y de otros países ocupados para construir estas fortificaciones y muchos murieron por las malas condiciones de vida en las que se les mantenía. Las fortificaciones, sin embargo, nunca sirvieron para nada.
Los británicos únicamente lanzaron unos pequeños ataques contra las islas con comandos o con bombarderos, con la intención sobre todo de molestar a los alemanes o de obtener información. Hubo un plan para una gran invasión, pero afortunadamente no se llevó a cabo porque Guernsey hubiese quedado destrozada y muchos de sus habitantes hubiesen muerto.
Durante 1942 y 1943 unos 2.000 habitantes de las islas fueron deportados a campos en Alemania. La mayoría de los deportados de Guernsey fueron a Biberbach, y transcurrieron el resto de la guerra detrás de una alambrada. Para la gente que permaneció en la isla, las cosas se pusieron peores con el paso del tiempo. Era imposible encontrar cosas normales como neumáticos de bicicleta o juguetes para los niños. La comida empezó a escasear y la criminalidad aumentó.
En junio de 1944 los aliados desembarcaron en Normandía y empezó la reconquista de Francia. A partir de ese momento los alemanes en la isla quedaron desconectados, y se interrumpieron los suministros de comida, carbón y medicinas. Ese invierno tanto los isleños como las fuerzas de ocupación estaban cercanos a la inanición por hambre, y ya estaban comiendo algas. La salvación llegó con paquetes de comida de la Cruz Roja a bordo del barco Vega.
El 8 de mayo de 1945 la guerra concluyó en Europa y los británicos enviaron al barco HMS Bulldog a Guernsey para aceptar la rendición de las fuerzas alemanas. El 9 de mayo soldados británicos de la Grupo 135 (el código que recibió la fuerza militar destacada) desembarcaron y tomaron el control de la isla. La ocupación ha perdurado en la memoria del los habitantes de las islas, y el 9 de mayo se conmemora como Día de la Liberación.
GALERÍA DE FOTOS
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