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SINOPSIS
En el verano de 2014, Bernard Jordan, un veterano de la Segunda Guerra Mundial de 89 años, se escapa de su residencia en la que vive junto a su mujer Rene, para unirse a sus compañeros veteranos de guerra en una playa de Normandía, conmemorando a sus camaradas caídos en el 70 aniversario del Desembarco del Día D...
INTÉRPRETES
MICHAEL CAINE, GLENDA JACKSON, WOLF KAHLER, JOHN STANDING, CARLYSS PEER, LAURA MARCUS, DANIELLE VITALIS, WILL FLETCHER, IAN CONNINGHAM, VICTOR OSHIN, ISABELLA DOMVILLE, DONALD SAGE MACKAY, KIERA BELL, DANIEL HAYDE, JOE BONE, ALEX SKARBEK, VALERIE SARRUF
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LA PRODUCCIÓN...
El martes 6 de junio de 1944 comenzó el Desembarco del Día D en las playas de Normandía (Francia). El desembarco fue la mayor invasión marítima de la historia y marcó ‘el principio del fin’ de la Segunda Guerra Mundial.
Aunque la campaña fue finalmente un éxito para las fuerzas aliadas, el costo humano fue enorme. Con 210.000 heridos y más de 50.000 muertos sólo en el bando aliado, fue un día de horrores indescriptibles. Los que tuvieron la suerte de sobrevivir cargaron con el trauma de aquel día por el resto de sus vidas.
En 2014, Bernie Jordan, un veterano de 89 años, partió de su residencia para viajar a Francia y asistir al acto en conmemoración del 70 aniversario del desembarco del Día D. Nadie, y mucho menos Bernie, tenía idea de que su historia llegaría al corazón de millones de personas en todo el mundo.
Cameron McCracken, productor ejecutivo y director general de Pathe UK, había leído la cobertura de la prensa en aquel momento y pensó que sería una película inspiradora: “Lo que me convenció no fue tanto la conmovedora historia de Bernie abriéndose camino hasta la conmemoración del Día D, por muy extraordinaria que fuera, sino la reacción de los medios de comunicación de todo el mundo; cómo todos conspiramos para idealizar la realidad tanto de la vejez como de la guerra para hacerla soportable”. El productor Robert Bernstein, de Ecosse, había leído los mismos titulares y había llegado a la misma conclusión de que la historia merecía ser representada en la gran pantalla: “Era extraordinario considerar que un hombre de esa edad volviera a la fuente del trauma que experimentó cuando tenía 19 años”. Pathe y Ecosse acordaron investigar y desarrollar juntos el proyecto, y la primera escala de McCracken fue el guionista William Ivory. Ivory comentó que cuando investigó la historia por primera vez, se encontró con “la clásica situación en la que hay un incidente maravilloso, pero ¿cuál es la historia? Cuanto más profundizaba en ella, más me daba cuenta de que es una obra sobre la redención y el perdón. Trata de la humanidad en todas sus formas”.
Una vez que el guion de Ivory estaba listo, Bernstein se lo envió a Oliver Parker, seguro de que lo conmovería profundamente. Durante la Segunda Guerra Mundial, el padre de Oliver había sido un joven capitán en Birmania y había perdido a dos hermanos que servían en la RAF. Cuando Parker lo presionó para que hablara de ello, no quiso hacerlo y se limitó a decir “’Participamos en esta guerra para que no tuvieras que hablar de ella; para que no tuvieras que pensar en ella’. Pero, por supuesto, todos lo hacemos”.
Ivory tenía una conexión personal similar con la guerra. Su padre había volado en el Mando de Bombarderos y a su hermano lo habían derribado y asesinado. Su padre nunca habló del tema hasta seis semanas antes de morir, cuando por fin empezó a sincerarse con Ivory.
Con esta conexión personal compartida, William y Oliver trabajaron estrechamente para asegurarse de que el proyecto se basara en la empatía por lo que sus padres y sus familias habían pasado. Todo el proceso fue de mucha colaboración. Sobre Ivory, Parker manifestó: “Es un escritor inmensamente sensible y muy bueno, no sólo en los detalles, sino también en el carácter. Tomó lo que podría haber sido una vieja historia bastante cursi y la hizo realmente conmovedora, poderosamente emotiva, perspicaz y con muchos matices”.
El guion de Ivory recurre a retrospectivas de la guerra para analizar la génesis del amor duradero de Bernie y Rene. Rene, su querida esposa y novia durante 70 años, fue la persona que le animó para que asistiera a las celebraciones del Día D en Normandía y la única que sabía de sus planes.
Los flashbacks también nos muestran el origen del trauma de Bernie y el motivo de su viaje. “Empiezan como recuerdos brutales, mellados, no deseados y agresivos”, explica Ivory, pero a medida de que su viaje avanza, se vuelven menos articulados y Bernie empieza a recomponerlos, enfrentándose a su pasado para encontrar paz.
Durante la guerra, Bernie y Rene tuvieron que enfrentarse a su propia mortalidad por primera vez, y 70 años después, tienen que hacerlo nuevamente. El guion explora la idea de un hombre y una mujer que llegan al final de sus vidas y lo saben. Si no se comportan honestamente consigo mismos y con el otro ahora, nunca lo harán. Oliver comenta: “La empatía de Billy por la vejez influye poderosamente en su guion”.
Con el guion listo, McCracken presentó el proyecto a BBC Film y encontró un apoyo entusiasta. Ahora sólo faltaba saber quién iba a protagonizar la película. Los productores estaban de acuerdo en que sólo una persona podía interpretar el papel de Bernie: Michael Caine.
LA SELECCIÓN DEL REPARTO...
Desde el principio, Caine tenía algunas cosas en común con Bernie. Se identificaba con la emoción y la ansiedad que Bernie experimentó cuando quedó en el centro de atención de los medios de comunicación y, al igual que Bernie, él también era ‘un viejo soldado Cockney que había tenido mucha publicidad’.
Caine señaló que cuando recibió el guion tenía 89 años, la misma edad que Bernie al momento de su viaje. Al principio, Caine rechazó el guion porque se había retirado de la actuación dos años y medio antes. Sin embargo, una escena en la que Bernie y un grupo de soldados alemanes comparten un momento de entendimiento mutuo lo conmovió muchísimo y le daba a la historia ‘una profundidad extraordinaria’. Esto lo motivó a aceptar el papel. Sobre esa misma escena, Parker agrega: “El simple pathos de ese intercambio es un símbolo de lo que la película intenta hacer”.
Bernstein también vio un paralelismo entre Caine y el Bernie de la vida real: “Cuando hablamos de una persona de 89 años que quiere hacer algo extraordinario es inspirador: Bernie quería ir a la conmemoración del Día D, y Michael quería hacer una película”.
Con Caine a bordo, la producción necesitaba encontrar a Rene, y quién mejor para unir fuerzas con Sir Michael Caine que otra leyenda cinematográfica, Glenda Jackson, ganadora de dos premios de la Academia. Habían trabajado juntos por última vez hacía casi 50 años en The Romantic Englishwoman, de Joseph Losey. Parker comentó que “la química y comodidad entre ellos fueron fundamentales para transmitir el amor perdurable que Bernie y Rene compartían”. Sobre Glenda señaló: “Desborda emociones, sin ser sentimental; es feroz, lo cual era perfecto para el papel de Rene”. También le encantó el hecho de que Michael y Glenda tuvieran estilos interpretativos muy diferentes, pero que funcionaran tan bien juntos porque ambos evitaban el sentimentalismo: “Glenda aporta dramatización, pero se siente tan real, y Michael aporta estrellato cinematográfico a la vez que se siente con los pies en la tierra, transmite muchísimo hablando muy poco”.
Danielle Vitalis, que interpreta a Adele, la cuidadora de Rene, reflexiona sobre el modo en que Glenda Jackson aborda el papel: “Glenda aportó mucho amor a su papel. Su interpretación de Rene es suave y cariñosa, pero también, debido a su gran experiencia como actriz, intérprete y activista en la vida real, se podía percibir que se trataba de una vida plenamente vivida. Y creo que esos dos aspectos, personaje y actriz, se fusionaron y crearon una interpretación sumamente hermosa y multidimensional. Para mí, como actriz, es hermoso poder responder a eso”.
Cuando le preguntaron a Caine sobre el hecho de volver a trabajar con Jackson después de tantos años, respondió: “Fue exactamente igual, porque mentalmente ninguno de los dos hemos envejecido. Seguimos siendo jóvenes y divirtiéndonos y estamos listos para reírnos”.
A la pregunta de por qué aceptó interpretar el papel de Rene, Jackson respondió: “El guion me pareció excelente. En cierto modo, la historia es más importante que el amor que siente el uno por el otro. Creo que tiene mayor relevancia porque su preocupación y su cariño van más allá de ellos mismos”.
Parker admitió que el único problema con la selección de estos iconos fue que, a la hora de elegir a las versiones más jóvenes de Bernie y Rene para las escenas retrospectivas, muchos de los actores que se presentaron, sabiendo o no, imitaban a Michael y Glenda. Por lo tanto, Parker decidió buscar actores que no imitaran pero compartieran el mismo espíritu, característica que encontró en Will Fletcher y Laura Marcus.
“Para el papel de Rene, me encantó la intrepidez de Laura”, afirma Parker, “y tenía un parecido a Glenda en la estructura ósea y los ojos, que tenían una inteligencia similar”.
Para el papel del joven Bernie, Parker comentó que “Will tenía una presencia que transmitía mucho haciendo muy poco, como Michael”.
LA HISTORIA REAL DETRÁS DE LOS TITULARES...
La película está inspirada en una historia real, pero no es un documental. Muchos de los acontecimientos y personajes retratados en la película se basan en hechos y personas reales, pero fueron dramatizados con fines cinematográficos.
Bernie y Rene Jordan fueron una pareja real, pero poco se sabe de su vida privada.
Bernard Jordan tenía 19 años cuando participó en el desembarco del Día D. Como electricista calificado, sirvió en los LCT, las lanchas de desembarco utilizadas para llevar los tanques a través del Canal de la Mancha y a las playas de Normandía. Desempeñaron un papel esencial en la invasión del continente. Bernie operaba las puertas eléctricas de proa que permitían a los tanques acceder a la playa. Casi todos los tanques estaban tripulados por soldados inexpertos de entre 18 y 20 años, y sabemos que Bernie consideraba que mantener su moral era parte de su trabajo.
Después de la guerra, Bernie dedicó su vida al servicio público. Era electricista de profesión, pero también fue presidente de su consejo parroquial; formó parte del Consejo de Hove durante 30 años, de los cuales 8 sirvió de presidente; además, finalmente él y Rene se convirtieron en alcalde y alcaldesa de Hove entre 1995 y 1996. Ivory cuenta que, cuando empezó a investigar sobre la vida de Bernie y de lo que hizo después de la guerra, pensó: “Este es un hombre que está intentando recuperar el tiempo perdido, intentando hacer las paces, intentando ser útil y aprovechar el tiempo que, por suerte, tiene por vivir”.
Este aspecto de la historia de Bernie y Rene resultaba muy atractivo para Jackson: “Eran personas que habían vivido la realidad de la Segunda Guerra Mundial y habían hecho que sus vidas después de la guerra tuvieran sentido, pero siempre centradas el uno en el otro. Ella es una mujer que ha sido muy afortunada en muchos sentidos porque conoció a un hombre al que ama profunda y sinceramente, y él la ama profunda y sinceramente. Y, sin embargo, ambos están muy comprometidos socialmente con la comunidad, trabajan para los demás y para sí mismos”.
Cuando se anunciaron las celebraciones del 70 aniversario del Día D en Normandía, el personal de la residencia de Bernie intentó que participara en el viaje con la Real Legión Británica, pero no consiguió lugar. Sin embargo, Bernie decidió ir por su cuenta. “La valentía por encima de la planificación”, expresa Ivory de Bernie.
En realidad, Bernie no tuvo que escaparse de la residencia porque era libre de ir y venir a su antojo; sólo Rene necesitaba cuidados a tiempo completo. Pero es cierto que Bernie ocultó sus planes al personal de la residencia porque no quería que nadie intentara detenerlo. Suponemos que Bernie no habría desaparecido sin decírselo a su mujer, que llevaba 59 años con él, y suponemos que ella estuvo de acuerdo en mantener sus planes en secreto el mayor tiempo posible.
En el ferry, sabemos que Bernie conoció a veteranos de otros conflictos (más recientes). También sabemos que compartió una habitación en el hotel en Normandía con un veterano de la RAF; que abandonó el servicio oficial de conmemoración antes de tiempo porque se aburrió de esperar a que aparecieran los dignatarios; y que conoció a un grupo de veteranos alemanes y, sin idioma común, se limitaron a darse la mano.
También es cierto que Bernie ignoraba por completo que su escapada había llegado a los titulares de todo el mundo después de que la policía publicara un tuit sobre su desaparición #THEGREATESCAPER El furor se apoderó de él cuando, de vuelta en Inglaterra, se encontró a los periodistas asediando la residencia.
A pesar de su descaro, Bernie pensaba que la atención era abrumadora y estaba fuera de lugar. Cuando lo entrevistaron a su regreso, se limitó a decir: “Soy sólo un hombre y no soy nada especial. Cualquiera pensaría que derroté a Hitler yo solo. Aquel día había mucha gente en las playas de Normandía; esta cariñosa atención es para ellos, no para mí”.
McCracken comentó: “Con este tipo de historias que conmemoran los acontecimientos de una guerra siempre existe el riesgo de que parezcan ultranacionalistas, pero la historia de Bernie es todo lo contrario. Su compromiso con los veteranos alemanes en Normandía es la prueba viviente de su sentimiento de tragedia compartida y de su necesidad de reconciliación”. Caine concuerda: “La película no glorifica la guerra, sino a las personas mayores que lucharon en ella”.
La historia de Bernie es una historia de bondad y de los lazos que nos unen. Bernie no tiene mucho dinero ni un lugar donde quedarse, pero las personas que conoce en el viaje son las que le permiten llegar a su destino.
Ivory comentó que, a la hora de desarrollar el personaje de Bernie en el guion, su prioridad siempre fue mantenerse fiel al hombre real: “Trabajé mucho con Oliver para hablar de la línea transversal y de cómo era Bernie antes de la guerra, el efecto de la guerra (el trauma que experimentó) y en lo que acabó convirtiéndose”. Otro amigo y colega de 25 años observó que, si bien Bernie era muy popular, nunca hablaba de su vida privada ni de sus años durante la guerra. Sabía que Bernie y Rene no tenían hijos, pero no sabía que tenían parientes vivos hasta que conoció a las familias de las dos sobrinas de Rene en su funeral. En su testamento, Bernie y Rene dejaron todo su patrimonio a la Royal National Lifeboat Institution.
En el momento de la fuga de Bernie, Gary Dunn, concejal y amigo de éste, comentó al Daily Mail: “Es el ejemplo perfecto de una generación que cumplió con su deber, pero no sintió que tuviera que decirle a la gente lo que había hecho... Antepuso su ciudad y su país a él. Para Bernie es más importante la gente que él mismo”.
No se sabe si a Bernie y a Rene le gustaban los caniches, o si les gustaba bailar. Pero sí sabemos que, en su juventud, Rene fue patinadora sobre hielo.
UNA EXPLORACIÓN DEL HEROÍSMO Y LA CULPA DEL SOBREVIVIENTE...
Mientras Parker estaba trabajando en un proyecto anterior, había entrevistado a varios veteranos de la Segunda Guerra Mundial. Habló con un hombre que había estado en Dunkerque. El hombre admitió que se había puesto muy nervioso antes de hablar con Oliver, había tenido pesadillas en las noches previas a su reunión. Esto se debía a que sabía que le pedirían que hablara de cosas de las que nunca antes había hablado con nadie. Tenía 96 años y temblaba mientras hablaba.
Para Parker, es muy importante contar las historias de la Generación Grandiosa, que cada año son menos. “Hay tantas historias extraordinarias que siguen saliendo a la luz porque, al igual que Bernie, no hablaban de eso. Muchas de estas cosas siguen saliendo a la luz”.
La cuestión es que, con el paso de los años, si no recordamos sus historias y el sacrificio que hicieron por su país, la generación más joven puede quedar demasiado ajena y terminar cometiendo los mismos errores.
Al hablar de la Generación Grandiosa, Ivory declaró: “Si uno no entiende por lo que esas personas pasaron y el costo que ello supuso, la historia simplemente se repite”.
Sobre esta generación, Vitalis manifestó: “Es importante seguir haciendo películas como ésta porque inmortalizan estas experiencias. Ya sean positivas o negativas, estas personas ayudaron a crear las vidas que tenemos ahora y la forma en que vivimos”.
Al adentrarse en el guion, Ivory se interesó especialmente por lo que ocurre cuando alguien regresa de la guerra y cómo sobrelleva ese trauma.
En el caso de Bernie, accionaba las puertas eléctricas de un LCT, llevando a la muerte a muchos jóvenes. Era una gran carga para él, ya que, si bien no tenía la culpa, se sentía responsable. Según Ivory, era la idea de “ser el guardián entre la vida y la muerte... el operador de esta palanca, este interruptor que utilizaba para abrir y cerrar las puertas hacia la playa”.
En la película, Bernie carga con el trauma de esta experiencia como una herida profunda que seguirá supurando a menos que se ocupe de ella. Parker comenta: “Incluso en la Segunda Guerra Mundial, donde el enemigo está mucho más claro que en la mayoría de las guerras, nada es blanco o negro. Uno puede sentir que tu guerra es justa, pero sigues formando parte de una terrible máquina de destrucción”.
La película trata de cómo Bernie acepta su papel en la guerra. Ivory explica que Bernie se aferra a la muerte de un hombre en particular, Douglas Bennett, porque en él ve mucho de sí mismo. “Ve un paralelismo con su propia vida. Si la guerra no hubiera intervenido, esa persona habría tenido una vida como la de Bernie. Y es el clásico sentimiento de culpa del sobreviviente”.
La salud mental es un tema candente hoy en día, pero entonces no lo era. La película examina de cerca cómo el TEPT afectó a personas como Bernie y Arthur (el veterano de la RAF que bombardeó Caen, donde murió su hermano) y, en tiempos aún más recientes, a Scott (el veterano de la guerra de Afganistán que perdió una pierna en Helmand). Todos ellos pasaron por el trauma de la guerra y lo han afrontado de diferentes maneras. Bernie tenía a Rene y ese amor lo ayudó a seguir adelante, mientras que Arthur y Scott habían recurrido al alcohol y a la automedicación.
Ivory observó que muchos veteranos con TEPT tomaban dos caminos. “O bien abrazaban la vida y contribuían increíblemente a la sociedad... o bien se rendían y tomaban el camino contrario: había una incidencia increíblemente alta de alcoholismo, matrimonios fracasados, negocios fracasados, todo fracasaba porque básicamente ya no podían soportarlo más”.
Glenda Jackson habló sobre Bernie: “Lo esencial es que era un ser humano que reaccionó de forma muy humana en un momento terrible, la Segunda Guerra Mundial. Y lo superó. Sin embargo, una parte de la guerra nunca lo abandonó. Eso es lo que resulta interesante”.
Para Parker, el hacer las paces de Bernie fue especialmente conmovedor porque él debía ser consciente de que se le estaba acabando el tiempo. “Esta es una historia sobre dos guerras. Una es el conflicto con otras naciones y la otra es el conflicto con la vejez”. Ninguno de los dos conflictos se describe con veracidad en los medios de comunicación, pero Bernie se enfrenta a dos verdades. “Si bien algunas personas sobreviven a la guerra, ninguna sale ileso. Y nadie sobrevive a la vejez”.
UNA PELÍCULA SOBRE EL AMOR HECHA CON AMOR...
El ancla que equilibra la relación entre Bernie y Rene es el amor que comparten. Vitalis comenta: “Es un amor que trasciende. Es el amor que todo el mundo quiere tener en su vida, el amor que dura para siempre”.
Cuando Bernie volvió de la guerra, Rene sabía que algo hervía bajo la superficie, pero no se atrevía a husmear por miedo a que la situación empeorara.
Sin embargo, 70 años después, Rene es consciente de que Bernie aún tiene cosas pendientes, y el tiempo apremia. Ivory comenta que “en cierto modo, ella se siente cómplice de la situación en la que se encuentra Bernie. Y por eso lo impulsa a ir. En parte tiene que ver con el hecho de que ella cree que no hay nada que él no pueda hacer, lo cual es encantador. Es una afirmación de su amor por él”. Ella sabe que él debe volver a Normandía y enfrentarse a sus demonios para tener paz mental.
Parker habla sobre su relación: “Hay una dinámica muy fuerte entre ellos, que es uno de los retos de la película, porque no pasan mucho tiempo juntos en pantalla. Pero cuando lo hacen, uno lo siente de verdad. Desde luego, como personaje, se percibe una enorme fuerza y dignidad en Rene, que tiene una visión láser de cómo tiene que actuar él”.
Cuando se le preguntó más sobre el guion y la representación de Rene, Ivory afirmó que “a él le interesaba lo que el proceso de esperar hace a la gente. La idea de que el trastorno de estrés postraumático también puede afectar a las personas que nunca fueron a la guerra, pero que se han enfrentado al riesgo de perder a sus seres más queridos en cualquier momento”.
La inminencia de esa amenaza está particularmente presente en una escena retrospectiva de Rene en la fábrica de municiones donde trabajaba durante la guerra. Los oficiales entran en la fábrica y todas las mujeres se paralizan. Es un momento horrible, porque todas saben que ha muerto un ser querido, sólo es cuestión de saber de quién. Lo que Ivory quería ilustrar en el guion era la idea de que ambos, Bernie y Rene, fueron a la guerra en los años cuarenta. Y, de hecho, vuelven a la guerra cuando él regresa a Francia, porque hay cosas que nunca pudieron resolver en los 70 años transcurridos”.
Esencialmente, toda la película es una historia de amor. Y aunque Bernie y Rene son el centro de atención, también hay dos nuevas historias de amor platónico que florecen entre Rene y su cuidadora, Adele, y entre Bernie y su compañero veterano, Arthur.
Mientras Bernie está de viaje, Adele cuida de Rene, pero Rene también cuida de ella, y le enseña los diferentes significados del amor. Vitalis reflexiona: “Se desarrolla un vínculo maternal. Al principio hay dureza en las dos, pero su relación se ablanda. Ambas ven cosas en la otra que las conectan en una relación intergeneracional, cosas conmovedoras y humanas”.
Del mismo modo, Bernie y Arthur aprenden el uno del otro, su apoyo mutuo les da fuerzas para enfrentarse al dolor del pasado al visitar, por primera vez en 70 años, el cementerio donde yace enterrado ese dolor.
“Rene y Adèle, Bernie y Arthur representan historias de amor”, explica Ivory. Entonces, si la guerra tristemente significa muerte, que es inevitable, entonces la antítesis de la muerte es la vida y el amor. Y de eso trata esta película”. Al final, el amor perdurable de Bernie y Rene hace que el final de la película sea más triunfal que triste.
IMPRESIONES PERDURABLES...
Parker espera que el público de la película se vea transportado fuera de sus propias vidas y se sumerja en la historia: “Cuesta mucho trabajo ponerse en la piel de otra persona. Pero, en cierto modo, de eso se trata el arte. Es ayudar a la gente a entender lo que es ser otra persona, sacarte de tu pequeña burbuja, que es tu propia conciencia, para compartir algo de comprensión y empatía con otra persona”.
La idea de la redención personal es algo que Robert Bernstein cree que perdurará en el público. “El valor que estos hombres y mujeres demostraron fue extraordinario. En esta historia en particular, creo que se trata de la idea de que, sin importar la edad que tengas, nunca es demasiado tarde para hacer algo que realmente quieres hacer. Todos nos hemos ido de viaje a los 20 o 30 años, pero la idea de que una persona de 89 años se vaya de viaje para encontrar la redención personal es muy inspiradora”.
Ivory quiere que el público, al salir del cine, sienta que ha hecho un viaje emocional: “Se han reído, han llorado, pero en última instancia tienen que salir sintiendo que merece la pena vivir”.
En cuanto a Glenda Jackson, se negó a presumir lo que el público podría sentir al final de la película, prefiriendo una simple exhortación: “¡Tienes que pagar e ir a verla!”.
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