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SINOPSIS
Una serie de hechos inexplicables se suceden por el mundo mientras un sargento de la policía es testigo de toda clase de maldades en las calles del Bronx. Las atrocidades vistas por el policía hacen que su alma se oscurezca. Ahora tiene que unirse a un sacerdote cuya fe se ha visto puesta a prueba en más de una ocasión para intentar solventar varios casos de posesión demoníaca...
INTÉRPRETES
ERIC BANA, EDGAR RAMIREZ, OLIVIA MUNN, JOEL McHALE, SEAN HARRIS, MIKE HOUSTON, DORIAN MISSICK, ANTOINETTE LaVECCHIA, SCOTT JOHNSEN, VALENTINA RENDÓN, OLIVIA HORTON
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El mismo hecho de que 'Líbranos del mal' llegue por fin a estrenarse, más de 10 años después de
adquirir los derechos del libro en que se basa para adaptarlo al cine, es una buena muestra de la fe inquebrantable en el proyecto que tenían el productor Jerry Bruckheimer, el director y guionista Scott Derrickson y el escritor Ralph Sarchie.
"Hace unos once o doce años, leímos una propuesta que nos presentó Ralph Sarchie", recuerda Bruckheimer, "y nos pareció interesante, fascinante y aterradora. Me resultó muy emocionante y pensamos que podríamos trasladarla a la gran pantalla".
El productor ejecutivo Chad Oman, presidente de producción de Jerry Bruckheimer Films, recuerda que Sarchie, que entonces aún era un agente del distrito 46 del Bronx, había presentado la historia como una propuesta de seis páginas para un libro, que acabaría convirtiéndose en 'Beware the Night', escrito por Sarchie con Lisa Collier Cool. "Me la llevé a casa y me puse a leerla una noche, alrededor de medianoche, después de que mi mujer y mis hijos se hubieran ido a la cama", confiesa Oman. "Llegué hasta la página tres o cuatro y tuve que parar. La propuesta era tan aterradora que tuve que irme a la habitación en la que estaba mi mujer para terminar de leerla".
Bruckheimer, Mike Stenson, presidente de la compañía, y Oman quedaron fascinados con las posibilidades de combinar una clásica historia policiaca de Nueva York con un relato de lo paranormal
basado en hechos reales que Ralph Sarchie recogía en su libro.
Aunque el libro de Ralph Sarchie y Lisa Collier Cool pueda no parecer un proyecto muy propio del productor, que se ha hecho famoso fundamentalmente por sus aventuras épicas y sus cintas de acción explosiva, lo cierto es que Jerry Bruckheimer ha buscado siempre, desde los primeros tiempos de su larga e ilustre carrera, historias basadas en hechos reales, que han dado como resultado tanto películas de gran escala como otras mucho más íntimas.
A la hora de buscar guionistas apropiados para abordar la adaptación del libro de Sarchie a la gran pantalla, Bruckheimer puso sus miras en el joven Scott 
Derrickson (cuyo único trabajo filmado a esas alturas de su carrera era el largometraje 'Leyenda urbana 2') y su colaborador Paul Harris Boardman. Derrickson, que siente por naturaleza un gran interés por temas que sean tanto espirituales como sobrenaturales (y ve estrechos vínculos entre ambos) se sintió desde el primer instante atraído por las fascinantes historias que contaba Sarchie en su obra. "En el libro", explica Derrickson, "Ralph habla de sus experiencias como policía en uno de los distritos más peligrosos y de mayor criminalidad de Nueva York, pero también sobre su gradual implicación en la investigación de casos relacionados con lo paranormal, que acabaron por llevarlo a convertirse en ayudante de un exorcista".
Uno de los retos que tenían que afrontar Derrickson y Boardman era cómo dar forma a la naturaleza episódica del libro para convertirla en una narración coherente. Tal como explica Chad Oman: "El libro consistía en una recopilación de toda una serie de incidentes paranormales que Ralph Sarchie había vivido a lo largo de su carrera. Cuando Scott y Paul abordaron el proyecto en un primer momento, su historia se centraba fundamentalmente en los sucesos sobrenaturales-espirituales y la faceta policial de la misma no tenía el mismo peso. Años más tarde, cuando Scott retomó el proyecto como guionista y director, añadió toda una trama de importancia similar a la paranormal, centrada en 
los aspectos policiales del guión, y luego combinó las dos".
Aunque el protagonista del filme, Ralph Sarchie, es muy real, Derrickson se inventó a su aliado, Joe Mendoza, un sacerdote nada convencional. Según explica Derrickson: "Mendoza es una amalgama de dos personas reales que fueron fundamentales en la vida de Ralph Sarchie para ayudarlo a recuperar su fe y tomarse en serio lo que estaba experimentando e investigando" explica Derrickson.
Como pasa a menudo en el mundo del cine, la propiedad que acabaría conociéndose como 'Líbranos del mal' quedó suspendida en el limbo durante una década... aunque los principales implicados nunca llegaron a perder la esperanza. El proyecto cobró nueva vida gracias al enorme éxito y los grandes elogios de la crítica que consiguió
Derrickson con su filme de 2012, 'Sinister'.
Pese a no haber perdido la fe durante una década en que su libro y sus experiencias vitales podrían llegar a convertirse algún día en una película, Ralph Sarchie no dejó por ello de quedar sorprendido, si no impactado, cuando recibió un buen día un mensaje de correo electrónico de Scott Derrickson con la excelente noticia. "Le respondí a Scott: 'creo que me has enviado este correo por error‘", recuerda riendo el expolicía. "Pero me contestó: 'No, estoy convencido de que esta vez vamos a hacer de verdad esta película'".
'Líbranos del mal' está llena de escenas de lluvia que contribuyen a dar ambiente la película, parte de la cual se encargó de simularla el equipo de efectos especiales... pero la mayoría fue cortesía de la Madre Naturaleza.
El 8 de junio de 2013 iba a convertirse en el día más lluvioso de los 145 años de historia meteorológica registrada de la ciudad de Nueva York, con precipitaciones que alcanzaron los 105,6 mm. Menos mal que, al ser sábado, era un día libre para el equipo.
Sin embargo, todo ese mes de junio acabaría siendo el más húmedo de la historia de la ciudad de Nueva York, con precipitaciones de 260,6 mm que cayeron sobre la venerable urbe como un diluvio digno del Arca de Noé, y el equipo de rodaje no tuvo desde luego la suerte de librarse de ellas. Concretamente, el primer día del rodaje fue el lunes 3 de junio de 2013 y continuaría durante otros 41 días pasados por agua, hasta finales de julio. "De algún modo, nuestras películas siempre parecen rodarse en condiciones climatológicas extremas", reflexiona Jerry Bruckheimer.
"A diferencia del maquillaje de las películas de monstruos, este filme se supone que está ambientado en el mundo real, de modo que todos los maquillajes que creamos para Sean Harris, Chris Coy y Olivia Horton se basaron en un enorme archivo fotográfico de referencia, con imágenes que había encontrado de personas con heridas autoinfligidas". Olivia Horton tuvo que someterse a un proceso de maquillaje de cuatro horas... que luego resultó no ser literalmente más que la mitad de lo que Sean Harris tendría que soportar para la secuencia del exorcismo que sirve de clímax del filme.
"Decidimos rodar en el Bronx porque allí es donde se desarrolla la historia", afirma sencillamente Jerry Bruckheimer. "Eso dota a la película de una gran verisimilitud y las localizaciones son fantásticas. Muchas de ellas son lugares reales en los que Ralph Sarchie trabajó y patrulló, lo que sirve para dar más emoción a la película".
Mientras el Bronx servía de magnífico escenario urbano en el que los personajes podrían experimentar todo el suspense y el drama, el responsable de ataviar adecuadamente a los actores sería el diseñador de vestuario Christopher Peterson, que estaba decidido a ajustarse al interés por el realismo de los responsables del proyecto, a la vez que empleaba la ropa como medio para examinar las personalidades en la pantalla.
'Líbranos del mal' es, asombrosamente, la primera película a la que se le permite filmar en el interior del zoo del Bronx desde que lo hiciera Ken Russell en 1980 para 'Viaje alucinante al fondo de la mente'.
La segunda incursión fuera de la ciudad de Nueva York se realizó a Long Island, para filmar el hábitat de los leones del zoo del Bronx, diseñado por Bob Shaw y construido en el Planting Fields Arboretum de Oyster Bay, Long Island. La naturaleza de la escena, que necesitaba de mucha acción dentro del hábitat, exigía la construcción de ese entorno, en lugar de rodar en los hábitats de verdad del zoo... por no hablar de la gran cantidad de efectos visuales cortesía de los supervisores Robert Habros y Curt Miller. "Recurrimos a todas las técnicas de la vieja escuela para dotar de unidad a las escenas del hábitat, en lugar de limitarnos a pulsar el botón digital", explica Habros, "lo que incluyó el uso de fondos verdes, montajes y pantallas divididas. Sorprendentemente, en estos tiempos actuales cargados de infografía, Habros asegura que "intento ser lo más invisible posible. Mi trabajo consiste en estar al servicio de la narración y creo que Scott quiere que la película resulte tan natural, creíble y lo más cercana posible a la realidad como sea posible. Cualquier efecto visual que empleemos tiene que encajar a la perfección".
