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SINOPSIS
Historia de amor entre la poeta Elizabeth Bishop, ganadora del Premio Pulitzer, una mujer frágil emocionalmente hablando, y Lola Macedo, una arquitecta carioca, de espíritu optimista. La relación que mantendrán terminará por alterar el mundo de la primera...
INTÉRPRETES
GLORIA PIRES, MIRANDA OTTO, TREAT WILLIAMS, TRACY MIDDENDORF, MARCELLO AIROLDI, LOLA KIRKE, TANIA COSTA, MARIANA Mac NIVEN, MARCIO EHRLICH
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NOTAS DEL DIRECTOR...
En 1997, cuando el libro 'Rare and Commonplace Flowers' de Carmen L. Oliveira fue publicado, mi productora compró los derechos para la adaptación cinematográfica, pero yo no me leí el libro porque no estaba interesado en la historia. En 2004, cuando mi ex mujer Amy escenificó el monólogo escrito por Marta Goes llamado A Safe Harbour for Elisabeth Bishop, su interpretación y el propio texto me hicieron sospechar que ahí había una historia que yo quería contar, pero aún no tenía claro el enfoque desde el cual abordarla. Entonces me leí el libro, que no tenía nada que ver con el monólogo, pensé: ¡qué interesante! El personaje de Lota es impactante. Y empezó a llegarme la inspiración sobre todo gracias al poema One Art, que comienza con las frases El arte de perder no es difícil de adquirir. Tantas cosas parecen estar hechas para perderse que su pérdida no es ningún drama. Así que, pensé que quizás esta historia debería tratar sobre la pérdida y sobretodo sobre la pérdida de Elizabeth. Así, comencé a pensar acerca de cuál era el conflicto entre ella y Lota. Entonces pensé que el tema de la pérdida podía ser el común denominador más allá de contar la historia de amor entre dos mujeres. No quería hacer un film dirigido a un público minoritario. Así que, ¿qué podría hacer destacar de esa historia? Porque yo creo que cuando una historia funciona es porque es muy específica, pero al mismo tiempo tiene algún elemento universal. Así que, decidí no rodar un biopic sobre las dos mujeres sino una historia que orbita sobre el tema de la pérdida en la que Elizabeth Bishop y Lota de Macedo resultan ser los personajes. Esta es una historia de amor entre dos mujeres completamente diferentes porque una es disfuncional, frágil, alcohólica y perdedora y la otra es una poderosa triunfadora, con recursos para mantener a los demás y una capacidad arrolladora para conseguir sus propósitos… y cuando se encuentran, se enamoran. Son completamente diferentes. Sin embargo, la débil empieza a fortalecerse porque se ha visto obligada a lo largo de su vida a afrontar de un modo u otro un montón de pérdidas. Perdió a su padre con ocho meses y a su madre con cinco años. Vio como se llevaban a su madre a un hospital para enfermos mentales. Pero aunque era alcohólica, era una nómada y no tenía un hogar, consiguió tanta fortaleza al enamorarse de Lota y obtener un refugio en Río, que obtuvo el Premio Pulitzer. Lota, por su parte, perteneciente a una respetada y rica familia de Brasil comienza a convertirse en un ser cada vez más frágil por no haberse tenido que enfrentar al sentimiento de pérdida. Cuando pierde al amor de su vida y su proyecto más preciado – el parque Flamingo de Río, un trabajo fantástico en términos de magnitud porque partió de un vertedero en la bahía de la ciudad para convertirse en uno de sus lugares más icónicos-, no pudo lidiar con la pérdida. Miranda Otto fue muy generosa, dio de sí el 500 por cien o más. Se convirtió en Elizabeth Bishop. Eso supuso una bendición y una maldición para mí como director porque fue duro, pero al mismo tiempo un sueño por el cúmulo de ideas que ella aportaba, que transformaban cada día, no sólo el guión sino la descripción de la propia secuencia. En los 19 films que había dirigido nunca había trabajado con una intérprete tan obsesionada y comprometida con su personaje. Eso fue fantástico. Y lo mismo hizo Glória, que estaba en el proyecto antes que yo porque la productora se lo ofreció cuando compró los derechos del libro. Y por último Tracy Middendorf, como personaje secundario, muy importante porque experimenta una gran pérdida y tiene que vivir con ello, ya que estaba unida a Lota sin estar casadas legalmente, pero conviviendo juntas y posteriormente Lota la abandona por Bishop. Lota, por su incapacidad de perder se comporta como una especie de coronel, de cacique de granja brasileño que controla todo como un dictador, muy generoso pero muy autoritario al mismo tiempo. Edward Hopper fue una de las grandes inspiraciones del film porque su trabajo es muy de claroscuros, que es sobre lo que trata la película, sobre elegir cómo mirar cosas que tenemos delante y no vemos y que cuando nos damos cuenta hemos perdido. Trata mucho sobre el timing. El film se desarrolla a lo largo de 15 años. En términos de looks y maquillaje fue bastante complicado así como en términos de tiempo y espacio aunque yo me propuse que el público no fuera tan consciente de cuándo o en qué año tenía lugar la historia. Quería que se dieran cuenta de que el tiempo corría, pero no precisamente en qué año tenían lugar los hechos. Por supuesto, hay momentos en la historia en los que lo que está ocurriendo delata en qué año están porque Kennedy fue asesinado en 1963 y eso está muy latente en el subconsciente colectivo y para los que conocen la figura de Bishop cuando ganó el Pulitzer en 1956. También está el dato del golpe de estado que tuvo lugar en Brasil en 1964, pero la única fecha que aparece de forma explícita en el film es 1951al comienzo del metraje. En Brasil pasamos realmente 8 semanas y en EE.UU. rodamos solo tres días. La diferencia entre rodar en ambos lugares es que en el segundo todo está más organizado. Lo excitante es que en Nueva York conseguimos un equipo muy profesional absolutamente entusiasmado con el proyecto, lo que es más habitual que suceda en Brasil aunque no cuente con equipos tan habituados a rodajes internacionales. Esta es definitivamente una historia en la que Brasil se ve a través de los ojos de una extranjera. Muy aguda, precisa y concreta, ese es uno de los aspectos que más me gustaron de la historia. Elizabeth Bishop era despiadada y aún así amaba Brasil, pero de una manera contenida y eso me encanta. Fue un rodaje muy duro, el más complejo de mi filmografía. Creo que es porque la historia que yace en subtexto, es más importante que el texto. Así que, tenía que reflejar muy bien lo que se lee entre líneas. Lo que no se dice era casi más importante que lo que aparece en los diálogos. Por primera vez, pedí a los intérpretes que fueran más despacio, haciendo pausas, como espaciando las frases en lugar de meterles prisa. Cada línea debía tener su cadencia, pero los llamados ‘tiempos muertos’ debían respirar. Y no fue fácil. Esos momentos tranquilos estaban llenos de tensión y significado y eso los hacía realmente interesantes. Creo que ésto fue así porque los personajes eran muy fuertes y densos, dramáticamente hablando.