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DECLARACIÓN DEL DIRECTOR...
Al ser un submarinista de aguas abiertas, así como el director y director de fotografía de numerosos capítulos de la popular serie de terror “American Horror Story”, la combinación de agua y terror parecería un entorno natural para mí. Conocía la sensación de encontrarse en el mar, sin tierra a la vista, con tu misma existencia dependiente de la integridad de unos cuantos metros de madera y metal que aguanten flotando en la superficie del líquido elemento. Al contar con décadas de experiencia en la industria del cine, también conocía los retos de hacer una película de cualquier género en el agua o bajo ella.
El agua pone a prueba tu resistencia. Hace que te cuestiones tus decisiones. Amplifica las consecuencias de tus decisiones artísticas. No ofrece soluciones fáciles para tus ambiciones y pasiones. Te obliga a ganarte cada plano de tu película. El terror exige que conozcas y entiendas tu mitología, que respetes el elemento primordial del miedo. Cada plano necesita contribuir a un mosaico de tensión y paranoia creciente. Combina el agua y el terror en un único proyecto y o bien eres ingenuo o te gusta encontrarte en el ojo del huracán. No soy ingenuo.
Como director, así como director de fotografía, de LA POSESIÓN DE MARY, una decisión crucial que me ayudó a hacer posible el proyecto bajo difíciles circunstancias fue rodar el filme en película fotográfica. La flexibilidad que ofrece el celuloide suponía que podía rodar rápidamente en condiciones de luz que cambiaban a gran velocidad en el agua, sin tener que preocuparme por cuestiones fundamentales de equilibrado de contraste que tendría si filmara en digital. Y la sensibilidad del celuloide en condiciones de poca luz me permitía seguir filmando escenas diurnas después de la puesta de sol (¡Os dejaré adivinar cuáles son!). Puesto que el coste de filmar en celuloide o en digital era básicamente el mismo, nuestra elección de medio podía realizarse en función de cuál sería el que ofrecería tanto el aspecto como el rendimiento que necesitaba el proyecto. Y ese era el celuloide.
Naturalmente, pasar mucho tiempo en el agua puede resultar muy duro (de lo que pueden dar fe algunos de los mareados miembros de nuestro equipo de rodaje), pero lo que convierte en un absoluto placer la experiencia de rodar una película como esta es trabajar con colaboradores estupendos tanto delante como detrás de la cámara. Gary Oldman no necesita presentación alguna para cualquiera capaz de apreciar el verdadero talento interpretativo. Se mete tan de lleno en su personaje antes de llegar al rodaje, que sencillamente no podrías imaginarte a ese personaje interpretado de ninguna otra manera por ningún otro actor. He de decir que el punto culminante de mi carrera como director fue el segundo día de rodaje de LA POSESIÓN DE MARY, cuando Gary se acercó a mí y me dijo: “Eres un director en quien tengo total y absoluta confianza, y haré todo lo que necesites”. ¡Vaya! O sea, en serio. ¡Vaya!
Emily Mortimer tuvo que llevar en muchos aspectos el peso de buena parte del material emocionalmente más difícil de LA POSESIÓN DE MARY. Recuerdo colgarla del mástil a 15 metros sobre la cubierta del barco para una escena diurna, para después someterla a una turbulenta noche de gritos y llantos desesperados, en medio de una lluvia torrencial y fuerte oleaje. Emily es una verdadera currante y exactamente la clase de actriz entregada y de talento que quieres que te acompañe en un viaje como este. Y aunque pueda haberles dicho a otros directores anteriormente: “Solo aguanto todo esto porque te quiero”, no podrás convencerme de que le haya dicho eso a nadie más que a mí.
LA POSESIÓN DE MARY es una película aterradora, pero con un propósito cimentado en la realidad de aquello con lo que todos luchamos a lo largo de la vida: la seguridad de nuestras relaciones, la violencia inesperada de aquellos a los que dejamos entrar en nuestras vidas, los implacables elementos que escapan a nuestro control. Y lo desconocido. Todo ello se mantenía en equilibrio en el guion elíptico de Anthony Jaswinski. Espero que todos esos personajes calen hondo en los espectadores mucho después de que se desvanezca el último susto.
¿Quieres darte un paseo en barco? Vamos, será divertido. Nos haremos a la mar, donde todo es tranquilo y agradable...