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Para conocer la larga gestación de MALDITOS BASTARDOS, lo mejor es recurrir a las anécdotas que cuentan los amigos y compañeros del director y guionista Quentin Tarantino. Esta película épica acerca de “unos hombres en una misión” encuentra su título en la película "Aquel maldito tren blindado", dirigida por Enzo Castellari en 1978, y que en inglés se llamó Inglorious Bastards.
Enzo Castellari, que aparece brevemente en la película actual, dice: “Es completamente diferente, esto es totalmente de Quentin, no es un remake ni nada parecido. Simplemente es algo que inspiré”.
El productor Lawrence Bender recuerda la primera vez que Quentin Tarantino le leyó pasajes del guión de MALDITOS BASTARDOS: “Hará al menos diez años, en mi despacho. Me leyó unas escenas que me dejaron asombrado, y pensé: ‘Hay que hacer esta película’”. Pero Lawrence Bender tuvo que armarse de paciencia. El guión sufrió numerosos cambios en los diez años siguientes. Pasaban los años y el título seguía siendo el mismo, pero la trama cambiaba. El realizador jugó con la idea de convertir el proyecto en una miniserie e incluso pensó en transformarlo en una novela.
En la primavera de 2008, Quentin Tarantino le dijo al productor Lawrence Bender que se estaba centrando en el guión de MALDITOS BASTARDOS. “Me alegré mucho porque parecía hacerle feliz”, recuerda Bender. “Pero no sabía que estaba a punto de acabarlo”.
El miércoles 2 de julio de 2008, Quentin Tarantino terminó la versión final de la película.
La productora asociada Pilar Savone, recuerda el momento en que tuvo el guión en las manos: “Lo solemos llamar ‘el día del lanzamiento’. Cuando termina un guión, nos lo da para que hagamos copias y lo distribuyamos.
“Me llamó el 3 de julio, y Pilar me mandó el guión”, recuerda Lawrence Bender. “Cancelé mi agenda ese día y me quedé en casa para leerlo. Al terminar, estaba a punto de llamarle, pero volví a leerlo. Estaba entusiasmado”.
El director explica: “Cada capítulo de la película tiene algo distinto; la ambientación, las sensaciones, los tonos cambian. El principio es parecido a un espagueti western con iconografía de la II Guerra Mundial”.
Un equipo de directores de casting trabajando en París, Berlín y Los Ángeles se ocupó de encontrar el reparto idóneo para MALDITOS BASTARDOS. Se decidió que la nacionalidad de los actores debía corresponder con la de los personajes.
Brad Pitt fue el primer actor en unirse al reparto coral para encarnar al teniente Aldo Raine. Tarantino dice: “Brad y yo habíamos coincidido un par de veces y sabía que tenía ganas de trabajar conmigo, y yo con él. Pero yo no funciono así. El personaje es el que manda. Y así fue. Mientras escribía el guión, de pronto pensé: ‘Vaya, podría ser un buen papel para Brad’.
Diane Kruger, que creció en Alemania y vive en París, cree que el reparto internacional es un cambio refrescante para el cine mundial. “Como europea, lo agradezco mucho. Me parece genial que Quentin tenga las agallas de hacer algo así.
Tarantino reconoce que el personaje de Daniel Brühl se basa, a grandes rasgos, en Audie Murphy, el conocido veterano de la II Guerra Mundial. Y al igual que él, está a punto de convertirse en una estrella de cine.
Aunque el casting parecía ir realmente bien, el realizador temía no encontrar al actor idóneo para el papel del coronel Hans Landa. Pero se relajó inmediatamente al conocer a Christoph Waltz. “Nada más empezar la prueba, Quentin y yo nos miramos”, recuerda el productor Lawrence Bender. “Leí en su mirada, y él leyó en la mía, que era él”.
El resto de los Bastardos no tardó en aparecer.
La diseñadora de vestuario Anna Sheppard, el diseñador de producción David Wasco y el maquillador de efectos especiales Greg Nicotero, que dispusieron de muy poco tiempo para preparar la película, se lanzaron a una frenética carrera contra el tiempo probando, diseñando, construyendo y creando.
Sheppard añadió otra dimensión al mundo alternativo de MALDITOS BASTARDOS mediante un vestuario creativo e imaginativo. Al principio, la diseñadora dudó en aceptar el encargo, pero después de leer el guión, se dio cuenta de que la película le brindaba la oportunidad de ver la época desde un punto de visto inesperado.
Los maquillajes de Winston Churchill, Adolph Hitler y Joseph Goebbels fueron un auténtico reto para el famoso maquillador Greg Nicotero y su equipo. Cuando se reunió con el realizador, le mostró fotos de Goebbels y de Sylvester Groth para mostrarle qué se podía hacer para aumentar el parecido.
“Martin Wuttke, que interpreta a Hitler, sólo le había encarnado en el escenario y nunca había pasado por un maquillaje con prótesis”, explica Nicotero. “En la primera prueba, le pusimos mejillas, una barbilla y una nariz de silicona, una peluca y lentillas. Lo fascinante fue ver su asombro ante la transformación. Estaba acostumbrado al papel, pero no a parecerse a él”.
El estilista Emmanuel Millar se ocupó del diseño de las pelucas. “Fue un miembro clave del equipo porque se basó en nuestros diseños e insufló vida a los personajes”, añade Greg Nicotero.
Mike Myers, muy acostumbrado al maquillaje con prótesis, tenía ganas de ponerse en manos del maquillador y verse en la piel del general Fenech. “Está acostumbrado. Tenía opiniones muy definidas acerca del aspecto de su personaje. Mike deseaba empezar las pruebas de maquillaje para meterse físicamente en su personaje”.
El diseñador de producción David Wasco se desplazó a Berlín casi inmediatamente después de esa primera reunión entre Bender y Tarantino para empezar a buscar localizaciones y reunir a un equipo. “Berlín es una ciudad que siempre está llena de rodajes, pero llegué en el momento oportuno, unos cuantos estaban terminando. Acabé con un departamento artístico cien por cien alemán y de Berlín. Creo que es la primera película con este presupuesto en que se ha dado el caso”.
Después de una gestación de diez años, y de catorce semanas de preproducción, el rodaje de MALDITOS BASTARDOS empezó el 9 de octubre de 2008 en la pequeña ciudad alemana de Bad Schandau, cerca de la frontera con la República Checa. Casi toda la película se rodó correlativamente.
“Lo primero que hice al llegar a Berlín fue visitar los lugares donde quedan señales de la II Guerra Mundial”, dice el actor Omar Doom. “Aún quedan paredes con agujeros de balas. La guerra sigue por todas partes. Algunos decorados de la película eran búnkeres nazis encargados por Hitler”.
Vemos a los Bastardos en acción en una zona que pertenecía al Fuerte Hahneberg, construido en 1888 y que nunca llegó a usarse.
El reparto y el equipo se separaron después de quedar para 2009 y atacar el quinto y último capítulo de la historia.
“Rodamos en platos históricos”, dice el productor Lawrence Bender, refiriéndose al lugar donde se hizo Metrópolis y El ángel azul. “También sirvieron para filmar las películas del periodo nazi. Producía una extraña sensación el hecho de que Goebbels hubiera rodado sus películas allí mismo”.
La promesa de hacerse con cien cueros cabelludos de fascistas se convierte en una trama internacional para hacer caer al III Reich. El rodaje en el plató duró tres semanas después de dos semanas y media de ensayos.
Para la secuencia final fue necesaria la experiencia de los coordinadores de especialistas Jeff Dashnaw y Bud Davis, que trabajaron con 160 especialistas de toda Europa. Además del decorado en Babelsberg, estaba el segundo decorado en la fábrica de cemento, que sería reducido a cenizas. Más de cien personas debían salir en tropel del edificio en llamas, empujándose y cayéndose.
Quentin Tarantino siempre ha dicho que “cuantos menos efectos especiales, mejor”. “Me gustaría decir que el fuego no me asusta, pero para mí, representa el peor de los peligros porque no hay pequeños accidentes cuando se trabaja con fuego. Si ocurre algo, siempre es grave”, dice el director.